Cap.    216 “Audiencias y Sentencias.”

(ENERO 27, 2018, NUEVA ASGARD, NORUEGA.)

(Ahmanet)

            Voy a lo que es el Trono de Nueva Asgard, lugar que ocupo en ausencia de Thor, y tomo asciento, la sala está llena de personas y curiosos, en su mayoría turistas que desean ver como se hace justicia en Nueva Asgard, estudio las carpetas que Inga me da por unos minutos, hasta que dan las diez de la mañana, momento en el cual Frida anuncia.

-Hoy ante su Alteza la Princesa Ahmanet, regente de Nueva Asgard se presentaran dos conflictos para su resolución, y su sentencia será, justa e inapelable; entendido esto que pasen los primeros citados a esta audiencia. El asunto trata sobre una joya vendida; que se preparen para ser escuchados. Todos los presentes Silencio en la Sala.

-Que pasen tanto el quejoso como el acusado.- ordeno dándole las carpetas a Inga, que se retira un par de metros. Veo a Cristal cerca así como a dos guardias por si hay problemas.

            Veo acercarse a dos hombres, uno es uno de los Orfebres a quien ya he visto en mis paseos por la ciudad y al otro no lo había visto, pero con solo verlo sé que es una persona nefasta, es de esos seres que solo desean hacer daño y no lo voy a permitir.

-Caballeros, están ante mi presencia para resolver un desacuerdo. Me quieren explicar con sus propias palabras lo sucedido. Primero el quejoso por favor, preséntese y dígame cuál es su reclamo.

-Mire señora, vine con mis amigos a visitar su pequeño pueblito, pues somos comerciantes y buscamos nuevas cosas por todo el mundo para nuestras tiendas, así que compre una pieza a este estafador, le compre en específico un brazalete que dijo era de oro y turquesas, pero lo que me dio no es oro sino latón, y en lugar de turquesas, lo que tiene es plástico resinoso.

-Caballero, primero que nada, se dirigirá a mi señora como Alteza, que no es su igual; segundo, usted se presentara gentil y claramente, y tercero, en esta Ciudad no está permitido el trato despectivo ni los insultos.- reconvino Inga cuando el hombre por fin guardo silencio.

-En mi país todos somos iguales, no veo porque tanta deferencia contra una bruja extraterrestre.- dijo el hombre, lo que molesto a más de uno en el salón, y los murmullos no se dejaron esperar; así que con una mano señale que se calmarán y digo.

-Pero en este momento, Usted no está en su país Señor Tolvar, esto no es Michigan, es Nueva Asgard, y yo no soy una bruja extraterrestre, sino una Diosa Inmortal, hija de Nueve Dioses Antiguos de Egipto, enviada para cuidar y proteger a los humanos y usted no le faltaría al respeto a un Juez de una corte a menos que quiera terminar en la cárcel por faltas a la autoridad. Le quedo claro?- y mientras hablaba cambie mi forma humana por la divina ante los ojos asombrados de todos los presentes.

-Como sabe mi nombre?

-Le diré que puedo leer, no solo la mente, sino también el alma, pero no es solo eso, también se leer y su nombre estaba en la queja que presento. Ahora Olaf, podría decirnos los hechos.- le indico sentándome dejando mi apariencia divina.

-Alteza, hace dos días el caballero se presentó en mi tienda y compro un brazalete de oro y turquesas, es un diseño simple y lo he vendido en varias ocasiones sin quejas, este es un dibujo del diseño Señora. La pieza era de oro que compre al gremio minero así como las turquesas que compre a un comerciante de gemas semipreciosas en México, en ese viaje también traje otras gemas como amatistas, ópalos, granates, jadeítas y ágatas de diferentes colores. El caso es que él caballero se presentó ayer por la mañana en mi tienda alegando que lo había estafado, que lo que vendía no era oro y que mis gemas son falsas. Hizo tal escándalo que varios clientes se fueron sin comprar nada, y un cliente que ya estaba pagando su compra, dijo que prefería no comprar nada, no fuera también a estafarlo. Señora todas las piezas que fabrico tienen mi sello, por favor le pido que examine la pieza y vea que la que el hombre alega es falsa, no la fabrique yo, no sé qué es lo que pasa, pero juro que la pieza que le vendí hace dos días por la mañana, era de oro y turquesas.- me explica el orfebre.

-Bien Olaf, veamos la pieza, Señor Tolvar, tiene usted la pieza en cuestión? – pregunto

-Aquí la tengo, este hombre es un estafador, esta es la pieza que me vendió.- dice mostrando el brazalete.- Inga se acerca con una pequeña bandeja de plata con un mantelillo de seda blanca, el hombre pone el brazalete en la bandeja que Inga trae hasta mí, yo tomo el brazalete en mi mano y comienzo a examinarla y en efecto, la pieza es de latón dorado que cubre un centro de plomo. Y las turquesas, no son tales, por lo que digo.

-En efecto señor Tolvar, esto no es oro ni turquesas, pero eso no quiere decir que esta pieza haya sido la que Olaf el orfebre le vendiera, ahora conozco el trabajo de Olaf, y sé que por costumbre todos los artesanos, dejan su marca en sus obras, así pueden ser reconocidas y por más que reviso esta pieza, no veo la marca de Olaf. Tenga en cuenta señor Tolvar que nada ganamos protegiendo un delito, mi deber es velar por todos los habitantes de Nueva Asgard, sean Asgardianos, inhumanos o humanos; pues ha de saber que tengo la solicitud de cuatro familias para ser admitidas como residentes de nuestra ciudad.