Los Misterios en Zenobia

Capítulo 20: ¿Quién es el misterioso hombre de la capucha negra?

Cuando sientes miedo, temor o angustia de saber que algo anda mal y que tu cuerpo reacciona por temor de lo que veran en plena oscuridad. Tu corazón bombea a miles de segundos, por no saber que hacer por el desespero del miedo que producía estar amarrada y no saber que hacer para salir de este lugar. Pero no dudas en despertar a Alice y buscar la manera de escapar junto a ella.  Pero ella no reaccionaba y mi desespero subía más y más hasta que decidió moverse bruscamente, y de ese modo se desperto asustada al saber que algo la hizo moverla con tanta brusquedad. 

Mire a mi alrededor y no había nadie. Busque alguna manera de soltar las cuerdas que nos amarraban nuestras manos; pero no se podia quitar. Es como si pusieran un hechizo que no permitiera romper nuestras cuerdas y no pudieramos escapar de este lugar.

Escuchaba pasos y murmullos que se acercaba lentamente haciendonos temblar de miedo a Alice y a mí. De pronto, la puerta se abre y pudimos ver a alguien entrar desde la oscuridad. Tenía una careta puesta en la cara y no podiamos saber su verdadera identidad. Se paro ante nosotras y nos miro para saber la situación de ambas.

De pronto, llego una mujer de cabellos oscuros y largo. Vestía con un vestido negro y largo, guantes del mismo color de su traje y tenía en sus manos una carta llena de sangre. Jalo una silla que había en el comedor y se sento bien derecha cruzando sus piernas.

—¿A que vinieron a Howard?

La misma pregunta nos haciamos y si era correcto haber venido. Las mujeres tenemos sentidos de alertas que nos indica PELIGRO. Pero siempre queremos llegar al asunto y resolver el verdadero misterio que nos cautiva en nuestras mentes. Pero por no dejar los asuntos en su lugar, nos metemos en más lios y más lio que nos buscamos nuestro propio destinó.

No sabiamos que decir, era como si nos comieran las palabras que querríamos pronunciar; por el temor no podiamos  hablar y decir el porque estamos aqui. Sabiendo el peligro que podriamos tener, no dudamos ni un segundo en venir al bosque.

Pense en como vinimos hasta aqui y el porque. Todo empezo al abrir esa carta que llego misteriosamente a nuestra habitación y tenia el sello de Howards. Según decía la carta, un hombre llamado James Luther querria nuestra ayuda y buscar la manera de proteger a los niños que quedaban vivos. Según conto él que Howard paso por momentos de crisis y llenos de maldad. Habían unas criaturas que salían de la oscuridad y que se llevaba a los niño para alimentarse de sus alma y convirtiéndolos en monstruos. Por eso, él escribió con apuro esa carta, antes que alguien se enterara de que pidio ayuda.

Una voz interrumpió mis pensamientos haciendome saber que ella esperaba una respuesta ante su pregunta.

—Repito otra vez y espero que conteste niña o te juro que te matare ahora mismo y a tu amiguita. —decia sosteniendo la barrita y señalándome con ella— ¿A que vinieron a Howard?

Dijo por segunda vez y mi miedo se apodero tanto que mis lágrimas empezaron a salir por si solas. No sabia que decir y buscaba la manera de decir algo sabiamente...

—Estamos buscando a un tal James Luther. —dije con lagrimas en los ojos y mirandola cara a cara— Porque nos iba a enseñar un nuevo poder para nuestra clase de química.

Menti sabiendo que ella no era tonta al tragarse mi mentira y buscaria la manera de torturarme para saber la verdad.

Ella se para de su silla y lanza un conjuro de dolor ante mi cuerpo. Es como si un rayo te electrocutara, dejandote con un dolor insoportable en tu piel.

—No mientas y dime la razón por la cuál están aqui.

Dice enojada y preparandose para volverme a hacerme daño.

—Yo...yo te dire...pero solo dime que nos dejara irnos después que te digamos la verdad porfavor.... no volveremos a venir aquí. —dije entre llanto y lágrimas que empapan mi cara.

—No te puedo prometer algo y saber que aún siguen mintiendo por algo que deseo saber de su paradero. —dice enojada y caminado de lado a lado— Solo dime el porque están aqui y deja tu lloriqueos niña.

—¡Basta Flor, basta! —dice la persona enmascarada y dejandole saber que nos están asustando.

—Si sabes como manejar a tu propia...

No pudo pronunciar más palabras porque él la mato y dejo de existir en santiamén. Él hombre enmascarado que tenia la capucha negra, decidió levantar mi mentón con delicadeza y diciendome:

—Ya me molestaba esa bruja que no hace caso a mis ordenes. —dice mirando su cuerpo con disgusto y para mirarme con ojos de maldad— Te lo dire de buena manera cariño, ¿Qué hacen ustedes 2 aqui?

Esa voz me parecia tan familiar y por un momento pense en mis sueños que me advertían de algo que se venia y no del todo eran pesadillas. Me tranquilice y decidí no mentirle para salvar mi vida y la de Alice. 

—Venimos por una razón a este bosque y arriesgando nuestras vidas para salvar a unos pequeñines que necesitaban nuestra ayuda. —dije suspirando al saber que ya podrian estar muertos y que no pudimos ir dónde ese tal James Luther— Nos llego una carta misteriosa en nuestra habitación y por eso sabemos que los niños de Howards necesitaban nuestra ayuda.

Él me mira y sabe que lo que e dicho es cierto. Nos solto las cuerdas y pudimos ser liberadas por decirle la verdad y solo nos dejo ir a Zenobia. Pero sin antes advertirnos que no volviéramos a estos lugares si no queriamos ser asesinadas por ellos o por las criaturas que se escondían en los arboles.

Tuvimos que volver caminando y cuidando nuestras espaldas para no ser atacadas por uno de ellos. Con miedo y temor volvimos sanas y salvas a Zenobia. Nos quedamos pensativa y congeladas al saber lo que nos sucedió.

Pero a la misma vez, no sentimos culpables a no poder hacer nada por esos niños....




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