Los secretos de Fos

Hades I

Aún recuerdo mis primeros momentos entrenando a la niña con la que tenía contrato de familiar, la cual en ese tiempo corría como loca por una pista de obstáculos creada para ser pasada hasta por un niño de cinco años y aun así para esa niña sudorosa y gritona parecía un paseo por el infierno.

La única regla impuesta por mí es que no podía usar magia.

Su nombre es Ceres Bianchi, una chica ahora de 15 años, con cabellos rubios largos bastante bien amarrados en una cola alta, labios delgados, nariz respingada y unos hermosos ojos azules que parecían fríos y calculadores. Seguía viéndose hermosa en todo sentido, con sus atributos rebotando.

No había ni un solo chico viéndola así que no habría necesidad de desaparecer a nadie aunque siendo franco, si hubiese sido humano, yo la estaría viendo. De todas formas ¿Cómo se desarrollan tan rápido? Yo a su edad seguro tendría voz de pito y granos en la cara.  

El uniforme de deporte no ayudaba a llamar menos la atención pues era una camisa blanca con líneas rojas en las mangas, y unos shorts cortos que dejaban ver sus largas y brillantes piernas.

Esa ropa también la diseñe yo basándome en los uniformes escolares japoneses ¿Por qué? Porque era Otaku.  

Esa pista antes la habría pasado en unos diez minutos pero ahora podía dar al menos diez vueltas en solo tres minutos.

Bueno, querido lector, seguro esperas contexto pero no hay, bueno, el clásico en estas historias.

Creo que morí y luego reviví en otro mundo donde pensé que podría vivir mi vida tranquila siendo el ser más poderoso del mundo (Opinión mía, no acepto quejas) pero no, parece que esa chica que no podía correr más de cinco minutos porque se cansaba, termino invocándome para firmar un contrato de familiar y bueno, tiempo después, aquí estamos.

¿Qué porque, siendo el ser más fuerte, termine subyugado por esta niña?

Bueno ¿Has oído hablar de esos isekais donde el mundo está invadido por un rey demonio al que el prota debe derrotar? Pues no estoy en ese tipo de isekai.

En realidad estamos en un mundo donde la protagonista, mayormente femenina debe evitar morir pues revivió como la villana de un juego de citas para chicas, un otome, vaya.

Hay un par de animes de ese tipo con protagonistas medio taradas que no entienden que todos quieren con ella porque ya no es la villana.

Ahora bien, el protagonista soy yo, el familiar que decidió que para no aburrirse ayudaría a  la villana, la misma malcriada y que hacia cosas horribles dentro del juego, a corregir su camino hacia un futuro brillante.

¿Ves? No hay contexto porque esta es una que todos se saben.

Pero seguro seguirás pensando ¿Y cómo siendo un ser tan poderoso terminaste subyugado? Que insistentes.

Bueno, solo quería hacerlo. Estaba aburrido de ser grandioso y que nadie lo viera o apreciara.

Aunque ahora que recuerdo, por el contrario de familiar, si ella muere, yo no muero, solo pierdo mis recuerdos y empiezo de cero, más o menos, así que creo que debo ser cuidadoso y que la niña no se mate a sí misma.

¿Verdad que estaba aburrido? Eso ni me preocupa a estas alturas del juego.

Lo importante es que soy una persona increíble, o un ser mágico, como sea, que desborda bondad, ámenme como un dios.

Ceres termino de correr, siendo socorrida por su mejor amiga, Cleo Greco, la chica que también se sometió a mi prueba solo por solidaridad.

Te contaré otra cosa sobre Love White, Love Black, el juego en el que estoy y es que los desarrolladores no pensaron mucho en las apariencias de las chicas pues es un juego para chicas, literal, lo importante, son los chicos guapos.

Tampoco son la misma monita china con diferentes skins pero algunas son muy similares y todas son hermosas, claro, para ponértela difícil.

Cleo tenía los ojos carmesí y cabellos morenos largos, labios delgados, nariz algo fina. Era delgada y sin muchos atributos, algo que se notaba mucho al verla en el uniforme que también le diseñe. También era muy baja.

Si no mal recuerdo, eso la acompleja pero por eso nunca hablo con ella, la vaya a cagar. 

Yo me acerque pero nadie me vería a menos que yo lo quisiera, salvo el familiar de Cleo.

— ¿Quieres agua?— Le dijo Cleo a la Ceres quien negó con la cabeza, recuperando el ritmo de su respiración de forma más relajada. Antes habría tomado el agua como si fuera un animal— Por cierto ¡Mejoraste tu tiempo!

—N-no creo que ocupe los tiempos en la escuela ¿A quién le importa?— Le dijo Ceres mirando a su amiga y mirándome de reojo, aunque solo miro sobre su cabeza.

—No sabemos lo que podamos ocupar— Le dije pareciendo sobre su cabeza, lejos de su mirada.

—Mi buen amigo tiene razón, no sabemos lo que podría esperarnos en el futuro— Dijo Leonardo Da Vinci, el ser mágico de Cleo apareciendo sobre la cabeza de esta.

Imagino que pensaste: Oye ¿Por qué ese ser mágico se llama como uno de polimatas más grandes de la época del renacimiento y porque es un oso panda que comía bambú como si fuera un cigarro?




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