Los Ricci

17. El mejor ignorador del año

POV RAVEN

Han pasado tres semanas desde que no veo a Rave. O mejor dicho, desde que no hablo con él. Porque de verlo sí que lo he visto.

¡Y como!

Se ha paseado por todo el Instituto con Nastia colgada del brazo. Es una chica con la que comparto clase de economía.

Intenté por todos los medios no agarrar un repele hacia la chica pero me fue imposible siendo sincera.

Ya he perdido la cuenta de cuantas veces he tenido el impulso de encararlo. De preguntarle por qué no me habla... Por qué ya no me besa; como hasta hace algunas semanas atrás.

Reclamarle el hecho de alejarse luego de  decirme que yo le gustaba. Pero sinceramente no tengo el valor de plantarme frente suyo y decírselo; tampoco sé si estoy preparada mentalmente como para soportar un posible rechazo de su parte.

Salgo del salón de clases con Jess a mi lado. Ella al contrario sigue perfectamente bien en su relación con Rhett. Al parecer la bipolaridad solo atacó al mayor de los Ricci.

Por otro lado, he intentado no pensar —aunque no lo he logrado—, en el hecho de por qué Rave sabe disparar un arma, el por qué él y sus hermanos llevan una consigo..., el por qué parecen tener influencia en ciertas personas, una... Autoridad o como se llame. El por qué ese señor del club aquella vez lo trató de "señor".

Tengo tantas preguntas y tan pocas respuestas. Cada día me recuerdo que no es asunto de mi incumbencia pero ya no puedo con la curiosidad.

Tampoco comprendo el por qué Aria y Jess no se preguntan lo mismo; teniendo en cuenta que las tres vimos lo mismo de los hermanos Ricci. Sobre todo Jess ¿o es acaso que Rhett ya le ha contado en qué andan metidos?

—Jess. —Le llamo mientras camina con aire distraído por el pasillo.

— ¿Ri? —Me insta a continuar.

— ¿Tú sabes en qué están involucrados los hermanos Ricci?, ¿Rhett te ha dicho algo? —susurro solo para que ella me escuche.

—Sí. Pero luego te cuento, aquí no —habla en el mismo tono que yo.

Yo asiento, agradecida y ansiosa en partes iguales.

Entramos por la puerta que conecta los pasillos con la cafetería y vamos directo a formar la fila para comprar nuestra comida.

Inconscientemente (bueno, no tan inconscientemente), lo busco entre el alumnado que almuerza. Y lo encuentro en la mesa de los populares ¡Semanas atrás ni siquiera comía en la cafetería del colegio! ¡Ugh!

Veo como Nastia lo toma por el brazo mientras le dice algo al oído. No llego a apartar la mirada cuando Rave se percata de esta. Le sostengo la mirada a pesar de por dentro ser un manojo de nervios y calambres estomacales. Una sonrisa débil es esbozada por su perfecto y estúpido rostro y otra compresión a mi estómago me recuerda todo lo que él causa en mí. Caos.

Estúpido, estúpido italiano.

Cuando Nastia nota que el chico no está prestándole atención a su diatriba ella mira en dirección a donde los ojos de Rave siguen fijos, en mí. Paso mis ojos a los de ella y me arrepiento al instante, su mirada grisácea me penetra de tal manera que hace que me encoja en mi lugar. Aparto la mirada.

Minutos después junto a Jess estamos paradas en medio del lugar buscando un sitio vacío para sentarnos. Vemos a Rhett haciéndonos señas para que vayamos hasta él. El problema es que está justo en la misma mesa que Rave y todo el grupo de Nastia.

—Ve tú, yo comeré en el parque aquí afuera. —Me apresuro a decirle a mi mejor amiga. Ella tiene derecho a sentarse con su novio.

Ella me mira sin comprender nada, echa una segundo vistazo a los integrantes de la mesa en donde se encuentra el castaño y divisa a Nastia muy acaramelada con Rave.

—Rhett puede esperar —contesta sin darme tiempo a rechistar, le hace una seña a Rhett de que nos sentaremos en otro lugar y nos dirigimos a la primera mesa vacía que encontramos. La del rincón.

Rhett la mira confundido pero mi mejor amiga ya está arrastrándome hacia la mesa en el rincón de la cafetería.

—¿Sigue ignorándote? —cuestiona ella una vez estamos sentadas y disfrutando de nuestro almuerzo.

—Hoy se cumplen tres semanas —resoplo y mi rostro decae.

¿Qué podía esperar de alguien de su tipo?

—¿Se pelearon o algo por el estilo?

—Jess, no hables como si él y yo fuéramos una pareja. Es obvio que solo se divirtió un rato conmigo y pues, ya se cansó.

—¿Quién se cansó? —Escucho la voz de Rhett a mis espaldas y una pequeña parte de mí se decepciona cuando noto que ha venido solo.

—Nadie importan...

—El patán de tu hermano está ignorándola desde hace tres semanas —espeta Jess indignada.

El segundo de los Ricci toma asiento a su lado y le da un casto beso en la sien.

—¿Rave? Sí, está algo raro estos días. No es solo contigo, Raven. Así que por eso puedes estar tranquila. —Me asegura—. Seguro cuando se le pase te hablará —agrega mirándome con lo que creo, ¿es lástima?

Oh, no.

Debo de verme patética queriendo la atención de Rave.

—Yo no quiero que tu hermano me hable, sin ofender claro —digo en un intento de mejorar mi situación "pérdida severa de dignidad"—. Es más, hoy saldré a una cita con un chico... Y si todo marcha bien... Eh... —No sé que más inventarme ¡mierda!—. Si todo marcha bien lo único que podré ofrecerle a Rave será una linda y sincera amistad.

Doy por terminada mi diatriba con una sonrisa tensa.

La cara de Rhett y Jessica es todo un poema. No sé cuál de los dos es el que menos se lo cree.

—Bueno no se sorprendan tanto, ¿acaso estoy tan fea como para que ningún chico se fije en mí? —bromeo y ruego al cielo porque Rhett se haya creído la mentira o quedaré más patética.

Jess parece reaccionar segundos después.

—Oh, oh sí Ca... Cameron, Cameron sí —dice atropelladamente y me siento aliviada cuando Rhett saca la expresión de incredulidad que pintaba sus facciones—. Sí que tonta, me había olvidado que me comentaste sobre tu cita con él.




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