Ethan
Estaba pensando en lo ocurrido en las últimas semanas en Hill Lane, primero Elena, luego el sabotaje de la mercancía y la muerte de Iván Tyler, cada vez había más problemas, mi cabeza estaba a punto de explotar estábamos los tres sentados y callados, Marta nos había informado que nuestra madre quería hablarnos de algo, levante la vista al percibir los pasos de mi madre acercándose a nosotros en la sala.
—Díganme que no fueron ustedes, su padre está muy molesto— sonaba bastante enojada, su rostro estaba completamente serio, y sus ojos nos evaluaba tratando de responderse ella misma a aquella pregunta.
—¿Qué cosa no hicimos madre? —pregunto Elliot levantando la mirada, ella rodo los ojos con molestia, paso sus manos por su rostro era una clara señal de qué estaba perdiendo la paciencia.
—La muerte de Iván Tyler, ¿ustedes lo mataron?
—Sabes que era un imbécil y tarde o temprano tendríamos que eliminar a los Tyler— menciono Erick sin tomarle mucha importancia moviendo sus manos como si eso pudiera tranquilizar a la mujer que teníamos enfrente, y justo en el momento en que mi madre le lanzo una mirada asesina Erick la interrumpió.
—Pero, aunque me moleste admitirlo no fuimos nosotros madre.
—No asesinamos a Iván y nosotros también nos preguntamos quien fue—dije y era verdad, no sabíamos quien fue y por lo que pude saber la policía está muy lejos de descubrirlo sea quien sea que lo hizo supo cómo hacerlo sin que queden pruebas del delito.
—Su padre está muy molesto, estará aquí dentro de dos días y espero que tengan una buena explicación por su bien porque saben que…— dejo de hablar pues unos pasos se escuchaban desde las escaleras, Elena se acercó de manera tímida a la sala.
—Buenos días—su voz era tan suave que la escucharía todo el día, ella era tan malditamente perfecta que me estaba volviendo loco y por la forma en la que mis hermanos la miraron sabía que a ellos también.
—Buenos días Elena, ¿cómo has estado? — mi madre sonó preocupada y su voz era suave, rara vez escuchaba ese tono en ella al parecer Elena le agradaba.
—Bien, un poco asustada por lo sucedido—menciono un poco cohibida por nuestras miradas.
—¿Tus padres deben estar preocupados? No — la pregunta pareció incomodarle pues sus hombros se tensaron y su respiración se entrecorto.
—Están muertos—menciono fría, y la manera en la que miro a mi madre como si la culpara de ello me desconcertó.
—No lo sabíamos, lo sentimos— esta vez fue Erick el que hablo.
—No lo creo— respondió y me sorprendí por ello y no solo yo, sino que todos en la sala
—Dijo, no los conocieron no podrían sentir su muerte— esta vez su voz sonaba apagada y su mirada reflejaba tristeza y algo más que no pude descifrar, pero antes de que pudiéramos hablar Elena ya lo hizo.
—Me retiro quede en desayunar con Madison— se despidió alejándose de nosotros
Mis hermanos me lanzaron una mirada y los tres nos levantamos despidiéndonos de nuestra madre después de todo ya no teníamos nada de qué hablar, subimos las escaleras en silencio para dirigirnos a mi habitación, teníamos varias cosas que resolver y hablar, y una de ellos era la jodida atracción que sentíamos hacia Elena y ver la manera para que ella dejara de evitarnos aunque eso fue nuestra culpa, y aunque nuestro padre nos prohibió acercarnos a ella sea la razón que fuera, no podíamos seguir con este juego la queríamos y la tendríamos.
Y luego de eso todo se arreglaría.
Una sola noche nos bastaba
Una sola vez teniéndola a ella era más que suficiente para sacarnos las ganas que le teníamos
Y luego todo volvería a la normalidad.
Elena por su lado y nosotros por el nuestro.
Solo una noche.