El despliegue de personas es impresionante, nunca creí que algo podría se tan mágico, místico, elegante, rústico y moderno a la vez.
En medio del bosque de los espíritus se encuentra una gran cadena, hecha de piedras, mármol, oro, plata, y todo metal precioso que uno pueda imaginar.
Una mujer, vestida de plumas y aopo'i nos recibe a la entrada.
—Princesa Guerrera —me saluda llevando su mano al pecho —. Cario, Igual y respeto.
—En cuerpo y alma —contestamos todos los invitados.
—Los máximos caciques los esperan en la sala. Si necesitan algo de mi, solo llámenme, estoy para servirles. Mi nombre es Julieta.
La mujer de rulos nos sonríe y hace un gesto para que vayamos dentro de la casa. Al pasar a su lado logro percibir su aroma el cual es una mezcla entre madera y flor de jacarandá.
La mujer en verdad emana belleza, elegancia y liderazgo.
Al pasar al salón, Yara se pone a un costado mío, intento no mirarla, se supone que su presencia no me afecta en lo más mínimo.
—Hace bastante no venía aquí —Habla Orkias sacudiendo su traje y acomodando su corbata —. Necesito cigarros con urgencia, este lugar me pone nervioso.
El hombre calla de golpe cuando Solei le ofrece una mirada de reprimenda, Orki levanta bastante manos y pone una cara de cachorro ante el acto, yo solo rio, Luriel hace lo mismo.
—Es impresionante —Gerardo suelta las palabras en lo que caminamos en el pasillo que conecta la entrada al salón donde se supone nos esperan —. Miren todas esas armas, las miro y recuerdo el dolor de manos que me dio dibujarlos y pintarlas... pero que imponentes se ven en vivo y en directo.
—Son geniales —Katú observa con un dejo de nostalgia en la voz. Imagino que no debe ser fácil volver al hogar y no ver a tu madre... peor aún, saber que fue una traidora —. Ojalá un día seamos dignos de tener una.
—Sí Luriel tiene un Takapé —susurra Gerardo, colo siempre aprovechando el tirar veneno —. Nosotros seguro que también tenemos alguno.
—¿Alguien me explica por qué Gerado vino? —pregunta Luriel en voz alta, yo lo tomo de la mano para darle a entender que no debe buscar pelea, al menos, no hoy, no aquí.
Luriel solo hace una mueca demostrandome su fastidio, y lo puedo entender, de verdad que sí, pero hay ciertos comportamientos que debemos cuidar.
Julieta se adelanta a nosotros, hasta unas puertas gigantes, se para enfrente, junta sus manos y a los 5 segundos esta se abre de Par en par.
Lo que vemos a continuación es casi mágico, el techo es transparente, por lo que se pueden ver las estrellas en el cielo, el piso de granito, refleja las luces de los astros y las paredes son de un negro intenso que permite que el reflejo de las luces se pinten en ellas.
Al fondo de la habitación, hay una especie de tarima, donde 5 sillas están dispuestas diferentes alturas, la del centro más elevada que las otras cuatro.
Un tambor es golpeado de forma armónica y las voces de ancestrales de varios originarios llegan a nosotros.
Solei y Orkias se ponen tras Julieta, mientras los golpes se hacen más frecuentes, acompañado de alguna flauta dulce y campanas que le dan un toque de misterio a todo el show.
—Hagan, lo que nosotros —dice Orkias, nosotro solo afirmamos.
Un grupo de personas ingresa del lado derecho del salón, puedo distinguir a 3 mujeres y dos varones.
De entre las mujeres una de ellas lleva una especie de corona de huesos, plumas brillantes y piedras preciosas, en hombre tiene la misma corona, pero con plumas más sobrias.
El resto de los integrantes también se ven como de la realeza, pero no llevan corona, solo unos adornos de plata en forma de enredadera que van de los hombros bajando en forma espilarada, y a partir de la muñec va en línea recta hasta el dedo anular en donde se vuelve en un anillo. Esa especie de brazalete tiene mil detalles que tardaría años en explicar, pero lo que puedo decir es que se ve elegante, misterioso y bonito.
El cántico para, Julieta, Orkiaz y Solei agachan la cabeza cuando los 5 se paran ante sus sillas, nosotros los imitamos.
—Reyes originarios, ante ustedes los meztizos representantes de La Colmena.
>>Solei Merlis jefa suprema de los meztinos, Orkias Arikú, rector de La Colmena, y quienes los acompañan, Luriel Gianti, Cario supremo.
—¡Uuuuh ahhh! —se escucha como un grito de guerra —. Igualdad y respeto, en cuerpo y alma.
—Iracema Asturia, princesa Guerrera.
—Uuuuuh ahhhh —de nuevo el grito de los originarios —. Honor y Privilegio, luchar por el enjambre.
—La Ninfa, Josefina Merlis
—Uhhh ahhh! —las luces fueron a para sobre la prima de Luriel —. Que las almas paren al Tapekue gracias a tus manos sabias.
—Seguidos de marcados por el primero, el tercero y el 4to.
—Bienvenidos —habla la mujer con la Corona —: Este es su hogar, pueden levantar la cabeza.
Imitamos el movimiento armonioso de Solei y Orkias que casi se ponen firmes, dando un golpe seco a sus muslos.
—Es un honor estar aquí —saluda Solei —. Reina Gaia.
—El honor es nuestro al recibirlos, su excelencia Solei.
Ahora que veo mejor a los integrantes de los originarios, me fijo en una de las chicas que está sentada a la Izquierda de la suprema originaria.
La chica es hermosa, pero tiene algo en particular que hace que me quede observándola, su rostro es tostado como el de todos, pero tiene un solo ojo, el lado derecho. El izquierdo es solo piel, y sobre ella la ceja está perfectamente delineada.
Julieta ahora gira hacia nosotros, y señala hacia la tarima.
—Ante ustedes, la familia suprema de los originarios.
—La reina Gaia Mbyja, el rey Yaguatí Mbyja, rey de los organismos, la heredera al trono y bruja argentum de los originarios Araresá Mbyja —La chica de un solo ojo levanta la mano pero solo se fija en Luriel, al resto, nos ignora — Guavirami Mbyja, segunda en la línea de sucesión y Ndaivi Mbyja tercero en la línea de sucesión.