Los secretos de Fos

Hades XXXV

Ceres estaba bostezando mientras arrastraba los pies por los pasillos de la academia.

—Eres más responsable de lo que pensé— Admití flotando sobre su cabeza.

—No sé cómo tomarme eso— Ceres levanto la vista hacia mi mientras se limpiaba los ojos y soltaba un largo bostezo— La verdad es que lo había olvidado de no ser por la alarma que programe.

—Ni me sorprende…

—Ustedes no duermen, que genial sería…— Dijo la chica estirándose.

—Descansamos, pero es verdad que en términos generales no necesitamos dormir, aunque podemos hacerlo de ser necesario— Le dije encogiéndome de hombros.

—Nunca te he visto dormir…

—Porque siempre se duerme primero— Dije— Además, si me duermo primero podrías quedar desprotegida y podrías terminar enterrándote un tenedor en la garganta tratando de, no sé, desayunar sin mí.  

—Ya veo… Espera ¡¿Me estas llamando tonta?!

Ceres trato de atraparme para ahorcarme pero no me deje. De todos modos la chica fue hasta la zona donde estaban los jardines y pese a que hacia frio, no parecía muy afectada, así que comenzó a regar las plantas que le tocaban como si nada.

—La verdad es que quería una más bonita.

—No es tan mal— Dije yo aunque mis gustos eran raros, de menos— ¿No dijiste tú que la harías muy popular?

—Si lo dije pero aun así es algo fea ¿Cómo pueden valorar más su fama, que ni es suya, a su belleza? Supongo que no todos son como mi familia— Ceres se encogió de hombros— Pésimos gustos.

—Bueno, tengámosle fe, quizá cuando crezca más pueda comerse algunos zombies…

— ¿Zombies? ¿Por qué comerían zombies?

­         —No importa, no importa pero estaría genial ¿No? Entonces podríamos embarcarnos en la búsqueda del taco— Le dije mostrándome emocionado mientras me miraba con una ceja levantada. Entonces levante la vista hacia otro de los jardines— Ceres…

Ceres levanto la vista para ver a una chica de cabellos largos verdes, vestida con lo que parecían kilos de ropa, al menos a mí me lo parecía. Podía ver la borrega de su túnica y su bufanda cubriendo su rostro mientras sus ojos se centraban en mi joven ama.

Ceres parecía dudosa de saludarla.

—B-buenos días…— Saludo levantando su mano.

— ¿Qué es un zombie?— Preguntó apartando algunos de sus mechones de cabello detrás de su oreja.

—Ah…— Olvide que en ese mundo la palabra zombie no existe, yo se la enseñe a Ceres para acortar pero la gente ahí los conocía como No muertos ¿Ven? También enseño cosas útiles— Hablaba de los no muertos.

—Ya veo— La chica mantuvo la vista en Ceres— Tu debes ser Ceres ¿No? Te pareces a tu hermano…

Ceres frunció su sonrisa.

—Ah, por cierto, esa flor, no deberías regarla en las mañanas, tiende a ser muy sensible a los cambios de temperatura y por lo que he leído, tampoco le gusta mucho el agua así que limita sus riegos— Dijo la chica señalando la flor de Ceres.

—Ah, gracias por el consejo— Ceres tardo en responder— Pero entonces ¿La tuya no es sensible a la temperatura? 

—Casi todas lo son— Dijo la chica que pareció sonreír pero con toda su ropa era imposible saberlo, entonces estornudo un par de veces— Pero acababa de comprar las vitaminas así que… Quería aprovechar venir ahora.

— ¿Vitaminas?

—Utiliza algunas cascaras de huevo trituradas, sin lavar— Dijo la chica levantándose y sorbiéndose los mocos— Y si utilizas cascaras de plato o cenizas de las chimeneas, que mejor, eso les gusta.

—Ya veo, muchas gracias— Ceres asintió.

—Bueno, me voy yendo, te veré por ahí— Dijo la chica levantándose para irse.

—Podemos probar…— Dije.

—Sí, puede ser— Ceres se giró hacia su planta— Quizá si pueda crecer para comerse algunos zombies.

—Bien, entonces…

—Ah, pero no ahora— La chica me miro con una mueca— Aún es temprano así que me iré a dormir un rato y a cambiar mis alarmas para las plantas. Quizá comience a venir después de nuestras reuniones en el salón de los héroes.

— ¿Pero no sería cuando comienza a bajar la temperatura?

— ¿Bromeas? ¿Entonces a qué hora piensas que lo hare?

—Antes de las reuniones o durante tu receso…

—Bueno, quizá pueda traer a Cleo a ver mis flores— Dijo la chica sonriendo un poco— Seguro me felicita…

— ¿Solo lo haces por eso?

— ¡Claro que no! ¡No soy una niña chiquita!

No estaba convencido.

Nos fuimos de ahí mientras Ceres arrastraba los pies.



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En el texto hay: seresmagicos, isekai, recuentosdevida

Editado: 12.10.2024

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