Los Sallow [sangre Oscura #1]

Capítulo 16

Capítulo 16: Lo inevitable.

[Minutos antes]

*Jonathan*

Me paso el antebrazo por la frente, deshaciendo el exceso de sudor. Retomo mi recorrido con la máquina de podar, ya me falta menos de la mitad para terminar con el tramo que me asignaron y trato de mantenerme positivo para que el tiempo se pase rápido.

—¡Jonathan! —me detengo y apago el aparato en cuanto escucho que me llaman.

Jade llega hasta mí un tanto jadeante. Me extiende una botella de agua que tomo de inmediato mientras se lo agradezco. A ambos –junto a otros compañeros– nos tocó la labor de podar el campus y darle mantenimiento. Ella ya terminó con su parte de la cancha y con otras chicas, se están dando la tarea de mantener hidratados al resto, algo muy amable de su parte.

—En serio, no sé cómo agradecerte —le digo luego de haber acabado con todo el líquido del envase.

—No es nada —esboza su típica sonrisa, pero luego parece pensárselo un poco—, de hecho, si hay algo que puedes hacer por mí.

—Claro, dime.

—Dejé mi bolso en el salón y no quiero caminar hasta allá, ¿podrías traérmelo? No habrá problema en que sepas cual es porque Aly está allí, solo se lo pides y ya.

Mis buenas intenciones desaparecen tan rápido como llegaron. Ya llevo más de una semana evitando toparme con la muda y el tener que dirigirle la palabra me da pánico.

Desde que pasó lo de la fiesta no puedo sacármela de la cabeza, ahora siento que me la encuentro en todas partes y por más que intento alejarme, está allí. Pero ese no es el problema, ahora no solo la veo como la muda amargada que parece querer asesinar a todo el que se le cruza, también veo a la sexy mujer con la que bailé esa noche y que despertó cosas en mí que no esperaba.

Y es que el destino es tan jodido, que con todas las mujeres que hubo aquella noche, tuve que liarme con la que no puedo compartir el mismo aire por más de cinco segundos.

Asiento hacia Jade un tanto derrotado. No tardo en emprender camino hacia el edificio y lo hago a paso rápido. Si acabo con esto lo antes posible, mejor.

Cuando estoy lo suficientemente cerca, desacelero el paso. Puedo sentir como aumenta mi ritmo cardiaco, me cabrea y a la vez me da miedo, es antinatural que la muda me haga sentir todo eso.

Es decir, ella me odia. Cada que me repara lo hace con repulsión, no es amable, no creo que conozca la palabra empatía y, aun así, es capaz de convertirme en un manojo de nervios.

Mis oídos captan el ritmo de una canción, sacándome de mis confusos pensamientos. SexyBack de Justin Timberlake resuena desde adentro del salón. Me quedo plantado en la entrada de este, sin poder creer lo que observo.

Alya esta de espaldas, sostiene una escoba entre sus manos mientras mueve las caderas al ritmo de la canción. Es más, lo que baila, que lo que barre.

Come here, girl (Go ahead, be gone with it). Come to the back (Go ahead, be gone with it) —es gracioso escuchar como imita la voz gruesa y hace como una especie de coreografía con dicha parte.

El pequeño parlante de donde sale la música está sobre el escritorio del maestro.

Empiezo a avanzar lentamente hacia ella, ni siquiera me escucha y en realidad no sé qué haré cuando repare en mi presencia.

Sigue bailando como si la vida se le fuese en ello, es lamentable que no sea consciente de lo hermosa que se ve haciéndolo.

—Si sigues bailando así, me vas a volver loco —pega un brinquito por el susto y se gira tan rápido que tropieza con la escoba. La sostengo de la cintura evitando que caiga y de inmediato se aferra a mis hombros haciendo que nuestros rostros queden demasiado cerca.

Sus ojos están tan abiertos que parece que están a punto de salirse de sus cuencas. La palidez de su rostro ha sido sustituida por un fuerte rubor, especialmente en las mejillas y nariz.

No dice nada, haciéndole honores al mote que le puse. No me aparta y no quito mis manos de su cintura, es como si mi cerebro se hubiera desconectado de la realidad, concentrándose únicamente en la rubia que tengo entre mis brazos.

Ha cambiado su expresión de asombro por una de confusión, marcando levemente su entrecejo. Sus ojos me observan con una intensidad que amenaza con partirme el alma, no puedo sostenerle la mirada por lo que dirijo mi vista hacia sus labios.

Están entreabiertos y el que se relama el labio superior es todo lo que necesito para estampar mi boca contra la suya.

Empiezo con un beso casto, que la toma por sorpresa, pero luego es ella quien me devora la boca en un beso lento y sensual. Nuestras lenguas no tardan en encontrarse haciéndolo más intenso, mordisquea mi labio inferior de vez en cuando y enreda sus dedos en mi cabello para profundizar el beso.

Avanzo junto a ella sin dejar de besarla hasta que su cuerpo choca con un escritorio. Llevo mis manos a sus caderas para levantarla levemente, haciendo que se siente sobre este. Nos separamos unos segundos para tomar aire, pero de inmediato junto mi boca a la suya, saboreándola como un dulce que no quiero dejar de probar.

Lucha por tener el control y me trago la risa porque nunca imaginé que la muda sería una increíble besadora. Mis inquietas manos se cuelan bajo su blusa, palpando su plano abdomen y me sorprendo al sentir los bultitos que sobresalen.

¿Cicatrices?

Un teléfono comienza a sonar, se escucha fuerte y claro ya que la música dejó de sonar hace algunos segundos. Alya y yo seguimos besándonos como si el mundo se fuese a acabar y eso me encanta.

Pasea las manos por mi torso y las alarmas en mi sistema se activan cuando juguetea con el borde de mi pantalón. Estoy por decirle que se detenga, pero es ella quien se aparta abruptamente.

—Mierda —espeta a la vez que se baja del escritorio, encaminándose hacia el otro extremo del salón. Agarra con brusquedad lo que al parecer es su mochila y de esta saca el teléfono que lleva sonando algunos segundos.



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En el texto hay: romance, accion, accion drama

Editado: 12.06.2021

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