Los Reyes de Hill Lane

Capitulo 40

Elena

Un mes había trascurrido desde que termine mi relación con Ethan Elliot y Erick, la noticia ya se sabía en toda la universidad, era de lo único que se hablaba en estas semanas, así como las especulaciones de porque terminamos una era que yo les había rodado dinero y ellos me echaron de su casa, como si necesitara su dinero , otra era que me había acostado con uno de los empleados y ellos lo descubrieron, y claro no podía faltar los chismes donde decían que ellos me habían dejado por Gabriela su antigua novia, que ellos jamás la olvidaron y que desde que llego me habían puesto los cuernos con ella y valla que tenían razón, pero lo importante era que cada día que pasaba me sentía mejor, ya había dejado de llorar por las noches y esos sentimientos de cariño y amor iban desapareciendo y estaba feliz, su engaño ya no era un problema para mí.

 Después de algunos días faltando a clases decidí volver no valía la pena perder clases por esos idiotas, y mientras caminaba por los corredores de la universidad cuando me encontré con la última persona que había deseado ver, traté de evitarla, pero al parecer la vida me odia

—Gabriela—mencioné al tenerla enfrente mío.

—¿Cómo has estado Elena? ya superaste el engaño de mis chicos—mencionó altanera y con el ego por las nubes como siempre, rodé los ojos con molestia mientras ella acomodaba su cabello de un costado, la observe en silencio, tenía una blusa que parecía que estaban a punto de hacer explotar a sus tetas, su falda era tan corta que si se agachaba se le vería hasta la conciencia, pero estaba segura que esa era su intención, como digo siempre perra nunca imperra.

 

—¿Tus chicos? —pregunte con burla y su rostro perdió la sonrisa que tenía —En verdad Gabriela te metiste en nuestra relación para que al final ellos te ignoren.

—Eres una perra— siseo con rabia mientras levantaba la mano con la intención de darme un golpe. Pero que equivocada estaba, a mí nadie me pone una mano sin mi consentimiento.

—Ni se te ocurra—dije sujetando su brazo con fuerza, su brazo se estaba poniendo rojo y su rostro se contrajo de dolor, al ver que sus ojos mostraban miedo sonreí.

—Ya suéltame—chilló con los ojos cristalizados y la solté con rapidez y asco, como si mi cerebro me dijera que estaba tocando a una escoria.

—Aléjate de mí Gabriela y no te metas en mis asuntos—le advertí para luego alejarme de ella, dejándola sola y con la mano lastimada.

 

 Las siguientes horas, la pase de clase en clase, no había visto de nuevo a Gabriela, como tampoco a los chicos ni David.

Las clases ya había terminado por fin y con Madison guardamos nuestras cosas para irnos, al a salir nos encontramos con Ethan, Erick y Elliot acompañados de Daniel.

—Elena debemos hablar— dijo Ethan impidiendo salir

—No ya no hay nada de qué hablar—dije mientras lo esquivé y avance, pero una mano me detuvo nuevamente.

—Es importante Elena–susurro Erick, levante la mirada y observé sus ojos y vi la preocupación en ellos, haciendo que mi piel se erizara y un mal presentimiento me invadiera, me solté de su agarre con rapidez.

—Por favor es urgente— suspire y gire en dirección de Madison

—Me esperas unos minutos Madi–le pedí, ella primero negó rápidamente, pero al ver mi rostro solo suspiro y se alejó sin antes decirme que me esperaría en la salida.

 

Narra Erick

No podía creer lo que estaba sucediendo un jodido mes sin Elena y con más problema que nunca.

La mansión nunca se había sentido tan sola desde que Elena se fue, con su llegada el silencio que siempre había en la mansión había desaparecido, extraño ver su rostro en las mañanas, extraño el sonido de su voz y escuchar su risa y lo bien que me sentía cuando era yo el que la hacía reír, extraño las tardes de películas que teníamos, la extraño a ella.

Si alguien me hubiese dicho hace un año que ahora estaría como un maldito idiota por una chica le hubiese roto la cara luego de burlarme de las idioteces que decía, porque en mi mundo, en mi jodido mundo el amor no existe, eso solo te hace débil es lo que siempre nos dijo nuestro padre, porque él no amaba a nadie ni siquiera a sus hijos, ni siquiera a su esposa, para él, el dinero y poder lo son todo.

Y casi siempre por las mañanas observaba la fotografía que tenía en mi habitación, era una donde Elena y yo estábamos en la sala abrazados. Y los recuerdos siempre llegaban con rapidez y me hacían feliz pero siempre la realidad me golpeaba con fuerza porque al final eran solo eso recuerdos, unos recuerdos que no podría volver a repetir.

Acariciaba su rostro en la fotografía, se veía hermosa, ella era hermosa.

Flashback

¿Y qué vamos a ver? Elena pregunto mientras se acurrucada en mis brazos

Hoy yo elijo mencione mientras la acercaba más a mi aspirando el olor de su cabello que llegaba a mi nariz, olía a frutillas, olía delicioso, mejor dicho, ella era deliciosa

No películas de terror, sabes que no me gustanDijo quejándose, pero eso ya lo sabía, ella siempre terminaba asustada y quizás suene muy malvado de mi parte, pero me encantaba porque así ella me pedía dormir conmigo y tenerla en mi cama era algo que me encantaba

Te dan miedo admítelo le dije burlón, también me encantaba hacerla enojar ya que hacía que sus cachetes se inflaran y arrugara la nariz como conejo una linda conejita.

No tengo miedo, sabes que pon lo que quieras dijo levantando el rostro viéndose segura.

2 horas después por fin la película terminó, observe a Elena y estaba temblando y su rostro estaba tapado con la manta. No aguante y mi carcajada se escuchó en toda la mansión



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En el texto hay: amor amistad traicion secretos celos

Editado: 08.02.2022

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