Alana Santino, Nacida en febrero del 2000, hija única de un matrimonio religioso.
Aún recuerdo la primera vez que pude reconocer a mis padres, aún recuerdo las risas en las tardes de juego, o eso es lo único que recordaba hasta que fui creciendo, al cumplir los 8 años de edad descubrir que mi vida y mi familia armoniosa no era nada más que una asquerosa mentira, mi perfecto padre molia a golpes a mi madre, a esa corta edad comprendí que la vida no es color de rosas, desde aquel día no volví a ser la misma.
Mamá siempre decía que estaba bien y que mi padre la golpeaba por que ella lo hizo enfurecer, y que se lo merecía y siempre trataba de defenderlo, a medida que fui creciendo me di cuenta que no era como los otros niños, siempre viví recluida en casa, me educaron en casa con Tutores particulares, así que nunca acudí a una escuela, siempre creí que era normal, que todos los niños hacían lo mismo, pero al cumplir los 9 años al azomarme a la ventana de mi habitación vi como muchos niños de mi edad corrían y sonreían felices, ellos parecían estrellas brillantes yo era como el cielo en plena tormenta, gris y sin luz, para mi décimo cumpleaños deseaba salir de casa y ver que había fuera de esas cuatro paredes, se lo pedí a mi padre como deseo de cumpleaños y cual obviamente se negó rotundamente y como toda niña de 9 años decidí pasar por encima de sus advertencias. El día de mi cumpleaños papá había salido por un problema con la empresa y mamá tomaba una siesta, por lo cual me arme de valor y cruce la puerta de la entrada principal, al estar fuera sentir la brisa golpear mi rostro y agitar mi cabello, los niños del vecindario me vieron como si fuera una especie particular, pero eso no los detuvo para acercarse y hablar conmigo, por supuesto ese día fue el más feliz de toda mi corta existencia, ellos llamaron a mi casa la prisión de oro, ya que yo vivía recluida dentro y nunca salía.
Había perdido la noción del tiempo solo recuerdo sentir la mano de mi padre al rededor de mi brazo apretando con mucha fuerza, me arrastró hacia la casay la que se llevó la peor parte fue mamá, grite, rogué y le implore que la dejara lo cual fue inútil, ella quedó completamente irreconocible, al no poder mas me dirigí hacia la cocina, agarre el cuchillo que mamá siempre tenía en uno de sus cajones de utensilios, me arme de valor y fui directo a mi padre, y lo apuñale por la espalda, tenía que hacerlo, era una niña de 10 años con su madre apuntó de ser asesinada a manos de su progenitor y esa fue mi única salida...