No sé si me quieres…
pero yo encuentro por todos lados un montón de porqués para quererte.
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Sé que he cruzado la línea, he entrado o te he dejado entrar...Tú corres rápido cual conejo y yo te sigo sin pensar en volver atrás. Adelantándome cada vez más en un mundo donde mis sueños toman forma hasta hacerse realidad.
…
Me sostienes, saltas por mí o me ayudas a saltar; desarrollas un extraño don para anteponerte a mi necesidad, regalándome tus favores sin que tenga que pedir, gritar, reír o llorar. Sólo despliegas tu mapa mágico, extiendes tu mano invitándome a probar, a avanzar…yo acepto...
y en tu corcel con pedal y ruedas aprendo, poco a poco, a agarrarme y a confiar.
…
Me dejas pintoretear un poco tus días, ¿o son los míos los que salen irremediablemente embarrados del color de los tuyos? Sólo sé que me sumerges en tu mundo de cosas importantes: personas, sueños, lugares… se me cuelan, me abrazan, me asombran, me pintan, me marcan; mezclándome con ellos sutilmente el alma, aferrándose de la forma en que se vuelve imposible olvidar: porque hacerlo significa perder, perderme, renunciar a la parte de mí que ha crecido embadurnada de ellos.
Me enseñas que hay mundos donde no siempre la matemática gana, donde dos pueden sumar un extraordinario uno… y que a la sombra de un árbol, en un sano lugar de juego público, se puede abrir de forma inesperada una ventana y escucharse el ruido de un fantasma, esos de los tuyos, los que escondes y descubro que existen aunque no vislumbro (pues los encierras tras secretas puertas) pero que a veces se escapan sus sonidos en frases o suspiros… yo trato en vano de maquillar sus marcos cuando la verdad me alcanzan el gris de los suyos.
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Me atrapas por completo, tu mundo, tu gente, tus sueños, los temores que escucho aunque no veo y también los que escucho y veo porque me abres y muestras… el creerme especial al descubrir que con todos no eres igual, que de por si no te rindes, no te dejas ganar; el mirar la sonrisa prófuga que no pudiste a tiempo guardar… por todo eso te voy queriendo sin saberlo, cada día, un poco más.