(Marina)
Así que todos nos fuimos a nuestras habitaciones a cambiarnos, el día estaba cálido y a pesar de ser invierno no hacia frio por lo que decidí no volver a sacar la capa a menos que fuera absolutamente necesaria. Nos cambiamos no sin antes darnos un ligero baño, ya que traíamos tierra y sudor después de la práctica. Yo me puse un taje de baño completo de color negro con dorado, y sobre este un blusón de gasa de seda translucido en color dorado con un dibujo de un dragón en color negro, y unas alpargatas en color neutro. Yukio se encargó con Aytana y mi tía Briseida de preparar las cestas de comida que llevaríamos y mucha agua de frutas y unas botellas de vino que puso mi tía. Resulto que mi tía y Abá junto con Mathias se nos unieron. Y al parecer mi madre iría con mi padre más tarde, después de atender algunos asuntos.
Fuimos en carros en los que tenías que estar de pie, ya que eran carros de combate, por lo que éramos muchos, en cuanto llegamos tras media hora de camino, los chicos levantaron un toldo según instrucciones de Aytana y de las conductoras de los carros, las cuales se fueron a montar guardia, pues al parecer tenían órdenes de mi madre. Cuando le pregunte a Aytana que sucedía, solo dijo.
-son miembros de la guardia personal de la reina, ellas motaran guardia para que nadie moleste a la familia real y a sus amigos.
-mmm espero que esto no cause problemas Aytana.
-para nada señora, cuando la reina dijo que se requerían diez guardias para llevar y cuidar a la familia real, ellas se ofrecieron así como muchas otras, los rumores son muy fuertes, y cada vez lo son más, toda la isla sabe que usted está aquí, y con el entrenamiento de esta mañana, bueno, ahora saben que es usted una verdadera guerrera. Además el incidente de ayer por la tarde, ya es del dominio público, todos rumoran sobre el cambio de sus ojos, y sobre el brillo iridiscente de su piel. – me informa
-que quieres decir? – le pregunto
-bueno es que ayer cuando hecho a su abuela y a la gran sacerdotisa de su habitación, sus ojos cambiaron y su piel brillaba, y las guardias que las acompañaban, comenzaron a comentar ese hecho, y ahora es conocido por todos los habitantes de esta isla, hombres y mujeres.
-entiendo – le respondo
-no alteza no lo entiende, sus ojos de dragón y su piel iridiscente, les ha convencido de que usted es la elegida, según las pinturas y los relatos, cuando la princesa Alía se transformaba era en un gran dragón de piel blanca como la nieve e iridiscente como las perlas.
-cielos, ahora comprendo todo, bueno si eso mantiene lejos a Aría, mejor no la quiero cerca, será mi abuela pero no quiero alterarme por sus estupideces.
-no se preocupe, muchas de las guerreras están de su lado, y la protegerán.-
-lo agradezco pero no es el caso, crear una guerra civil, sino demostrar a mi abuela que no me gobierna.
-usted lograra imponerse , alteza.
Pasamos la tarde tranquilamente, armamos equipos para jugar futbol, chicas contra chicos, y como sobraba uno Alejandro fue el árbitro, con el consiguiente de que varias veces los chicos se quejaron llamándolo arbitro vendido, más cuando entre jugada y jugada, no perdíamos el tiempo y nos abrazábamos, lo que les ganaba una fea mirada por parte de él. Abá estaba atacado de la risa viendo a mis hermanos junto a Omar e Iván, tratando de ganarnos, pero llevándose una paliza de pronóstico; claro todos ellos deportistas pero de este lado todas éramos guerreras claro excepto Erika, quien se las ingeniaba para burlar a Mario, La tía Briseida también se reía a carcajadas. El juego de futbol derivo en una lucha en el agua y el pobre de Alejandro trato de intervenir, terminando con mis hermanos menores encima tras derribarlo en la orilla; pobre por poco y lo ahogan.
Suspendimos el juego y las luchas cuando llegaron madre y padre y mi tía nos llamo a comer. Tras nuestra llegada al poco tiempo llego una carreta con material para armar dos toldos mas así como sillas y tumbonas plegables, así como una larga mesa plegable, en donde todos nos sentamos a comer, también llegaron tapetes ligeros para acostarnos sobre la arena. Cuando madre llego nos encontró claro en plena pelea a todos, solo que esta vez eran ellos contra ellas, en el agua. Terminamos el juego ganando las chicas, claro decisión del árbitro; que se ganó un beso muy largo después de que dos de los chicos casi lo ahogaran.
Comimos, todos juntos y descansamos en las tumbonas, y como era de esperar yo me acomode sobre una manta tras ponerme el blusón sobre mi traje de baño; Alejandro se acomodó a mi lado y termine dormida en sus brazos, si últimamente estoy durmiendo mucho pero gracias a eso descanso y mi energía no baja tanto. Al parecer entro en una especie de stasis en la que mi metabolismo se ralentá mucho por lo que no gasto energía pero si la produzco, así que duermo mucho o mejor dicho cuando puedo.