Los Xeronianos Del Universo - Libro I El Guerrero Del Sol

Capítulo XXXV

    Los amigos Homter, Kenji, Akira y Mick, junto con Sasha, fueron al encuentro de Demian acompañado de Gibson y Nico para agasajarlo al ser considerado oficialmente un xeroniano. El joven estaba jubiloso por las muestras afectuosas de parte de sus amigos, sintiendo que empezaba a vivir una nueva etapa de su vida.

—¡Te felicito por tu logro! —decía Homter a Demian—. Bienvenido a la orden xeroniana.

—Siempre cuenta con nuestra ayuda, nunca estarás solo —señaló Kenji Lovers.

—Pasaste momentos duros, pero ahora recibiste tu merecida recompensa —añadió Akira Rex.

—Eres un muchacho humilde y valeroso, nos alegra que ahora seas nuestro compañero —dijo afablemente Mick.

—Cuando te vi por primera vez, sabía que tenías algo especial —habló Sasha—, por eso lograste ser aceptado como discípulo de Gibson.

—Muchas gracias por sus palabras, queridos amigos, daré lo mejor para estar a la altura de lo que se espera de mí... ¡ay!... después de recuperarme por completo de la herida al tórax, por supuesto.

—El entrenamiento es duro —añadió Gibson—, pero será progresivo hasta convertirte en un verdadero guerrero. Por ahora, aprovecha de descansar y recuperarte de tu lesión. Debes estar al máximo para poder rendir adecuadamente a los pesados adiestramientos.

—No lo asustes tanto, Gibson, o se arrepentirá de haber sido xeroniano —dijo con ironía Homter.

—Después de todo lo que pasé, creo estar preparado para cualquier cosa —respondió Demian con seguridad.

—¡Esa es la actitud, amigo! —contestó Kenji con la aprobación de los demás.

    En eso estaban charlando cuando se acercó al grupo Arien, Syria y Ukyo para expresar sus felicitaciones al joven.

—Syria, te presento a Demian —dijo Arien—. Él nos acompañó en el viaje y permitió que el elegido pudiera cumplir su misión tal como apreciaste.

—Mucho gusto en conocerte y bienvenido a la orden. Fue una intervención oportuna que ayudó a salvar Cyrania —señaló la mujer.

—El placer es mío, he oído bastante de usted y espero aprender rápidamente.

—¿Hablaban bien de mí?—preguntó con travesura.

—Sí, los chicos le tienen un vasto cariño.

—Mis respetos, Demian —saludó Ukyo—, te ganaste con creces esta distinción. Y bien amigos, ¿nos uniremos a la fiesta? No todo es pelear en esta vida.

—Creo que nos merecemos ese privilegio, hermano —contestó Arien—, hace tiempo que no disfrutaba tanto un día de paz.

    De pronto, Crystal Jones pasó cerca de donde estaba el grupo y Homter puso su mirada en ella.

—Me encanta esa chica, tiene algo que me atrae.

—No tienes oportunidad con ella. La conozco bien —contestó Sasha.

—Veamos de qué está hecha —respondió Homter y dirigiéndose a Crystal—. ¡Hey, hola! Mi nombre es Homter Masters. ¿Cómo te llamas?

—Soy la general Crystal Jones ¿Qué deseas?

—Pues nada, es la primera vez que te veo... ¿quieres ir a la celebración conmigo?

—No salgo con idiotas —contestó Jones y se dio media vuelta para seguir su camino.

—Me parece que tuviste más oportunidad con Radgen que con la general —dijo Demian burlonamente.

—Es la mujer de mis sueños. Iré tras ella —respondió confiado Homter.

    Todos se echaron a reír ante la afirmación de Homter mientras este era rechazado otra vez por la xeroniana. Había alegría en sus corazones y juntos festejaron el reencuentro mientras la algarabía se desataba dentro de la gran fortaleza.

***

     La celebración de Bubba, por su parte, fue de carácter más íntimo, por lo que organizaron un sencillo banquete para los invitados sorpresa del joven, quien no cabía de emoción al reunirse con la familia de Puerto Natales, su familia adoptiva de Egipto, y los amigos que conoció en sus años en Nepal, donde un momento de gran nostalgia se vivió cuando el joven volvió a mirar ese bello y puro rostro asiático: allí estaba Manjari con paciencia esperando el turno de saludar a su querido amigo, donde sin más tiempo que perder, ambos jóvenes se abrazaron fuertemente en medio de unas efusivas lágrimas.

—No sabes cuánto me alegra verte —expresó Bubba a la muchacha.

—Siempre pensé en ti —respondió la joven, donde además extrajo a un pequeño minino—, él también quiso estar presente.

—¡Makalu! ¡Mira a dónde has llegado, pequeño travieso!— y dirigiéndose a los demás—, por favor, siéntense en la mesa. Tenemos mucho que conversar y compartir.

    Bubba y sus invitados cenaron en el salón principal donde el joven narró su larga aventura que lo llevó a convertirse en Sunprime II. Todos conversaron felices al punto que la gente de Puerto Natales, Egipto y Nepal aprovecharon de conocerse e intercambiar sus experiencias vividas con el muchacho.

—Por favor, quédense el tiempo que deseen en Cyrania —dijo Bubba—, tuvieron un largo viaje y merecen descansar por ello.




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