Y la voz en mi cabeza estaba en lo cierto, yo soy mi propio enemigo, yo misma me estoy haciendo daño y lo peor es ni cuenta me doy.
Esa voz frustrante que siempre me ah frenado, hoy le eh demostrado lo que con tanto esfuerzo eh logrado.¡Ya no más!, resulta que si puedo hacerlo si me lo propongo.
Quien lo diría, al final…mi mayor enemigo resultó que era yo.