Capítulo 6

Aunque era un espacio pequeño había una guerra entre los que creían en los kinesis y quienes nos despreciaban, tal vez el lugar era pequeño, pero había una fuerza que nos hacía luchar contra aquellos que nos querían destruir, muchas veces pensé en que mis sueños no eran nada más que simples cosas sin sentido, pero cada vez que pasa más el tiempo me doy cuenta que siempre estuve destinada a este futuro sin importar el camino que tomará siempre llegaría aquí, tarde o temprano esto sucedería y yo estaría metida en toda esta lucha por la libertad de los kinesis.

La verdad es que cuando era pequeña, al principio nunca entendí por qué mi prima se fue y después seguida de mi hermana, pero ahora lo entiendo, el mundo al no comprender que ellas querían ser algo más que unas adolescente ordinarias las catalogaron como monstruos y personas que tenían que ser encerradas, sin importar lo que pasará con ellas y eso hizo mi madre también, vendió a su hija, a su sangre al gobierno con tal de tener seguridad y dinero, su avaricia la llevó a quedarse sola y ahora sus decisiones tenían un desenlace fatal y no era nada más que la muerte de mi hermana y su hija, ahora entiendo por qué mi hermana siempre trataba de convencerme de que mi prima estaba haciendo algo bueno para la sociedad, algo bueno para el futuro. 

Ahora podía ver como los refugiados protegían a los verdaderos aprendices del daño que le querían hacer las personas de Mario, nosotros mientras peleando con este y otros de sus secuaces para tratar de matarme, ellos se veían con todas las intenciones de hacernos daño, pero al ser más personas pudimos "ganar" dejando a un Mario desesperado por salir de ahí.

– Estás solo – dijo Aleksandra con voz agitada – es mejor que nos sigas con esto Mario, es mejor que te rindas.

– No lo haré – dijo aún con su arma en la mano la cual ya no tenía municiones – no dejaré que ustedes vivan y menos ella – dijo apuntándome.

– Mario por favor – le pidió Catherine – en algún momento también fuiste uno de nosotros, aún recuerdo cuando llegaste a nosotros pidiendo ayuda.

– Y no sabes cuánto me arrepiento de haber hecho eso – dijo serio y en su voz se podía sentir el odio – les pedí ayuda para que salvarán a mi refugio y no hicieron nada.

– No podíamos hacer nada – dijo Catherine – el lugar ya estaba lleno de militares y policías, si hacíamos algo ellos nos podrían haber tomado presos a nosotros también.

– ¡Pero a ellos los maratón en la calle como animales! – grito, luego miró al suelo y habló bajo – ellos no se merecían eso.

– ¿Por qué ayudas al gobierno a atraparnos entonces? – dijo Catherine acercándose un poco a Mario – se que los odias.

– Pero los odio más a ustedes – dijo volviendo a ver a Catherine – ustedes me quitaron todo, me quitaron mi familia, mi trabajo, ¡Me lo quitaron todo! – volvió a bajar la cabeza – y yo ahora les quitaré todo también – se quitó su chaqueta la cual traía puesta y se veía que estaba muy rellena, tenía una bomba amarrada a su cintura – sabía que no podría salir de aquí vivo, pero ustedes tampoco, ahora ustedes morirán al igual que yo.

– ¡No lo hagas! – gritó Catherine la cual empezó a retroceder – por favor.

– A llegado su fin – pude ver como acercaba su dedo índice a un botón rojo lentamente y como dos cuerpos saltaban delante de mí, sentí como todo pasaba al frente mío en cámara lenta como todo se detenía justo en el momento que Mario apretó el botón y un estruendo se escuchó y pedazos de algo sólido y frío saltaban y como yo caía al suelo, sentí como todo se volvía en oscuridad y en polvo denso.

Sabía que no era mi fin, pero sí sabía que era el comienzo.

Después solo sentí una voces, vi una luz pasar por mis ojos, escuché murmullos, también una sirena y el ruido de un motor, logré escuchar como alguien gritaba, sentí como alguien me tomo el pulso, sentí como poco a poco ruidos de máquinas y otros cosas que no eran comunes para mi empezaban a inundar mis oídos hasta que después solo hubo silencio.