“Los monstruos son reales y los fantasmas también. Viven dentro de nosotros y a veces ellos ganan”
Stephen King
"Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil"
(Marcos 17:5)
“Agradezco a todos aquellas que me dieron el poder para eliminar a los animales que llamamos hombres”
Tú amiga la Samaritana de Satán
I:
El arribo de la muerte.
Julio 17
20:15PM
Comisaría de Fallen, Portland.
2do intento de interrogatorio a James Tomlison por el detective Simpson:
—Comencemos de nuevo señor Tomlison… ¿Está seguro de que puede? —Preguntó el detective, notando el estado traumático de aquel hombre.
—S-i-i y-o p-pue-d-do —, dijo aquel hombre, que se encontraba en la línea fronteriza entre el juicio y la locura.
— ¿Quién le hizo eso? —Preguntó Simpson esperando una respuesta más acorde a la realidad, y no una delirante como en el primer interrogatorio.
— ¡Y-YA L-LE D-DIJE Q-QU-E-E ELLA! —Expresó él, gritando y alterado por la incredulidad del detective a su primera respuesta.
—Cálmese señor Tomlison, ahora por favor repítame todo lo que recuerda que paso —, dijo con un tono suave y acogedor, esperando que la historia cambiara.
—Y-y-o —, hizo una pausa para tomar aire e intentar hablar fluido—. Esta-ba con ella, con…
«No puedo permitirme decir su nombre… Me va a matar, si lo digo… Siempre hace de las suyas y escapa».
…Yo estaba a-a-allí, en la cama —.Su mente se nublo con recuerdos, sus ojos por segundos se volvieron deslucidos y el detective creyó que el hombre estaba muerto, cuando le iba a tomar para reavivarle, él volvió—. Ella, su s-se-senos, su cu-cuerpo —, balbuceó en voz baja—, estábamos, ya sabe en el ac-acto. Us-usted me entiende, ge-gemía en mis oídos implorándome que siguiera pero de re-repente… —Él hombre se reencontró con aquella bruma y esta vez duro más tiempo en ella para regresar— …de repente, cuando iba a comenzar a prac-practicarme sexo o-oral, tomo mí m-miembro y… —regresaron los recuerdos y el detective Simpson sólo se quedó esperando que el hombre volviera en sí— ¡NO! —Gritó, después expulsó un chillido de dolor y murió infartado.
El detective le miró el rostro y sus ojos reflejaban la perturbación a través de sus incoloras pupilas; a Simpson se le puso la piel de gallina y el miedo penetro lentamente sus pensamientos. Pero debía contenerlo pues su deber era encontrar a la responsable.
Aunque en un pueblo tan pequeño (1.933 habitantes) y tan alejado de la justicia como Fallen era difícil encontrarle.
2
Cafetería Lady’s, Leston, Portland.
19 de Julio
10:00 PM
—Señorita ¿Me puede traer un cappuccino? —Preguntó Martin Lessens un famoso abogado en Leston.
Él había ganado el caso con más interés público de ese pueblo, y su fama se basaba no tanto por sus acciones sino por su ambición de dinero sin importar el método.
Se decía que había matado a un cliente tres años antes, solo porque no pudo pagarle a tiempo. Pero que se escapó de entrar a la cárcel por falta de pruebas acusatorias de la fiscalía.
La hermosa mesera asintió con la cabeza y a los dos minutos le trajo su cappuccino. Él le dio un sorbo y le dijo a la chica:
— ¡Así de rico es que me gusta! —Después le palmeo el glúteo derecho descaradamente. Ella le respondió intentando darle un bofetón, mismo que le detuvo en seco— ¡No, no preciosa así no se hace! —Exclamó moviendo su cabeza de un lado a otro y le soltó el brazo.
La gente que estaba en el café le miraban indignados y murmuraban injurias sobre él.
En eso una mujer se acercó a él. Blanca , alta, pelo rizado, muslos carnosos y unos senos levantados, vistiendo con una camisa de mezclilla, unos jeans de color azul oscuros y un bolso Ligroin en su brazo derecho.
— ¿Me puedo sentar con usted? —Pregunto con una voz dulce y embriagadora. Tirándole una mirada seductora mientras se mordía los labios. Él se extasió, pero no al punto en el que ella quería.
—Usted parece saber lo que es bueno —, replicó él, apuntando la parte de su jean donde su pene erecto yacía.
«Maldito sádico » pensó ella antes de responderle—. Sí, ¡claro que lo sé! pero creo que ellos no —.Refiriéndose a la gente que estaba en el café—. Pero aquí no podremos hacer lo que queremos —.Añadió con un guiño y mordiéndose los labios.
—Me encanta tu pensar —, replico él susurrándole en el oído.
Caminaron hacia la salida, cruzaron la calle en dirección a Shepherd Street, donde se ubica un hotel 3 estrellas llamado Happy Misery y entraron.
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Editado: 12.01.2023