ASHLEY.
Miro atrás de mi, hay 3 personas esperando su turno, escucho un "Gracias" desde el escenario y espero paciente a que me llamen. Estoy esperando a que sea mi turno para salir, esto se está volviendo mi tradición, cada vez que visito una nueva ciudad me gusta buscar un club un poco conocido y anotarme para cantar y tocar mi música, cada canción que escribo tiene un significado para mí, la mayoría son para superar cosas, en especial la elegí para hoy, si somos sinceros, admito que bote algunas lágrimas...
— ¿Ashley? — pregunta un chico vestido de negro.
— ¿Si?.
— Sales ahora — dice corriendo un poco el "telon". Tomo mi guitarra y subo al pequeño escenario del bar, cuando alzo la mirada veo que hay muchas personas en el bar, como unas 30 o 40, acerco el micrófono qué hay y me siento en una silla que esta en medio del escenario.
Me aclaro la garganta y empiezo a cantar y tocar mi canción. Mis dedos se deslizan por las cuerdas de la guitarra y mi vista siempre se queda en el piso.
A la mitad de la canción a mi mente llegan los recuerdos de él... De nosotros...
Las risas, las citas, las caricias...
Todas unas malditas mentiras que no terminaron más que en una cruda traición que jamás la perdonaré.
Lo deje entrar, lo deje ver mis demonios... Nunca había dejado a nadie entrar... Pero él se suponía que había sido hecho para mí... Lo deje entrar, me prometió nunca dejarme... Que ingenua fui...
Cuando terminó la canción todos me aplauden y agradezco. Me paro de mi silla y camino bajando el escenario, mientras camino entre la gente, escucho varios cumplidos dirigidos a mi presentación.
Cuando estoy apunto de salir escucho como un vaso se cae, una camarera intenta recoger los vidrios con las manos, pero termina cortándose, el olor me atrae y las ansias aumentan, dirijo la mirada al piso y cuento hasta 10, pero el hambre no cesa, me apresuró a salir del bar y camino a paso rápido hasta mi Jeep Rubicón negra, después de ahorrar por meses pude comprarla, aunque mi pequeña empresa de tecnología también ayudo un poco, abro la puerta trasera de mi jeep y dejo la guitarra ahí, cuando cierro la puerta veo a un hombre con traje aproximarse.
— Hola — saluda.
— Hola, perdón, ¿quién eres tú?.
— Un productor musical, te escuche adentro y creo que tienes potencial — sonrío, no es primera vez qué pasa esto.
— No estoy interesada.
— Puedes ganar mucho dinero.
— No, gracias — no me agradan las personas insistentes.
— Te puedo pagar lo que quieras.
— En serio, ya di mi respuesta, es un no.
— Está bien, — dice a regañadientes —. Te doy mi tarjeta por si cambia de opinión — abre su saco y saca una tarjeta negra con letras plateadas.
— Como sea — le recibo la tarjeta —. Un placer hablar con usted - me subo al piloto y manejo directo a mi edificio.
Cuando llego al edificio saludo a los 6 guardias qué hay con una sonrisa y un "hola", subo directo al pent house, cuando el ascensor se abre salgo y veo a 5 guardias ahí, lo cual es raro, ya que, aquí solo se necesita de un guardia.
— ¿Ocurre algo? — pregunto cuando me siento en el sofá individual blanco.
— Reina, Hayley llamo, quisieron atacar a la manada, no pudieron, pero lograron capturar a 3 licantropos, Hayley y El consejo solicito urgentemente su presencia para mañana a primera hora.
— Está bien, díganle a Tyler que lo veré en mi despacho — me levanto del cómodo sofá —. Y que alguien empaque todas mis cosas, saldremos a las 11:30 PM.
— Si, mi reina — salgo del living y camino por los pasillos, entro a mi despacho y me sirvo un poco de tequila, es un poco oscuro, para mantener el ansia controlada, todas las bebidas que tomo contienen 25% sangre, me siento en la silla detrás de mi escritorio y espero a Tyler.
No se en lo que estaba pensando hace 1 año y medio, probablemente en la soledad, pero... Todos los puestos que asigne cuando acepte mi título como reina los puse para ser incluida... Por compromiso... Por esperanza, una de mis hermanas es mi Beta y la otra mi Gamma, Tyler es mi Delta, Nilian mi guardaespaldas...
Me encantaría cambiar las posiciones, pero tengo que esperar a que se cumplan 2 años estando es mi puesto, eso significa que tengo que esperar 6 meses para poner a personas que realmente sirven para el trabajo.
Ellos no merecen mi caridad, se los dejé bastante claro... Desearía haberlos matado, pero no pude... Aunque nunca lo admita, una pequeña parte de mí siempre tendrá la esperanza de ser incluida y amada por mi "familia"...
El sonido de la puerta me saca de mis pensamientos.
— Pasa — observó a Tyler entrar —. Voy a volver a la manada dentro de algunas horas — digo mientras dejo 10 carpetas encima de la mesa — necesito que llames a estos licántropos para que vengan dentro de 30 minutos — tomo todo el contenido del vaso y me sirvo otro, lo termino en tiempo récord.
— ¿Estás bien?.
— ¿Que te hace pensar que estoy mal? — él iba a responderme, pero lo interrumpo —. No tengo tiempo para esto, tengo cosas que hacer, así que, toma — le extiendo las carpetas, él las recibe y sale del despacho sin protestar. Me levanto y abro la caja fuerte que hay en un rincón de la habitación, la caja se abré con mi retina, asi nadie sabrá lo que hay dentro.
Chasqueo mis dedos y escucho como la puerta de mi despacho se cierra con seguro. No quiero ir nadie me descubra. Abro por completo la caja y veo 3 montones de bolsas de sangre. Siento mis ojos cambiar de color, se que están rojos, rápidamente tomo una bolsa y la abro bruscamente, no pierdo tiempo en llevarmela a la boca y empezar a tragar, la sangre cae de inmediato y siento algunas gotas deslizarse por las comisuras de mi boca, tan rápido como la agarré la terminé, tomo otra... y otra... y otra... y... otra...
Cuando me doy cuenta hay más de 30 bolsas de sangre vacías a mi alrededor y en la caja solo quedan 3.