Fuimos a la habitación donde habíamos estado ayer.
—Thomas debes quedarte aquí un momento ¿está bien? —el niño asintió y Cristal le sonrió.
Luego recorrimos un largo pasillo hasta llegar a una puerta con un letrero que no alcancé a leer. Era un lugar pequeño, parecía una oficina. El lugar tenía las paredes de color beige, que quizá en un momento pudieron haber sido blancas, pero el pasar del tiempo le cambió el color. En la oficina había un archivero de color verde muy claro. Se dejaban ver las esquinas de algunas hojas tratando de escapar.
Cristal fue en busca de un escritorio que se encontraba al fondo del cuarto, este también tenía una pila de hojas las cuales Cristal tomó y acomodó un poco para que Mateo pusiera sus documentos.
Mateo y yo nos sentamos frente a Cristal, mientras él rebuscaba en su maleta los papeles, hasta que al fin los encontró y sacó cuidadosamente.
—Kaila sé que estas muy pequeña aún para entender esto, pero en vista de la situación es un tema que debemos discutir —aclaró Mateo con los papeles en sus manos mirándome fijamente—. Mira, tus padres eran dueños de una compañía, EM Textile Company, como ya sospecharas la única dueña actual de la compañía eres tú. Eres la única que está en la línea, pero eres menor de edad y aún no puedes hacerte cargo.
Tú y tu hermano poseen un elevado porcentaje de las acciones; sin embargo, como mencioné no puedes hacerte cargo aún. Tus padres me designaron como tu representante legal en la compañía, así como también puedo acceder a sus cuentas bancarias y manejar sus finanzas. De este modo seré yo quien les proporcione dinero para sus gastos hasta que cumplas la mayoría de edad y seas capaz de manejarlo por ti misma —culminó Mateo e inmediatamente me extendió los papeles para que yo los pudiera ojear, mientras el sacaba otro juego de hojas.
Al tomar las hojas me percaté de que era el testamento de mis padres, me sorprendió que contarán con uno, no sabía ni en qué momento lo hicieron. Es como si ellos supieran que estaban en peligro y dejaron todo en orden, en caso de que algo sucediera y sucedió. La verdad yo había olvidado cualquier tema relacionado con lo económico. Ni siquiera me había detenido a pensar que sucedería con la compañía, no era algo que en este momento preciso despertara mi interés, pero la verdad me tranquilizaba saber que Mateo estaba a cargo.
—Creo que ya viste el documento y sabes de qué se trata, así que procederé a su lectura — dijo Mateo y se puso de pie y empezó a leer el testamento.
En la ciudad de Ferdwook, Londres a los 12 días del mes 10 del año 1998. Ante mí, escribano autorizante, comparece el Sr. Mauro Tremblay, inglés, mayor de edad, de estado civil casado, esposo de Erika Tremblay, CEO de EM textile company domiciliado en la calle Curneby Street N° 122 de esta ciudad. Hábil de mi conocimiento y en capacidad legal para testar, formulo mi testamento en los términos que a continuación señalo o detallo:
Hallándose en pleno de sus facultades mentales es mi voluntad instituir como únicos y universales herederos a Kaila Tremblay, con DNI o documento identificativo ANB000589, Kaila tendrá 35% de las acciones de compañía y tomará el puesto de CEO al cumplir su mayoría de edad. Todos los bienes pertenecientes tanto económicos como físicos a Erika y Mauro serán transferidos en un 50% a Kaila Tremblay.
Thomas Tremblay con DNI o documento identificativo AHK000588 heredará 30% de las acciones y tomará el puesto de vicepresidente dentro de la compañía al cumplir su mayoría de edad. Los bienes pertenecientes tanto económicos como físicos a Erika y Mauro serán transferidos en un 50% a Thomas Tremblay. El encargado legal es autorizado por mi persona como Mateo Welkin, actual abogado de la familia, este estará encargado de manejar el puesto como representante de Kaila Tremblay dentro de la compañía, mientras esta sea menor de edad, del mismo modo se encargará de suministrar una cantidad mensual a los herederos derivado del fondo monetario de los Tremblay.
Mateo finalizó la lectura y bajó los papeles e inmediatamente volteó a verme. Como esperando que saliera alguna palabra de mi boca, pero esto no sucedió, así que simplemente Cristal interrumpió el silencio mientras Mateo retomaba su asiento.
—Bueno, eso quiere decir que tu eres su tutor legal. ¿Cierto? —preguntó Cristal. Tenía las manos cruzadas bajo su barbilla, mientras miraba a Mateo en espera de su respuesta.
—No precisamente, en realidad soy su representante legal ante la compañía, su tutor por ahora será su tío ¿ya su gente se comunicó con él? Me habló anoche también, es la única opción que tenemos.
—¿Entonces nos tendremos que ir a vivir a Quincey? — pregunté.
—Si tu tío acepta hacerse cargo de ustedes, pues sí, así será, empezarán una vida nueva allí —replicó Mateo mientras me miraba con una mueca en intento de sonrisa forzada—.
—¿Qué pasa si no acepta mi tío? —pregunté, mientras rozaba mis manos una sobre otra un poco dudosa—.
—Pues en ese caso deberíamos buscar otra solución —Mateo palmeó mi espalda—. Pero la vamos a encontrar, no te preocupes demasiado.
—Bueno... No te preocupes demasiado Kaila, nosotros nos debemos encargar de eso. Será un trámite de adultos, tu solo debes permanecer un tiempo en el refugio, mientras solucionamos todo. Por ahora solo preocúpate por tu hermano y por comer bien —dijo Cristal, estirando su mano para acariciar mi cabello, mientras alborota un poco mi melena—.
—Así es —afirmó Mateo.
—Por Ahora, si quieres, puedes volver a donde estabas ayer. Pronto un oficial te llevará de vuelta a la casa. Debo discutir algo con tu abogado ¿Está bien?
— Esta bien —dije, despidiéndome de Mateo y él me respondió de nuevo con esa mueca.
Salí de la habitación y cerré la puerta a medias. Fingí irme, pero decidí quedarme cerca para escuchar lo que hablaban. Me decían que no me preocupara, pero¿cómo podía no hacerlo? Así que agudice el oído para escuchar mejor lo que decían.
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Editado: 07.12.2020