Los secretos de Arya

Capitulo cuatro "Todo se jodió"

“Mierdaaa”

Un perfume de muy mal olor, creo una reacción en cadena para que todo mi sistema se active. Abro los ojos, me encuentro a un hombre tratando de despertarme, sonrió satisfecho al ver que lo logro. Mi mente esta nula en cada aspecto, las palabras no salen de mis labios.

Solo recuerdo gritos, lo que mi mente está haciendo en este momento, decido mantener mi cabeza agachada sin mirar hacia delante ignorando el hecho de lo que está sucediendo.

—Por fin despierta la damisela, ya pensaba que debíamos buscar a tu príncipe.

Esa voz, de aspecto rasposo, temible ante cada palabra, mi mirada siguió en el mismo sitio.

—Mírame

No me moví.

Escuche un suspiro.

Sentí sus manos en mi mentó elevándolo suavemente, haciendo que mi mirada chocase con la suya, mi miedo es más grande, al ver que desconozco a la persona que con sus manos está tocando mi rostro.

Mi respiración se entre corta decidí, solo quedarme callada y no quebrarme ante su presencia.

—Arya, la protegida en secreto de Daimon, y su hermano viene y te entrega en mis manos.

No entiendo, nada.

Solo mi mente piensa maldito Abruey.

—No sé de lo que hablas, y nadie me entrego a nadie —dije con seguridad en solo la última parte.

—Ja, Arya eres de la propiedad de los cuervos, trabajaras para mí, hasta que cubras lo que Abruey me robo.

Me mantengo en silencio no sé qué decir.

—Mañana te quiero aquí a las cinco PM, ve a dormir, mis hombres te llevaran a tu casa, y Arya, dile a Daimon que eres de nuestra propiedad. Y también dile que no aceptare dinero, solo a ti.

— ¿Quién eres? —dije rápidamente antes de que el salga del sitio.

—Jeff la peor pesadilla de todos, y tu Arya no podrás escapar de esto, si no te presentas mañana, mataremos a tu hermano.

Salió del sitio, muy bien decorado diría, dejándome sola con sus hombres, los cuales me entregaron una chaqueta, ni más ni menos con su logo en una hombrera.

—No me pondré eso.

Ellos se mantuvieron en silencio como entes, deje la chaqueta sobre la silla en la cual estoy sentada. Me levanto de la misma, y uno de ellos al ver mi acción tomo sus llaves.

***

“Preguntas”

Tener un circulo de personas que conozco, en la sala de mi casa no sé si me intimida más que el hombre de hace rato.

Reconozco que esta todo el equipo “A” inclusive Abruey el cual lo miro con desprecio desde la entrada, y Drina la cual está al lado de Alethea.

—Solo diré, que no me fui por mi maldita cuenta. —Camine hacia la ubicación de Abruey, y el impacto de mi palma contra su rostro resonó en toda la sala —Por tus malditas mierdas hace alrededor de una hora quede condena.

Me aleje del y los observa a todos en silencio y volví a hablar.

—Si quieren la verdad, la sabe, solo él

Me senté enfrente de el sin darle la espalda a nadie.

—Habla y diles que te endeudaste con unos maleantes, a los cuales te tomaste el tupe de ofrecerme con recompensa, diles.

La mirada de enojo de Daimon es imparcial, si su hermano no le estaría tomando del hombro esto sería un desastre.

Él se mantiene en silencio absoluto.

—Si no vas a hablar, salte de mi casa que bastante mierda me estas trayendo. Porque lo mejor sí, es que ahora según Jeff trabajo para él y soy un objeto de los malditos Cuervos. Asique si no piensas decirme que mierda estuviste haciendo, que no solo dos personas me advirtieron de ti,          que me llego una carta que no me basto que mírame. Lárgate de mi casa si no quieres que te saque.

—No fue intencional decir tu nombre. —dijo Abruey.

Se escuchó una queja sin entender que decía.

—La entrégate a una de las personas más sádicas del mundo, eso creaste, solo conoces la parte de las drogas de Jeff, pero él es peor, y dices que no fue intencional. —Daimon respiro y continuo — ¿Cuánto le debes?

Antes de que pueda responder Abruey hable.

—No aceptara nada que no sea yo, ya me lo aclaro, además de un mensaje para ti Daimon que ahora soy de su propiedad. Y si me disculpan deseo dormir antes de verlo devuelta. Cierren al salir.

Subí a mi habitación y me desplome en la cama y solo cerré mis ojos.

Estoy hasta las manos, y jodidisima.  

“Cinco PM”

Llego al sitio, luego de que uno de los mastodontes con traje se presente en mi casa.

Frente a mí solo encuentro una mansión enorme, para que tanto si es una sola persona, sigo en silencio al hombre que me trajo hasta aquí y solo sigo observando todo.

La verdad creo que tiene serios problemas con lo grande, debe de ser complejo.

Entraos a la casa, o mejor dicho mansión, y es hermosa por dentro, aquí no me trajeron anoche, miro cada uno de los cuadros hasta que me detengo automáticamente en la capilla Sixtina pintada por Miguel ángel, es una obra de arte esplendida a la vista, toda la delicadeza que muestra es una gloria mundo en una obra de arte.

Estoy tan concentrada en cada milésima de destalle que ignoro las voces que se oyen a mmi alrededor.

—Arya, si viniste. Bueno Daimon dejaremos nuestra conversación para cuando importe. —La voz de Jeff me desconcentró.

—Arya no hagas esto —Me suplica Daimon

Lo miro, me acercó a él y siento la mirada de todos alrededor.

—No, no puedo seguirte en esta, estoy pagando por tu hermano, el deberían sabes cómo parar, y no pierdas tu tiempo en mí. ¿Listo Jeff? —Me aleje de Daimon.

Escuche maldecir a Daimon. Y tome el aire suficiente como para seguir con la situación.

—Ella eligió su bando, a la fuerza o no, pero es una víctima más de tu equipo de hermanos, de suerte no de tu sociedad secreta.

Decidí no preguntar y comencé a seguir a Jeff por las puertas de su mansión hasta que se detuvo en una.




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