(Marina)
Bajamos al estacionamiento y mientras los demás guardaban sus bolsas de viaje les anuncio.
-desde aquí, no se separen, no habrá paradas hasta el paradero donde almorzaremos, tratemos de ir a una buena velocidad, y reponer el tiempo.
-estás hablando de hacer una carrera? Pregunto Alma que iría con Victoria e Iván
-si eso quieren, la podemos hacer. –respondo
-sabes que si nos paran la multa será grande verdad? – replica Alejandro sonriendo
-yo pago las multas, si eso pasa. – respondo
-y cuál es el premio o la apuesta. – pregunta Omar
-que quieren apostar? – pregunto
-que sean 1000 pesos por cabeza a tres autos, el ganador se lo lleva todo. – responde Omar
-obvio que cada uno apuesta por su mismo y su auto, no? – aclara Iván
-entonces las apuestas reales serían las nuestras que no conducimos. – aclara Victoria
-en ese caso apuesto 10 mil a Marina. – interviene Aytana, tan leal como siempre, sorprendiendo a todos
-oye eso es mucho, yo solo te cubro 5 mil por Iván. – responde Victoria
-yo cubro tus 10 mil y apuesto por este.- interviene Omar señalando a Alejandro
-pues yo apuesto 2 mil a Marina.- dice Alma
- en ese caso yo termino de cubrir tu apuesta con 3 mil más a Marina..- dice Aytana
-y cuáles son las reglas?- pregunta Iván
-simple, el que llegue primero gana, y si no lo multan se lleva un bono. – respondo
-que bono?- pregunta Alejandro
-5 mil pesos que yo pagare.- respondo
-hecho. – responde Alejandro, Iván solo asiente.
-Oye mar, puedo ir contigo.- pregunta Alma
-claro, pasa tus cosas.
-No déjalas en el auto, al final, todos llegaremos a la hacienda. – le dice Iván.
Salimos del estacionamiento y comenzamos a circular por la ciudad hacia las afueras de la misma, para tomar la carretera que nos llevaría a la hacienda. Al llegar a la caceta de peaje, llego en segundo lugar, pero los azares del destino deciden que mi fila avance más rápido, por lo que salgo primero, seguida de Iván, Alejandro está atascado detrás de un autobús de pasajeros.
Como en el auto venia Alma, Aytana y yo no podíamos hacer planes para el entrenamiento, hablando libremente pero aun así hablamos del mismo.
-el Sr. Amílcar dijo que todo estaría listo en el jardín izquierdo a un lado de la terraza.
-y todo esta listo ya?, la semana pasada solo estaba terminada la armería.
-sí, se ha acondicionado el área para entrenar, también se acondiciono un área para el uso de su habilidad, esta es bajo techo, así no habrá curiosos.
-pero mis amigos ya me han visto, así como algunos de la hacienda.
-pero no todas sus habilidades alteza, y necesita privacidad para entrenar y aprender a controlarlas.
-entiendo.
-se de lo que hablan, y Mar te recuerdo que dijiste que nos permitirías ayudarte a entrenar para controlar tu poder, aunque no entendí eso de todas tus habilidades. – me recuerda Alma desde el asiento trasero acercándose a mi lado.
-sí, lo sé, pero no sabemos todo lo que pueda hacer con eso de la telequinesis .
-no te preocupes, he estado investigando y tengo algunas ideas, el asunto no es solo que lo controles, sino averiguar los límites y si estos pueden llegar a sobrepasarse en caso necesario, pero para eso habrá que diseñar pruebas muy duras, por ahora que lo controles a la perfección es la meta a alcanzar.- respondió Alma muy tranquila, como si hablara de aprender a cocinar.
Íbamos a buena velocidad, Alejandro por fin se nos había unido, y estaba detrás de mí, Iván venía detrás de Alejandro, cuando un auto de color gris plomo nos adelanta a todos a gran velocidad; solo alcance a ver que el conductor era muy joven y que iban bebiendo cervezas, por lo que lo vigile; el alcohol y la velocidad no se deben mesclar, por lo que tome mi celular de la funda en mi cintura y se lo pase a Aytana diciendo: