Epilogo

[1 de diciembre]

Es medianoche, la noche es fría y la luna está arriba, y los gritos provienen de la casa amarilla de dos plantas. Hay tres cuartos en esa casa, pero uno de los tres hermanos está tratando de ignorarlo; la habitación es blanca y las cortinas son de color naranja oscuro para asegurarse de que nadie pueda ver a través de ella. Es una cama individual en la habitación con sábanas azules.

Allison Nuñez, la hermana mayor, es de piel negra, su cabello castaño ondulado está atado en trenzas cuadradas, grandes ojos marrón oscuro, tiene audífonos puestos con música a todo volumen tratando de dormir. Sus brazos están alrededor de su hermanito tratando de ayudarlo o ayudarse a sí misma a encontrar consuelo, no importa.

Jonathan Nuñez, el hermano menor, es de piel oscura, tenía los ojos color miel cerrados, las cejas levemente relajadas y su respiración dejó de ser ansiosa, y tiene el cabello afro negro. Tiene auriculares puestos y está tratando de dormir en los brazos de su hermana, algo que no ha hecho en mucho tiempo.

Por último, pero no menos importante. Lucas, el hijo del medio, es un chico de tex negra, con cabello negro corto y rizado, y sus ojos marrón oscuro se ponen en su teléfono mientras envía un mensaje de texto a alguien. Tiene sus dos airpods encendidos y todo tipo de ruidos son silenciosos debido a lo fuerte que está la música.

Tocaron la puerta pero en unos segundos se abrió. "¿Lucas?" Preguntó con su voz suave y calmada, pero las palabras que se escucharon antes proveniente de la misma persona no estaban en esa voz.

Lucas levantó la vista y su madre estaba allí, no la iba a echar, así que simplemente se puso de pie. Ella es de piel oscura, y su cabello afro está atado en un moño. Tiene un pequeño moretón en la mano, pero está oculto por su camisa de manga larga, pero Lucas pudo verlo. Sus grandes ojos color miel los miraban sintiéndose culpables, sabía que las peleas con su esposo estaban afectando a los niños.

Sabía cómo se sentía, pasó por eso y esta vez finalmente entendió a su madre por qué no podía irse. Amy sabía cómo se sentía estar en una situación como esa, pero esta vez pudo ver a través de la perspectiva de su madre. Es doloroso ver a sus hijos con dolor, pero por alguna razón, Amy piensa que es mejor que se quede con Benjamin en lugar de divorciarse de él, por el bien de los niños.

Lucas se acercó a su madre, impidiéndole entrar. “Mamá, están dormidos. Por favor, no hagas ruido”. Suplicó, casi como un susurro mirando a sus dos hermanos.

Después de sus palabras, no hay nada más que el sonido del aire acondicionado y algunos ronquidos del hermano menor.

Ambos se desearon buenas noches y Amy dejó un breve beso en la mejilla de Lucas y se fue a dormir a su propia habitación y como siempre, su esposo estaba en la sala de visitas. Apenas está en la casa, cuando esta en casa Benjamin no sduerme junto con Amy. Su matrimonio está al borde del colapso, pero Amy cree que hay esperanza para ellos de alguna manera.

En cualquier caso, al día siguiente los niños volvieron de pasar el rato con los amigos y la familia estaba en el comedor comiendo la comida que Amy les había preparado a las dos. El sol está alto y brillante. Toda la familia está sentada y almorzando, como de costumbre. No había una palabra sobre la mesa, había tensión en el ambiente.

Los tres niños terminaron y estaban a punto de ir a lavar el plato pero Amy se detuvo con un gran anuncio que tenía que hacer. Tomó la mano de Benjamín, su esposo, lo miró y sonrió mirando a sus hijos.

Benjamin tiene sus grandes ojos marrones oscuros puestos en su esposa y sonríe mientras la mira. Es de piel morena, tiene cabello castaño liso, con algunos mechones blancos. Tiene un pequeño tatuaje en la muñeca, pero suele cubrirlo con una camiseta, chaqueta u otros.

"¿Qué es?" Preguntó Allison, ella no tenía actitud en su tono y era buena para ocultar emociones pero su posición lo decía todo. Siempre fue lo mismo para ella en algún momento, la pelea, la ruptura, el perdón y volver a estar juntos. Siempre el mismo puto ciclo. No sería nuevo si Benjamin simplemente se fuera por un tiempo y volviera más tarde como lo ha hecho durante el último año.

“Vamos al pueblo de tus abuelos, para la fiesta de cumpleaños de tu tío”, anunció Amy con una sonrisa. “Así que nos iremos mañana por la mañana, empaquen tus cosas y por favor comportense”. Ordenó tomar un vaso y bebio un sorbo.

Hay silencio. No necesitan ser genios para recordar de quién es el cumpleaños.

"¿Hablas en serio?" Pregunta Lucas con el ceño fruncido, no había necesidad de gritos. Él sabe lo que sucederá si lo hiciera, no quitó los ojos de sus padres. Estaba abiertamente sorprendido por la noticia, y no en el buen sentido.

¿Quién se alegraría por semejante noticia?

“¿Por qué debemos celebrar el día que nació el delincuente? ¡Es como celebrar cuando nació Hitler!”. Respondió Allison mientras se levantaba por reacción y miraba a su papá. Tiene la mala costumbre de ponerse de pie cuando discute, algo en la familia.

Es su idea que deberían ir a esa fiesta o lo que sea que estén planeando hacerle. “¡Allison Fernand Nuñez!” Gritó su papá, Benjamín, se puso de pie y tiró un vaso de agua al piso con enojo.

Allison se estremeció.

«Tienes que estar bromeando, ¿otra vez?» Amy pensó mientras se levantaba y tomaba la mano de su esposo, tratando de calmarlo. Ella no quería que sucediera este problema, pero tener una hija que no deja de decir lo que piensa y un padre que no es capaz de escuchar las opiniones de los demás en la misma casa es una pesadilla.

"¡Él es tu tío, ha estado yendo a terapia y se recuperó de ese evento!" Golpeó la mesa con sus propias manos. Nadie menciona el evento como si fue algo que nunca sucedió y el hecho de que los niños no hayan estado en el pueblo durante tanto tiempo hace que sea fácil de olvidar. Es como un vago recuerdo que quieren olvidar, pero no lo será.