- Jared -
- ¿Recuerdas la niña que te golpeo en el restaurante? - comenta Criss entre risas
Después de nuestra reconciliación continuamos nuestra velada con mucho animo. Ahora estamos recordando un suceso muy gracioso que pasó hace unos 15 años.
- Como olvidarlo si tuve que sentarme sobre hielo por 3 días - me rió ante el recuerdo
- ¿Y eso porque fue? - cuestiona Violeta curiosa
- Pasó que una niña se volvió loca mientras cenaba con su familia, empezó a correr por todo el restaurante para luego subirse a bailar a una mesa - vuelvo a reír - Yo como el caballero que soy me subí a una silla para bajarla, con lo que no contaba es que la diablilla me diera una patada en donde no llega el sol -
Mientras hablo veo como a Violeta va perdiendo color, a la vez que abre los ojos como platos. No tiene una expresión divertida como los demás, más bien parece preocupada.
- Tiempo después volví a ver a sus padres, quienes me pidieron disculpas por el comportamiento de su hija - continúo hablando - me dijeron que todo se debió a que el café alteró los nervios de la pequeña pelirroja... -
Detengo mi monólogo al darme cuenta de lo que lo que estoy diciendo. Vuelvo a ver a Violeta y noto que ahora esta mas roja que un tomate al verse descubierta. Sin poder contenerlo empiezo a carcajearme sin control.
- ¿Y ahora que le pasa? - escucho a mi papá preguntar
- No, no lo sé - responde Violeta con nervios - debió haber tomado demasiado vino -
- ¡No digas, yo no me pongo con el vino como tú con el café! - me burlo
Estoy que me muero de la risa ya hasta me duele el estómago. Y Violeta está cada vez más incómoda.
- ¡Pero miren que hora es! - se levanta como flecha - lo siento debo irme, gracias por todo -
- Si quieres pues quedarte, tenemos varias habitaciones disponibles - le ofrece mi mamá
- ¡NO! - se niega exaltada - es muy amable de su parte, pero debo volver a casas, es que olvide que debía... debía... ¡Debía darle de comer a la perra de mi mamá! -
Literalmente me caigo al suelo de tanto reír y Violeta se avergüenza al darse cuenta de su desliz.
- ¡No no, lo que digo es que debo alimentar a mi mascota, no a mi mamá! - trata de explicarse
- Espera cariño... yo te acompaño - la sigo al ver como se despide poniéndose su abrigo
Sin dejarla negarse la tomo de la mano y la llevo a mi auto. Durante todo el camino nos mantenemos en silencio, sin que yo pueda borrar la sonrisa de mi cara y ella deje a un lado su pena.
- Sabes, ahora entiendo esa costumbre tuya de patearme cada que te enojas - comento burlón - ¡Si desde chiquita lo haces! -
- No sé de que estas hablando - evita mirarme
- No te hagas Lila, sabes perfectamente que tú eras la misma niña del restaurante - la reto
- Eso no es verdad - se pone a la defensiva
- Me pregunto que cara pondrían mis papás que su futura nuera es la misma que los hizo perder clientes y gastar tanto en reparaciones - la amenazo
- ¡No les digas! - grita alterada
- Demasiada preocupación por algo que según tú no hiciste - la acorralo
- Ay esta bien, si era yo de acuerdo - acepta molesta
- ¿Por que no me contaste esto desde un principio? - le reclamo divertido
- Por qué no lo sabía - dice mas tranquila - mis padres no me lo dijeron hasta poco después de lo que paso en tu apartamento -
- Bueno, pero debes aceptar que fue bastante gracioso - le digo tratando de contener la risa
- Lo seria si al menos lo recordara - dice ya con una sonrisa - ¿A dónde vamos? -
- Ya lo veras - pongo suspenso
Después de unos 15 minutos detengo el auto y bajo de el seguido por Violeta.
- No sé si lo has notado, pero ya es un poco tarde para estar en un parque infantil - me dice curiosa
- Tal vez, pero hay algo que debo enseñarte - le explico
- ¿Y qué es? - vuelva a preguntar
- Eso - le señalo un árbol al centro del parque
Con las manos entrelazadas nos encaminamos hasta la jacaranda que está llena de flores.
- Siempre me han gustado estas flores - me dice recogiendo unas flores del suelo
- ¿Ah sí, por qué? - pregunto con una sonrisa
- En realidad no lo sé, tengo un vago recuerdo con un árbol así - me dice tratando de recordar
- Yo también tengo un recuerdo justamente con este árbol - le digo tomándola de las manos
- ¿Qué recuerdo? - pregunta curiosa
- Fue hace unos 15 años...
(15 años atrás)
Bajo los rayos del sol un joven caminaba por el parque, cuando el sonido de un llanto incesante llamó su atención. A la distancia pudo ver que quien lloraba era una niña que estaba frente a una jacaranda, dándole la espalda. Con gran curiosidad se acercó hacia ella para conocer el motivo de su llanto.
- ¿Por qué lloras pequeña? - le preguntó inclinándose frente a ella
La niña no contestó, siguió hipando a la vez que señalaba hacia arriba. El joven miró en esa dirección y se encontró con una cometa atorada en la copa del árbol. Sonrió para sí con ternura, sin mediar palabra empezó a trepar las ramas del árbol hasta donde desató la cuerda de la cometa. Para después bajar de un salto, ante la mirada sorprendida de la niña.
- Aquí tienes pequeña - le dice dándole la cometa
- ¡¡Gracias!! - chillo emocionada mientras tomaba su juguete
De sus ojos ya no caían lágrimas, ahora brillaban de alegría y por la mente del joven pasó la idea de que eran los ojos más extraños y hermosos que había visto. Eran como dos esmeraldas escondidas en el fondo del mar.