La ignorancia de los Laodicenses queda más que clara, con la reprensión que el Señor les hace con respecto al exceso de confianza que depositaban en sus propios recursos, demostrándoles la miseria espiritual en la que se encontraban, ya que el Señor los llama pobre, que comúnmente se confunde con la palabra escasez, ya que esta última representa una circunstancia temporal en la vida de cualquier creyente, pero la pobreza es un estado que permanece por mucho tiempo, sino se le pone fin.
La insensatez de la iglesia contemporánea se ve reflejada de muchas formas en las palabras que el Señor le envía a esta iglesia para reprenderla. El tema de las riquezas no es nada nuevo en el conocimiento básico de la fe, Jesús lo abordo en muchas ocasiones ante el pueblo judío que también se valía de lo que tenía para demostrar la bendición de Dios en sus vidas, y Jesús lo hizo por medio de una famosa pero contundente parábola;
Luego les contó una historia: «Un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas. Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas”. Entonces pensó: “Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes. Luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!” Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”. Así es, el que almacena riquezas terrenales, pero no es rico en su relación con Dios, es un necio.
Lucas 12:16-21 NTV
El Señor siempre ha deseado bendecir a su pueblo de una manera sobrenatural, a través de riquezas incorruptibles que son imposibles de comprar con el dinero o con cualquier otra cosa que se pueda ofrecer, esto también incluye el esfuerzo y el trabajo humano, la Biblia les llama “Bienaventurados “, a los creyentes que colocan su esperanza en lo que Dios puede ofrecerles en el ámbito espiritual y no en hacerse prósperos por sus propios medios en lo material;
Y luego dijo: ¡Tengan cuidado con toda clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen.
Lucas 12:15 NTV
Lo primero que debe hacer el creyente para ser un bienaventurado, es reconocer la gran necesidad que tiene de Dios y que de aquí en adelante deberá depender totalmente de la misericordia de Dios. Tal acto, solamente la pueden realizar los valientes y los decididos, porque no solo es recibir y recibir, dado que las riquezas espirituales que Dios le regala a su pueblo, requiere de un corazón entregado y humilde que sepa valorarlo (Mateo 5:3), por lo tanto, el creyente deberá negarse a seguir su propia voluntad y rendir su fe a la voluntad de Cristo, cosa que no hicieron los laodicenses;
Así que, te aconsejo que de mí compres oro —un oro purificado por fuego —y entonces serás rico. Compra también ropas blancas de mí, así no tendrás vergüenza por tu desnudez y compra ungüento para tus ojos, para que así puedas ver.
Apocalipsis 3:18 NTV
El Señor le dice a la iglesia, que se acerquen a Él y que adquiera riquezas que en verdad valgan la pena en esta vida. En el mensaje se hace referencia a realizar una compra para poder obtener esas riquezas espirituales que el Señor le ofrece al creyente, pero esto no quiere decir que se deba pagar para recibirlo, ya que la palabra utilizada en este pasaje, proviene del griego “agorazo”, que significa compra o redimir. Lo que en realidad está diciendo el Señor en este versículo, es que todas estas riquezas Él ya se la otorgó a la iglesia, cuando esta fue redimida por su Sangre derramada en la Cruz;
Y cantaban un nuevo canto con las siguientes palabras: «Tú eres digno de tomar el rollo y de romper los sellos y abrirlo. Pues tú fuiste sacrificado y tu sangre pagó el rescate para Dios de gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación.
Apocalipsis 5:9 NTV
La riqueza incorruptible que Jesús pago para poder dárselo a la iglesia, consiste en el regalo de la vida eterna, algo que este mundo jamás podría ofrecerle al creyente, y si esto no fuera poco al momento que una persona se arrepiente de los pecados que cometió por seguir falsas doctrinas, Jesús viene a su vida una vez más y lo sella con el Espíritu Santo (Efesios 1:13) para guiarlo hacia toda verdad a fin de que no vuelva a erra doctrinalmente. Como resultado, el creyente vera su condición espiritual y decidirá cambiar para andar en el camino correcto (Juan 14:6) para obrar con justicia y con rectitud delante Dios, lo cual cubrirá su desnudez espiritual (Apo 19:8);
Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. ¡Al instante pudieron ver! Luego lo siguieron.
Mateo 20:34 NTV
Esta más que claro que estas riquezas son 100% espirituales, ya que lo materia no es tan importante dado que es temporal y por esta razón el Señor las cataloga como “añadiduras” solamente para nuestro corto peregrinaje en esta tierra (Lucas 12:29-31) dándonos a entender que la mayor riqueza no es lo que tenemos, sino a quien tenemos en nuestro corazón. A diferencia de la iglesia en Laodicea, hubo una iglesia que comprendió esto, de la cual se tiene un registro impresionante de como el Espíritu Santo opero en la vida de cada uno de sus miembros;
Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes y por los dones inmerecidos que les dio ahora que pertenecen a Cristo Jesús. Por medio de él, Dios ha enriquecido la iglesia de ustedes en todo sentido, con toda la elocuencia y todo el conocimiento que tienen. Eso confirma que es verdad lo que les dije acerca de Cristo.
1 Corintios 1:4-6 NTV
La iglesia en Corinto, es un claro ejemplo de como Dios enriquece verdaderamente para cumplir grandes propósitos, no para que el creyente sea vanaglorioso o autosuficiente, sino para glorificar y honrar al que hace posible todas las cosas. Todo esto nos lleva a la conclusión de que la iglesia no tiene que pagar absolutamente nada por estas riquezas incorruptibles que llenaran por completo su vida física y espiritual, que además tienen un gran valor en el Reino de los cielos, a diferencia con las de este mundo que muy pronto se acabaran y quedaran en el olvido.
Vendan sus posesiones y den a los que pasan necesidad. ¡Eso almacenará tesoros para ustedes en el cielo! Y las bolsas celestiales nunca se ponen viejas ni se agujerean. El tesoro de ustedes estará seguro; ningún ladrón podrá robarlo y ninguna polilla, destruirlo.
Lucas 12:33 NTV