Los pensamientos de una joven

Querida compañera

Querida compañera,

cada día espero tus

abrazos llenos de amor.

Pero al ver que no llegas,

mi cuerpo y espíritu

se llenan de decepción.

 

¿En dónde te encuentras?

 

Ya no veo tu presencia en las palabras,

todas están llenas de nada.

Mi alma cae en un mar de melancolías...

¿por qué te has ido?

 

¡Dime!

¡No te quedes muda!

 

Lo había olvidado...

Yo te alejé.

Pero la culpa no fue mía,

sino tuya.

Tú cometiste traición.

Te aprovechaste de mi confianza

y con ella tiraste al mar

todas mis esperanzas.

 

Aun siendo tan parte de mí,

aun compartiendo la sangre,

aun siendo familia,

me traicionaste.

 

¿Cómo podría darte el perdón?

Si ni siquiera mereces mi compasión;

pero veme aquí

derramando gotas de agua salada,

al igual que mi alma.

 

Tu daño fue severo,

Tu daño me destrozo el pecho.

No debería pensarte,

pero es inevitable.

 

El lazo que nos une es muy grande.

Sin embargo,

el karma llega para todos...

Cuando lo pagues,

quizás algún día te hable.

 




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