Los Sallow [sangre Oscura #1]

Capítulo 3

Capítulo 3: Nos quedamos.

El dolor en mis costillas y cara es para morirse, pero me las aguanto, no puedo dejar de correr, tengo que llegar a casa lo más rápido posible y hablar con papá cuanto antes, pero primero tengo algo importante que hacer.

Lanzo la puerta en cuanto entro y clavo mi mirada en el asqueroso espécimen que se hace llamar mi hermano.

—¡Tú! —llamo su atención haciendo que se levante del mueble, observándome con preocupación.

—¿Aly qué te pasó? —pregunta con una mueca de horror.

Deimos ha dejado de tocar el piano para observarme con los ojos bien abiertos.

Me acerco a Deneb a grandes zancados y le propino un fuerte gancho que probablemente le rompe la nariz. No dejo que lo asimile y le doy un rodillazo en la entrepierna, se queja mientras cubre la parte más sensible de su cuerpo con sus manos, aprovecho que se agacha hacia adelante para darle otro rodillazo, pero este va hacia su cara, haciendo que caiga al piso. Empiezo a patearlo en el estómago, así como los tipos de hace rato. Deimos me suplica que pare y empieza a llamar a mamá, yo sigo concentrada en lo mío y no se cuanto tiempo pasa, para cuando reacciono, papá me abraza por detrás alejándome de la escoria que se retuerce en el piso. Forcejeo porque quiero seguir golpeándolo, pero papá no me lo permite.

—¡Alya, basta! —me dice y yo dejo de forcejear poco a poco.

—¡¿Qué está pasando?! —mamá viene bajando las escaleras, luce horrorizada por la escena que hemos montado.

Ayuda a levantar a Deneb, quien se sigue quejando por el dolor.

—Para que lo pienses dos veces antes de dejarme tirada —espeto y mamá se concentra en mí.

—¡Aly mi niña, ¿Qué te pasó?! —se acerca para tomar mi rostro entre sus manos. Papá ya me ha soltado y ahora siento que mi cuerpo duele más.

Retiro las manos de mamá lentamente para posarme frente a papá.

—Nos encontraron, la FDIS nos encontró —la sala se vuelve un silencio sepulcral.

La FDIS (Fuerzas de investigación secreta) es una rama del FBI que va tras los mayores asesinos de la historia. Son de los pocos –si es que no son los únicos– que conocen de la existencia de los Sallow, no han estado cazando durante años, ahora más que su jefe es Louis Smith. Este sujeto prometió que mientras estuviera al mando, nos descansaría hasta acabar con todos los Sallow en el mundo.

—¿Cuántos eran? —me pregunta papá luego de salir del shock.

—Tres.

—¿Los mataste?

—Si.

—Llamaré a Alhena, tendremos una reunión familiar —papá desaparece por la puerta principal, de seguro traerá los cuerpos para enterrarlos en el patio trasero.

>> ¡Deimos, me vas a acompañar a recoger esos cadáveres!

—Voy —dice mi hermano dedicándome una última mirada de pena antes de ir tras nuestro padre.

—Aly, lo lamento tanto yo... —intenta disculparse Deneb, pero lo interrumpo.

—Ahórrate las disculpas, desaparece de mi vista —espeto antes de tomar mi costado izquierdo, duele muchísimo.

—Vamos a curarte cariño —mamá me ayuda a subir las escaleras, encaminándome hacia mi habitación.

Me ayuda a tomar asiento en la cama y ese simple movimiento me hace soltar un quejido, parece que el dolor se expande hasta la última célula de mi cuerpo.

—Iré por el botiquín —dice mamá antes de desaparecer por la puerta.

Me quedo quieta con la vista fija en el piso, si ya saben que estamos aquí, tendremos que mudarnos. No es la primera vez que pasa esto, hace diez años, papá llego a casa malherido pues unos agentes de la FDIS trataron de llevárselo. Tuvimos que mudarnos de Londres a este pequeño pueblo para no poner nuestras vidas en peligro.

Mamá entra a la habitación sacándome de mis pensamientos y deja el botiquín junto a mí.

—Primero date un baño, estas toda llena de sangre y tierra —asiento y con lentitud me vuelvo a poner de pie. Me ayuda a desvestirme para luego llevarme hacia la ducha.

Hasta el agua que cae de la regadera duele como el demonio, no doy ninguna muestra de dolor pues no quiero preocuparla, pero no creo aguantar demasiado. Me envuelve con una bata y me saca del baño volviendo a sentarme en la cama. Comienza pasando el algodón con alcohol por mi cara, se siente como si me estuviesen untando limón en las heridas.

—Auch —me quejo, pero mamá continua con su trabajo.

Varios minutos más tarde, Adhara entra a mi habitación, pegando el grito al cielo cuando me ve.

—¡¿Qué carajos te pasó?! Deneb me dijo que estabas un poco herida, pero esto es otro nivel —hace una mueca de horror.

¿Tan mal estoy?

—Unos agentes de la FDIS la atacaron camino a casa porque Deneb no la trajo —le explica mamá y mi hermana menor rueda los ojos.

—¿Le diste una paliza? —asiento —. Esa es mi Aly —sonríe con satisfacción.

Se sienta junto a mí y le relato todo lo que pasó y como maté a cada uno de ellos. Me abraza de vez en cuando y mamá la reprocha porque aún estoy demasiado sensible.

—Tómate esto, ayudará para calmar el dolor —mamá me extiende una pastilla y me la paso sin agua.

—¿Te duele mucho? —pregunta Adhara.

—Demasiado.

—Vamos a dejarla descansar —mamá toma la mano de mi hermana y ambas salen de la habitación.

Hago el intento dormir el cual es casi imposible ya que el dolor parece no cesar, creo que tendré que ir al doctor porque lo más probable es que tenga alguna costilla rota. Logro dormir unos diez minutos, hasta que alcanzo a escuchar un bullicio fuera del pasillo, la puerta de mi habitación se abre abruptamente dando paso a una Jade horrorizada.

—¡Mi rubia! ¡¿Qué te han hecho?! —grita acercándose a grandes zancadas para luego dejarse caer en mi cama.

—Intentamos detenerla, pero exigió verte —me explica Adhara pegada al marco de la puerta, con Deneb detrás de ella.

Me fijo en el bastardo de mi hermano que aparte del moretón que le dejé, ahora lleva su mejilla izquierda enrojecida.



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En el texto hay: romance, accion, accion drama

Editado: 12.06.2021

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