Los ojos también mienten #1

|•Capítulo 4•|

—Chicos— Saludó mi madre a Alex en la entrada, y desde el momento cero ya me sentía incómoda— Alex, no sabía que habías vuelto.

—Hola Cristal— Saludó él con sus lentes de sol.

—Oye pero... ¿Que?— Mi madre parece haber caído en la cuenta de su situación.

—Solo un accidente— Respondió con cortesía— No es nada.

—Biangelis no me dijo nada— Se disculpó mi madre urgiéndoles pasar.

—No lo sabía hasta hoy— Respondió Josh.

Su voz sonaba extraña.

—A ti siento que te conozco— Murmuró mi mamá mirándolo.

—Creame, yo siento lo mismo con usted— Juró en un susurro que no hubiera escuchado si no hubieran entrado en ese preciso momento a la sala.

—No te veía desde que tenías ¿Cuantos? ¿Doce años?— Se dirigió esta vez a Alex.

—Si, ha pasado mucho.

—Eso veo— Aseguró mi madre— Biangelis me había dicho que saldría con unos amigos, así que para asegurarme que fueran confiables quise invitarlos a casa.

—Si, muchas gracias por la invitación — Siguió Josh y fijó su mirada en mí.

Fruncí el ceño.

—Hola— Saludé.

—Bueno, estaré en el jardín— Comentó mi madre con una sonrisa y tocó el hombro de Alex— Sientanse como en su casa, y bienvenidos a Los Ángeles.

—Es el mejor recibimiento hasta el momento— Bromeó Josh mirándome y le sonreí rodando los ojos mientras veía a mi madre alejarse.

—Espero no incomodarlos— Dije nervisosa— Ya saben como son mis padres.

—Ah, no te preocupes, nos encanta pasar el tiempo con los padres de nuestras amigas.

Lo miré mal.

—Solo estamos aquí por Josh— Aclaró Alex.

—Lo sé... Quiere acercarse a Eidan.

—De hecho no— Murmuró el castaño— Pero es una buena excusa para venir a tu casa.

—Alex, ¿Aún eres adicto a esas galletas de almendras?— Pregunté al muchacho, él inmediatamente frunció las cejas.

—¿Recuerdas eso?— Preguntó.

—Si— Susurré— ¿Aún lo eres?— Insistí.

—No— Se jactó.

Josh lo miró confundido.

—Así que ustedes son los amiguitos de mi cuñada— La voz de Eidan me hizo dar un brinco en mi lugar en la sala, y la mirada de Josh se fue inmediatamente a las puertas corredizas del jardín por donde él venía— Soy Eidan.

—Un placer— Murmuró Josh, Alex permaneció inexpresivo.

—El placer es mío— Las manos de Eidan se posaron en mis hombros y comenzó a empujarme hacia el jardín a su lado— Vamos chicos, no sean tímidos— Pidió mirando a su espalda, intenté soltarme de su agarre— Tal vez, deberías ayudar a tu amigo.

Se dirigió a Josh, señalando a Alex.

Me solté de él mirándolo a los ojos con desaprobación.

—Cierra la boca Eidan.

—Solo digo, que...

—Ya te escuché— Cortó Josh— Perfectamente. No somos tímidos, ya vamos.

Alex a todo eso, solo permaneció en silencio, sin expresión.

Eidan salió de la sala con una sonrisa dejándonos a los tres.

—¿Que le pasa a ese tipo?— Frunció el ceño Josh.

—Es un idiota— Susurré— Lo siento.

Los tres caminamos hasta el jardín juntos y nos sentamos en un grupo un poco más distanciado, luego de que ellos saludaran a mi padre, y de que Jazmín saltara con euforia a los brazos de Alex, cosa que se detuvo inmediatamente notó su discapacidad.

Para mi sorpresa, no hizo preguntas.

Mi mamá y mi papá estaban acostados en una hamaca bajo las hojas de dos árboles, no hacía mucho sol y había un poco de viento.

Jazmín y Eidan estaba cerca de ellos, pero a una distancia prudente sentados en diferentes sillas del jardín y Josh, Axel y yo estábamos sentados cerca de un pequeño jardín que cuidaban mi abuela y mi madre en sus días libres.

—¿Ustedes están en la escuela?— Preguntó Eidan a la distancia.

—Si— Respondió Josh.

—No los he visto por allá— Aseguró él pelirubio con el ceño fruncido.

—No, recién entramos hoy— Prosiguió el muchacho— Pero ya nos pondremos al día, Biangelis nos ayudará con eso.

Lo miré con la ceja enarcada.

—Por supuesto— Respondí, y mis ojos se fueron a Alex.

Él no parecía estar bien.

Luego miré a Eidan quien me miraba también a mi, parecía molesto. Siempre que se molestaba ponía esa expresión.

—Si, y mañana voy a hacer la prueba para el equipo de baloncesto, así que todo estará en orden.

Curiosamente noté que los ojos de Josh no se alejaban de mi madre.

¿Sentirá atracción por las mujeres mayores o qué?

—Él es el capitán— Murmuró Jazmín apoyando su cabeza del hombro de Eidan con cariño.

—Oh, ¿En serio?— Miré a Josh con la ceja enarcada, mientras fingía no saber nada.

Mentiroso.

—Claro, es muy talentoso— Siguió mi hermana.

—No digas eso, me sonrojas— Rió Eidan besando la mejilla de mi hermana y dándole un sorbo a una limonada que había servido mi madre.

—Que privilegio conocer el capitán antes de la prueba— Murmuró Josh, y estoy segura de que solo Alex y yo pudimos detectar su sarcasmo.

—Miente muy bien ¿No?— Me susurró Alex sorprendiéndome, él se encontraba a mi derecha y no había dicho nada desde que llegó.

—¿Siempre es así?— Me giré a él también susurrando y distrayéndome de la conversación de los otros dos.

—La mayoría del tiempo si— Sonrió— Jamás le creas nada.

—No lo hago.

Alex también sonrió con disimulo.

—No eres tan tonta después de todo— Le dio un sorbo al vaso que tenía en su mano.

Rodé los ojos y me giré hacia los otros, no iba a hablar con alguien que me iba a estar ofendiendo. Aunque no hablarle sería ridículo tomando en cuenta que mañana tendría que acompañarlo a la escuela.

Si, porque lo haría.

Claro que lo haría.

—¿Que insinuas?— La pregunta de Eidan captó mi atención.

—No insinúo nada, solo quiero comprobar si eres tan bueno como me asegura tu novia— Respondió Josh sin darle importancia— Bueno, mañana lo sabré.




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