Los Reyes de Hill Lane

Capitulo 3

Elena

Miraba la televisión tratando de ignorar los golpecitos que ella hacía con el pie, la mire por un segundo sin que se diera cuenta si sabía que la observaba ya no me dejaría en paz, llevaba puesto un vestido amarillo de flores y sus sandalias blancas Ana estaba sentada enfrente mío con una gran sonrisa en su rostro me miraba a mi luego a la televisión para terminar en la puerta, estaba ansiosa e inquita esperando la llegada de papa. La observe sonriendo ver su rostro regordete y sus mejillas sonrojadas siempre me hacía feliz era mi hermanita pequeña la quería mucho ella era mi única familia con mi papá.

—¿Porque no llega papa? —me preguntó tan impaciente como toda una niña de 8 años y cuando iba a contestarle la puerta de nuestra casa fue abierta y mi padre llegó con la misma sonrisa que nos regalaba cada vez que nos miraba.

—¿Dónde están las princesas de papá? —dijo mientras abrazaba a Ana y yo me levante a unirme al abrazo familiar que presenciaba.

— ¿Cómo estuvo tu día papá? —pregunte con una sonrisa

—Excelente mi ángel ¿y el de ustedes? — pregunto mientras nos sentábamos a comer juntos cuando un ruido nos distrajo y....

Me desperté del sueño que tenía o más bien del recuerdo de aquel día.
Estaban tocando la puerta con bastante insistencia me había quedado dormida y ya era muy tarde, me levante de la cama y me dirigí a la puerta a ver quién era, al abrir me encontré con la señora Marta la misma que me ayudó a encontrar la habitación después del abandono de los chicos Hamilton.

—¿Qué pasa Marta, necesitas algo? — pregunte a la mujer de más de 50 años enfrente mío con amabilidad

—Solo quería informarle que la cena está lista señorita Elena

—Solo dime Elena, Marta y gracias en un momento bajo

—Entonces me retiro seño... digo Elena — la mire sonriendo mientras cerraba la puerta para arreglarme y bajar a cenar con la familia Hamilton.

Mientras bajaba las escaleras me detuve en el ultimo escalón suspire profundamente y me arme de valor después de todo tengo que acostumbrarme, mientras avanzaba hacia el comedor me di cuenta de que solo una persona estaba en el.

— Buenas noches —dije a la señora Hamilton mientras que con la mirada buscaba al señor Hamilton o alguno de sus hijos, al parecer se dio cuenta de la pregunta que se estaba formando en mi cabeza y antes de que pudiese hablar ella me contestó.

—Esta noche cenaremos solas Elena, mi esposo tuvo que salir de viaje por unos asuntos de negocios y mis hijos se encuentran fuera de la casa.

—Esta bien señora Hamilton — respondí mientras tomaba asiento enfrente de esta.

—Y que te pareció la habitación, si no es de tu gusto podemos arreglarlo

—Está perfecto muchas gracias por su amabilidad

—No hay nada que agradecer Elena es un placer tenerte en nuestro hogar lo digo en nombre de mi familia

—El honor es mío señora Hamilton

—Mañana empiezan las clases en la universidad el chófer que dispuse para ti te llevará y traerá de vuelta a casa y si necesitas ir a algún lugar puedes ir donde quieras solo tienes que pedirlo —dijo mientras las muchachas servían la comida en la mesa y era tanta que estaba segura que, aunque estuviesen todos los Hamilton no se terminaría. Solo pude sonreír a lo dicho sobre el chófer pues no me gustaba que me llevarán a los sitios donde bien puedo ir yo sola

—Gracias, pero me gustaría ir caminando solo está a unas calles de aquí y...

—Estas segura Elena

—Si, me gusta caminar y de paso conozco un poco más del lugar — respondí un poco seca pues no me gustaba que me interrumpieran al hablar, pero rápidamente le sonreí a la mujer que se encontraba cenando enfrente mío y me observa con intriga, le di una sonrisa más, no podía permitirme hablarle así ella era la señora y dueña de la casa, y yo solo una invitada o mejor dicho una obra de caridad de parte de su familia, ellos bien pudieron negarse a recibirme aquí pero no lo hicieron y como me alegraba y beneficiaba eso, claro porque así estaría más cerca de la universidad y no gastaría en pasajes por supuesto.

—Como gustes— y luego de eso la cena transcurrió en total silencio hasta que fue momento de retirarnos.

—La cena estuvo excelente, muchas gracias, pero ya me retiro a la habitación estoy un poco cansada con todo lo del viaje que tenga una buena noche señora Hamilton—agradecí mientras me levantaba con cuidado de no estropear nada, ella deposito sus ojos en mí y me sonrió, sentí algo extraño su sonrisa parecía tan falsa como real que me desconcertaba, tenía conocimiento de que no era del agrado de sus hijos eso era obvio, después de lo ocurrido en la mañana, pero todavía no podía distinguir si era o no del agrado de la señora Hamilton.

— Esta bien Elena, que descanses

—Usted igual

Después de tomar una ducha me quedé mirando mi reflejo y solo pude hacer una mueca era atractiva lo sabía mi cabello negro, ojos verdes, mis labios rosados y carnosos hacían de mi alguien atractiva a la vista, pero la chica que se encontraba enfrente era tan distinta a la de antes, a la niña que tenían un brillo de felicidad en los ojos ahora no veía nada solo tristeza y odio, odio por todo y todos pues me arrebataron mi felicidad y yo no pude hacer nada en ese momento.

De repente un sonido me alertó y me acerque a la ventana y al observar me encontré con los tres Hamilton entrando a la mansión y solo pude pensar en los misteriosos y atractivos que eran y en los secretos que ocultan.
Pues todos tienen secretos y nadie es tan bueno como aparenta.

 

 



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En el texto hay: amor amistad traicion secretos celos

Editado: 08.02.2022

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