Los secretos de Nova.

CAPÍTULO 3.

COMPAÑEROS.


— ¡Vamos, Nova! ¿Por qué estás tan enfadada? —aun no les contaba sobre mi encuentro con McCarthy. Me disponía a hacerlo cuando la risa de Luke me interrumpió—. ¿Es porque te dijeron que no eres la indica después de un polvo?

Jess abrió los ojos antes de meter le un puñetazo en el estómago, por suerte para él, logró esquivarlo

—¡YA SUPERALO, RATA INMUNDA!

—¡Estamos entre amigos, que no te de pena!

—¡Más pena me das tú!

Siguieron así durante todo el bendito camino, gritando y peleando como dos chiquillos.

Y yo deseando tener amigos normales.

—Aquí te dejamos —se detienen frente a la puerta de la academia Bachet esperando a que yo entre.

—Quisiera ver como son tus clases y la razón por la cual prefieres pasar toda la tarde aquí.

—Te puedes inscribir. Así me vigilarías más de cerca —digo sin darle mucha importancia.

Luke se lo pensó un momento.

—Naaah... que flojera.

— ¿Qué piensan hacer ahora? —pregunto.

—¿A parte de no tirarnos a la carreta? —Jess golpea a Luke en el estómago.

—Yo te quiero tirar a la carretera —murmura Jess.

Me despido.

Entro a la academia y me veo en el gran espejo del fondo. Mi cabello corto roza la piel de mi cuello con una camiseta blanca y un jean overol ajustado. Me encontraba en el piso de ballet.

—Buenas tardes, Nova—le devuelvo el saludo con la mano a la maestra Fiby la cual parece una Barbie por el cabello rubio y ojos celestes.

Subo las escaleras angostas en forma de caracol. La habitación es mucho más amplia que la de abajo, con un enorme espejo que cubre toda la pared y del lado derecho un ventanal que daba al techo de la pastelería de la señora Meredick cumpliendo con la función de terraza.

Me siento junto con mis compañeros. La rubia de ojos negros y un poco dientona cuando sonríe es Alice Onisse—nieta de la señora Meredick—y Jeremy Fields, cabello castaño claro y ojos grises.

Los demás hablan y otros bailan. Puedo notar varios rostros nuevos.

—¿Ahora si me vas a aceptar la salida? —cuestiona Jeremy cuando Alice atiende una llamada.

—Ahora eso mismo díselo a la correcta —la señalo y este pierde la mirada en su "mejor amiga".

Entonces, en cámara lenta, como sacado de una película de horror, veo cómo el profesor Carlos entra con el que posiblemente sea la razón de que el techo de la pastelería se convierta en una futura escena del crimen.

Lo único que quiero es hacerme bolita para que él no me vea, y no por vergüenza sino porque no quiero que agote mi poca tolerancia después de haberse atrevido a tocarme, a abrazarme, mejor dicho.

¿¡Qué hace Brayden McCarthy aquí?!

—Buenas tardes—el profesor saluda con voz ronca—. Los nuevos a la pared y los otros a la ventana.

Camino detrás de Jeremy mientras los novatos se acomodaban en la pared.

—¡Ey! Invítame un culo antes de tocarme el café —se ríe cuando me pego a su espalda.

—Camina y cállate.

No puedo separar la vista de él, me desconcierta verlo aquí.

El profesor Carlos comienza a hablar, y aun así, no puedo separar mi vista de él.

—Ellos serán los que futuramente estarán con nosotros, pero para eso, ustedes los van a instruir como anteriormente hicieron con ustedes—se pasea delante de nosotros dando el mismo discurso de hace un año—. Como ya saben, esta evaluación no afecta a los que ya la pasaron; será realizada de dos maneras: la escrita y la práctica. Para eso, asignare las parejas al azar.

La razón del porqué se hacen tantas pruebas y escogen solo a los más "calificados" es porque esta academia tanto de ballet como bachata, es una de las academias que más han ganado competencia y por ende todos se quieren unir.

Eso, y porque también como es un local dividido en dos el espacio es muy pequeño para tener a cuarenta alumnos en un mismo lugar; por eso se divide en dos turnos: tarde y la noche.

—Onisse y Park. Shawn y Mendes... —fue nombrando hasta que cada uno se reunía con su pareja, dejándome expuesta a la vista de Brayden—. McCarthy y...

Que no me toque con él. Que no me toque con él. Que no me toque con él, por favor, no con él.

—Flichet.

Dijo el señor todopoderoso apiadándose de mí.

Dejo salir un suspiro de alivio. Me tiro al suelo colocando mis rodillas a la altura de mi pecho, esperando a ser nombrada o tal vez no, tal vez ser de esa minoría que no tendrá a su cargo un parasito.

La profesora de ballet entra con un papel en la mano.

— ¿Flichet?

Carlos mira a todos lados buscando a Flichet mientras su novia le entrega el papel y este al verlo chasqueando la lengua y arrugando la frente.

—Thompson—levanto la mirada con un muy mal presentimiento—, tú iras con él.

¡Carajo!

— ¡Y tú! —mira al chico que aún no habían nombrado—. Estas fuera. El cheque rebotó.

Cuando el chico sale de su trance baja por las escaleras decepcionado.

Un escalofrió me recorre la nuca cuando me doy cuenta que me distraje perdiendo de vista a la única persona de la cual no podía separar la mirada, no lo veo por ningún lado por lo que se me escapa un pequeño grito cuando en un parpadeo Brayden aparece a mi lado.

—Hola, compañera.

¿Qué no le basto con la patada en las bolas que le di después de abrazarme?

—Largo.

—Ya sé que lo tengo largo, pero no por eso lo tienes que decirlo en público.

Mis ojos se abren en estado de shock, me tomó segundos procesar lo que Brayden me había dicho.

— ¿Tú qué opinas, te gustan largos? —parpadeo ante su pregunta, aun sin poder creer de lo que estaba hablando—. ¿O debería cortármelo?

Mire hacia abajo, justo ahí. ¿Él no...? No ¿En serio se refería a eso o yo lo estaba imaginando?



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En el texto hay: romance, secretos, drama

Editado: 27.04.2024

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