- Violeta -
Jared ha estado evitándome desde ese día, sé que sigue molesto por lo que dije y no lo culpo, yo todavía no comprendo qué pasó conmigo. Y como si la frialdad de Jared no fuera suficiente, mi auto ha estado fallando por lo que tuve que dejarlo con el mecánico, eso no seria gran problema si hoy el cielo no se viera como si estuviera cayendo. Al salir del edificio intento cubrirme con mi portafolio, trato de pedir un taxi pero parece que ninguno se quiere apiadar de mi. A los pocos minutos veo a Jared salir de la empresa sin siquiera inmutarse por la lluvia y mucho menos de mi presencia, apenas si me mira de reojo para luego irse al estacionamiento.
Cuando empiezo a desesperarme, veo un auto color perla estacionándose frente a mi, no necesito ver por la ventana para saber qué se trata de Jared. Lo que me sorprende es que abre la puerta del copiloto y sin bajarse me habla con voz seria.
- Sube - demanda
Confundida me agacho para poder verlo.
- ¿Qué? - pregunto como si me hablara en otro idioma
- ¿Se te metió agua a los oídos? Sube antes de que te mojes más - exige sin mirarme
Con precaución entro al auto abrochandome el cinturón y quedándome quieta en mi asiento como niña regañada. Nos adentramos en la carretera en completo silencio, la frialdad de la ropa húmeda y los nervios me hacen tiritar, Jared lo nota y sin comentar nada enciende la calefacción.
- ¿Por qué te preocupas por mí? - pregunto decaída
- Porque te amo - responde seco
- Pero lo que hice esa noche - comento apenada
- Me dolieron tus palabras, pero entiendo que estas confundida con mi regreso y tu relación - me explica un poco más tranquilo - el amor es sacrificado y sabe perdonar, por eso no pienso recriminarte nada -
Me relajo al oírlo, pero la calma no dura mucho.
- Solo hay algo que quiero pedirte - suspira con pesadez - no vuelvas a besarme... no por lastima, no por cumplir, no por arrepentimiento. Si algún día vuelves a besarme que sea por amor, porque sabes que es a mi a quien quieres y no tengas dudas de tu elección -
No puedo evitar sentirme dolida por su petición, pues comprendo que soy yo la del problema por mis miedos e inseguridades. Y me siento egoísta al lamentarme por no poder probar sus labios hasta que tome una decisión y no sé si eso vaya a pasar. Mientras me pierdo en mis pensamientos siento el auto detenerse poco a poco hasta dejar de moverse, escucho a Jared maldecir al tratar de volver a encenderlo y ver que este no cede.
- La batería se murió - dice irritado
- Pero puedes arreglarlo verdad - cuestiono preocupada
- Si, pero no bajo la lluvia, a menos que quieras cenar Jared rostizado - niego ante la idea - entonces tendremos que continuar caminando, ya estamos cerca de tu casa -
Dicho eso me extiende una chaqueta, la cual me pongo y ambos salimos del auto para empezar a correr despavoridos. Siento la mano de Jared entrelazarse con la mía, mientras cruzamos la calle, hasta que llegamos a casa.
- ¿No hay nadie en casa? - me pregunta Jared mientras se quita su chaqueta
- No, los chicos se fueron a supervisar una construcción y mamá está en casa de mi tía Celeste - le explico copiando sus movimientos - deberíamos subir para secarnos -
Ambos subimos hasta llegar a mi habitación, estar aquí con él me trae recuerdos que me hacen sentir nostálgica y nerviosa. Trato de ocultarlo caminando de un lado a otro sacando toallas para poder secarnos.
- Iré a los cuartos de mis hermanos para buscarte algo de ropa - le digo pasándole un par de toallas
- No es necesario - le resta importancia
- Claro que sí lo es - insisto - estás empapado y no quiero tener la culpa de que te enfermes -
Sin dejarlo refutar otra vez salgo del cuarto para adentrarme en el de mis hermanos. De regreso a mi cuarto veo a Jared ya descalzo, sin corbata ni saco, está de espaldas secándose el cabello. Llamo su atención con un carraspeo, pero al voltearse no soy capaz de formular palabra, pues algo más llamó toda mi atención.
A través de su camisa alcanzo a ver un trazo oscuro a la altura de su pecho, que no logro distinguir que es. Por lo que me acerco a él embargada por la curiosidad. Con dedos temblorosos levantó mi mano para acariciar su piel por encima de la tela. Siento como Jared se tensa ante mi tacto, a la vez que su respiración se incrementa dejando salir uno que otro suspiro mientras cierra los ojos con fuerza. Mis dedos pasan con lentitud por cada uno de los trazos que ahora sé que son letras y pronuncio cada una de ellas en voz alta.
- V.. -
- I.. -
- O.. -
- L.. -
- E.. -
- T..-
- A..-
Cubro mi boca y me alejo con impresión. Jared abre los ojos dejando ver una mirada llena de nostalgia y dolor. Sin dejar de mirarme y en completo silencio desabrocha los botones de la camisa, dejando ver un tatuaje de mi nombre con una caligrafía perfecta sobre la piel que cubre su corazón. Él intenta acercarse a mí, pero sin comprender la razón doy pasos hacia atrás.
- Tranquila no va a morderte - habla despacio - ven, acércate -
Me ofrece su mano, la cual tomo con duda, él nos acerca con lentitud, sube mi mano que tiene sujetada hasta su pecho dejándola de nuevo sobre el tatuaje. Todo dentro de mi se remueve, pensar que su amor por mi es tan grande que marcó su piel con mi nombre, aún sin saber si volveríamos a estar juntos o no, me hace sentir la mujer más desdichada al saber lo injusta que he sido con él y al mismo tiempo la más afortunada por tenerlo conmigo.
- ¿Por qué? - pregunto en un susurro
- Es tu firma - declara - la que hiciste mientras hacíamos el amor -
Vuelvo a sorprenderme ante sus palabras, dando paso a los recuerdos que muchas veces traté de enterrar...