(Diciembre de 1997, ruinas de Nínive, Irak)
(Arqueólogo George Makepeace)
Es media noche y no se escucha más sonido que el aullar de los chacales, y el viento del desierto, y un grupo de hombres se mueve por el campamento, entrando a las entrañas de la cueva, donde una extraña y gran tumba real egipcia fue hallada; saben que están cerca del gran descubrimiento, pues ya han encontrado rollos de pergamino, ofrendas ceremoniales, así como muebles, utensilios y joyería, pero aún no han encontrado el verdadero salón funerario, en donde se encuentra el sarcófago que protege a la momia para la eternidad, quieren saber a quién pertenece esta extraña y nueva tumba descubierta, debe ser muy importante dado que la tumba es muy extensa, y las ofrendas y todo lo encontrado clama un alto rango de nobleza, mas es extraño que le enterraran en este lugar y no en el valle de los reyes o de las reinas; dos estudiantes se encargan de tratar de traducir los pergaminos y papiros, pero aún no ha podido descifrarlos.
Solo han logrado descifrar la advertencia encontrada en la puerta de la tumba.
“aquí descansa la etérea, la protectora del mundo; aquella que ha sido traicionada y condenada a la soledad eterna; aquella a la que nadie debe osar despertar; pues cobrara venganza por la traición sufrida y al mundo castigara.”
Una extraña advertencia, fuera de lo común pues por lo general en todas las tumbas las advertencias, hablan de castigo para los invasores, aquellos que osen entrar a las tumbas, pero está más parece una súplica para que se deje descansar a aquel para quien la tumba fue hecha.
Sabemos que estamos cerca y estoy seguro que esta noche lo encontraremos.
-profesor, profesor venga pronto, lo hemos encontrado- grita mi asistente, por lo que salgo corriendo de mi tienda y me dirijo a la tumba, entro y me dejo guiar hasta que llego a donde todos me esperan, tomo una lámpara de potente luz y entro.
Y ahí está, lo que parece ser la cámara funeraria, y al entrar solo encontramos una fuente que recoge el mercurio que escurre por las pareces y el techo, lo extraño de la fuente es que está rodeada de ocho estatuas de Anubis, y una serie de cadenas la rodean; revisamos muy bien el área, y encontramos los contrapesos, y los accionamos con mucho cuidado, y todo comienza a moverse, una serie de cadenas salen del poso de mercurio y con ellas sale el sarcófago. Porque lo enterrarían de esa forma, si para los antiguos egipcios, el mercurio alejaba a los espíritus? No lo entiendo, esto más parece una prisión y no una tumba. Lo sacamos de ahí para inspeccionarlo.
Ahí está un sarcófago de gratino negro con grabados de los dioses, Osiris, Isis, Horus, Seth, Nebet Het, Basteth, Toth, Sejmeth, Hator, trato de descifrar el medallón, pero no me da un nombre solo la llaman la etérea, la hija de los dioses, es extraño, que la tumba de esta mujer este aquí en Nínive, y no en el de las reinas, y más extraño que no pongan su nombre, solo su título, ordeno a todos que habrán el sarcófago, por lo que con cuidado tratamos de mover la tapa de pesado granito, para encontrar un sarcófago más pequeño dentro, blanco de alabastro, esto es muy inusual, nunca se ha usado el alabastro para un sarcófago, y sin embargo aquí está, pulido y hermosamente tallado, pintado con nítidos colores, en el aparecen los mismos dibujos que en el de granito, sé que dentro debemos encontrar un sarcófago más, esta vez de madera por lo que ordeno poner manos a la obra y abrir el sarcófago de alabastro con mucho cuidado y cual no es mi sorpresa que dentro no hay uno de madera, sino uno de cuarcita roja, igualmente esta bellamente trabajado como el de alabastro, y tiene los mismo dibujos por lo que se puede notar, nos apresuramos a abrirlo y encontramos un sarcófago más esta vez es de madera, pintado con los mismos bellos colores usados en los dos anteriores, sé que estoy cerca de la momia, por lo que procedemos a abrir el ultimo sarcófago, y al hacerlo descubrimos uno más, esto es muy extraño ya que desde el descubrimiento de la tumba de Tutankamón, no se ha vuelto a encontrar una tumba con tantos sarcófagos, este último sarcófago es de madera fina y perfumada, pues aún conserva su dulce olor, esta lacado en oro con incrustaciones de lapislázuli, jadeíta, feldespato, cornalina y otras piedras semipreciosas que no logro reconocer, es un bello trabajo, sé que la momia estará dentro bellamente enjoyada y cuidada, por lo que procedemos a abrir este último sarcófago, y ahí está, la momia de lo que parece ser una princesa de noble cuna, tan importante que fue enterrada entre reyes y dioses. Y a sus pies un royo de papiro y nueve canopes, los examino cuidadosamente, y veo que no son los tradicionales canopes, estos no traen las representaciones de Anubis, Anukys, Zobek y Amoret, sino que representan a los nueve dioses que se encuentran representados en los grabados y dibujos de los sarcófagos, también hay una estatuilla en granito negro de Anubis.
Todo esto es muy extraño, hago sacar la estatuilla, y los canopes para estudiarlos, catalogarlos y revisarlos, y al tomarlos, los noto pesados, todos y cada uno de ellos aún conservan su contenido; con curiosidad los abro uno a uno y veo que lo que contienen es polvo; tomo el rollo de papiro y lo abro, y ahí está el medallón con su nombre y sus títulos, es el pergamino que tradicionalmente lleva las claves para pasar por las puertas del inframundo para llegar a los cielos a la reencarnación en la luz.