Capitulo 18

CAPITULO 18

REY AKIM

Después de lo sucedido con Aranza en la noche, no tenía que pensarlo más, deje unas cosas a cargo de alexter, como futuro alpha debe aprender cómo manejar las cosas que se llevan a cabo en el consejo. Por lo tanto, me iba confiado. Lo deje todo en buenas manos.

--Hijos hare un viaje, que se me presento de imprevisto—le decía a mis dos hijos.

--¿Para dónde vas?—pregunto Stefan

--Voy a visitar a un viejo amigo de la familia en la Amazonas—Dije, terminando de meter todo en el maletín. Me fui en dirección al chofer que me llevaría al aeropuerto.

--Cuiden mucho a su hermana, y cualquier cosa no duden en llamarme ¿entendieron?—ambos salvatores asintieron.

Me fui directo al aeropuerto, en la noche confirme de mi ida a la Familia O´Neills, para que estuvieran atentos a mi llegada, pues son una familia que no reciben a cualquiera en sus tierras. Solo pensaba en mi niña, aunque Adams me la haya dado para cuidarla, pues la quiero más que mi propia vida al igual que mis otros dos hijos, por algo la Diosa Luna me permitió seguir viviendo, ¡Por ellos!

El avión despego, por lo que al bajar ya me esperaba uno de los hombres de la familia, los mayordomos tomaron mi maleta, y yo solo subí al auto, en el camino me doy cuenta que nada ha cambiado en este lugar, pues solía venir mucho de pequeño con mi padre a visitar estas tierras, aquí encontró muy buenos aliados y fieles a su mandato. Es por ello que me conocen desde hace mucho tiempo y me reciben con mucho respeto y cariño.

El camino era solitario, a los alrededores, puros arboles de gran tamaños, unos que otros pequeños y grandes, era una sabana exquisita para turismos, pero esta zona ya no es accesibles a extraños, por seguridad de la familia. Llegamos a lo que parece una mansión, con rejas negras que es la entrada, un camino principal para estacionar el auto, y a su alrededor pude observar un pequeño jardín con mesitas y un paraguas en su centro y sillas alrededor, todo de modelo antiguo. ¡Nada ha cambiado! Fue lo que pensé, todo permanece en su sitio.