Los secretos de Fos

Hades XXXII

Los basiliscos son… Serpientes muy grandes siendo bastante simplista.

Esa era al menos del tamaño de un edificio de tres pisos solo cuando se irguió frente a nosotros, amenazante, se vio mucho más grande. Llevaba una mitra en la cabeza pero estaba hecha de piel que se desprendía desde su cabeza y que parecía terminar en filosos picos. Venga, como una corona, supongo que por eso lo llamaron el rey de las serpientes.

— ¡No lo miren a los ojos, los matara!— Nos advirtió Dafne pero parecía que solo afectaba humanos porque yo llevaba viéndola un largo rato.

Artemisa estiro su mano y Zeus comenzó su transformación pero esta se interrumpió. Casi lo esperaba. No llevábamos más que una semana entrenando con ese poder y una persona normal no lo haría siempre a la primera.

Lo volvió a intentar y esta vez funciono.

Y justo a tiempo porque tuvimos que movernos pues la cola de la criatura trato de atraparnos mientras a su vez trataba de tragarse a Egan quien la desvió con su lanza, manteniendo sus ojos cerrados.

Esos dos debían tener un gran lazo.

—Deberíamos…— Comenzó Ceres y estiro su mano— No nos contendremos y en caso de ser necesario usaremos nuestra magia ¿Bien?

Me encogí de hombros y me transforme en el bidente.

La verdad es que no creo que sea necesario.

Dafne ya portaba a Nicola Tesla en forma de unas botas que soltaban algunas chispas.

— ¡Destructor del cielo!— Grito el Egan quien había logrado llegar hasta arriba de la muralla de la escuela y dejándose caer sobre el monstruo para partirlo, sosteniendo su alabarda solo de la punta.

La criatura lo recibió con su corona pero esta termino destrozada, atravesando la corona pero no logrando alcanzar su cabeza, por lo que la serpiente se movió violentamente haciendo volar al chico quien giro en el aire y cayo de mantera elegante.

Artemisa se preparó para disparar, creando una flecha eléctrica que atravesó a la criatura pero no la mato, solo atravesó su cuerpo de un lado lo que la puso muy enojada pues se giró hacia ella y Dafne quien logro transportarla lejos antes de que la serpiente las aplastara.

— ¿Y qué esperas?— Pregunté.

— ¿Un plan?

— ¿Mío?

—Pues si ¿No?— La chica apretó el mango de su bidente.

—No tengo nada, solo atácala con todo lo que tengas y evitar mirarla a los ojos— Le dije seriamente— Honestamente con esa, atraparla o no distraída no hará la diferencia ¿No viste el ataque de Egan?

—Ah, bien, entonces iré desde abajo ¿Te parece?— Dijo la chica saltando hasta el campo de batalla mientras Egan trataba de atacar de nuevo con su ataque especial pero con la serpiente atacándolo le era difícil siquiera subir a la muralla.

Ceres trato de atacarla con el bidente en el cuerpo, haciéndole una gran herida pero esta solo se giró para tratar de comérsela a lo que logro saltar hacia atrás, siendo empujada por los escombros levantados, para entonces por poco ser golpeada por la cola pero yo la pude guiar para usar el bidente y evitar el impacto.

Pudimos retroceder con seguridad.  

Artemisa llamo su atención con una flecha que de nuevo le hizo daño, haciéndola quejarse con fuerza para girarse a matarla pero gracias a Dafne salió rápidamente del problema transportándose lejos.

—Se está curando…

—Eso hacen los monstruos si no los matas rápido— Dije.

La serpiente curaba las heridas de su cuerpo y la herida en su cabeza, aunque lentamente

— ¿Qué tan… factible seria pegarle dos veces en el mismo sitio muy rápido?— Pregunto Ceres apretando el mango de su bidente mientras observaba a Egan golpeando a la serpiente con su lanza pero no con la fuerza de su primer ataque debido a la falta de impacto.

—Si eres muy habilidoso podrías hacerlo— Dije.

— ¡Egan! ¿Puedes usar dos veces seguida ese ataque?— Preguntó Ceres hacia el chico mientras Artemisa distraía a la serpiente violenta con sus fechas de rayos que le quemaban la piel.

—Imposible, tengo que prepararme— Dijo el chico.

— ¿Nosotros podemos?— Ceres hizo una mueca.

—No pero si nos coordinamos con él, podremos hacerlo— Dije, entendiendo su plan. Como dije antes, mi querida ama era una presumida y una chica con una personalidad desagradable pero era lista, una habilidad que claramente aún conservaba pese a que ya no era la villana del cuento.

—Yo atacare primero con todo lo que tenga, luego usted, superior Egan con todo lo que tenga— Le dijo Ceres, apretando el bidente, lista para la embestida.

Ninguno de los dos pudo evitar sonreír.




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