Cuando se define el concepto de la fe en el cristianismo se dice que es una virtud relativa a la teología que consiste en afirmar la revelación de Dios.
Pero tu hijo de Dios, siervo de la iglesia, contéstame solo dos preguntas ¿Qué es la fe? ¿Cómo se define?
-A ver quién dice yo.- Preguntaba el Pastor Lockward.
-Pues la fe es creer en algo o alguien que no se ve.-Contestaron algunos hermanos de la iglesia.
-¿Y ustedes? ¿Dónde están las respuestas de ustedes los que hoy están aquí? ¿Cristianos?- Decía el Pastor.-Pues déjame decirte a ti que estas hoy aquí, sentado en el templo, escuchando atentamente, que también como cristianos tenemos derecho a fallar, tenemos derecho a caer pero a lo que no tenemos derecho es a perder la fe.
Hermanos y Hermanas, la fe es la certeza de que recibimos algo que aún no tenemos, como bien se cita en Hebreos 11:1
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.
Como cristianos, nuestra fe está basada en la certeza de que Dios (el objeto de nuestra fe), hará lo que esperamos, a su manera y en su tiempo. No pedimos al azar como niños malcriados o antojados. Pedimos de acuerdo con su voluntad, basando nuestras peticiones en lo que agrada a nuestro Dios.
Por fe agradamos a Dios y mostramos confianza en sus promesas, así lo dice Hebreos 11:6
En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que el existe y que recompensa a quienes lo buscan.
Cuando decimos que tenemos fe en Dios afirmamos que él es real en nuestras vidas y que es quien puede conceder nuestras peticiones y sueños más profundos. Esta afirmación agrada y alegra el corazón de nuestro Dios. Esa fe en él confirma que sabemos que él tiene todo el poder para concedernos lo que anhelamos hoy y también para darnos la vida eterna.
Dios nos afirma en su Palabra que no hay ningún otro Dios. Pero él no se queda solo con las palabras. Él va más allá y se revela a nosotros. Si estamos atentos y le damos una oportunidad, podremos experimentar su toque en nuestros corazones y la fortaleza que él nos concede para vivir una vida que demuestra que él es el Señor de nuestro corazón.
Isaías 45:5-6
Yo soy el Señor y no hay otro;
fuera de mí no hay ningún Dios.
Aunque tú no me conoces, te fortaleceré,
para que sepan de oriente a occidente,
que no hay ningún otro fuera de mí.
Yo soy el Señor y no hay ningún otro.
Hermanos, fe es la respuesta a un Dios real que se nos revela de diversas formas porque anhela que le conozcamos.
Dios puso fe en el corazón del ser humano y el ser humano decide dónde depositará esa fe. Cuando ponemos nuestra fe en Jesús escogemos creer que su venida a la tierra, sus milagros y su sacrificio en la cruz fueron una realidad y abrieron la puerta para que recibamos la salvación y la vida eterna.
Tener fe requiere humildad, vernos tal como somos, humanos y finitos. Dios nos da una medida de fe a través de la cual reconocemos nuestra necesidad de él. Podemos aumentar esa fe a la medida en que le dejamos obrar en nuestros corazones y transformarnos más a su imagen.
Dios no nos deja batallar solos, él nos provee de la armadura que necesitamos para vencer en nuestra lucha espiritual. Cuando intentamos avanzar en nuestro andar con Jesús pueden surgir dudas y ataques por varios frentes, pero si te aferras bien al escudo de la fe y aprendes a usarlo, lograrás apagar esos ataques del maligno.
-Sabias palabras las del Pastor, hija.-Decía mi madre mientras hacíamos el mercado.
-Ciertamente madre, sabias palabras que llegan en el momento justo para cada persona.
-Hija ¿Qué has pensado sobre la universidad?
-Ya te lo he dicho, estudiare enfermería en la universidad estatal, así puede estar en casa y acompañarte todo el tiempo. Aplique para la beca, así que con mi trabajo creo que lo logramos.
-Hija pero si yo aún puede trabajar, toda mi vida he sido útil, no es que este tan vieja.
-Pero necesitas descansar, ya la granja no da abasto, no llegamos siquiera a la cuota madre y creo que lo mejor será que siga con mi trabajo de medio tiempo, así puedo ayudar en la granja y estudiar al mismo tiempo. Gano dinero extra que nunca esta demás.
Dos días después:
-¿Lista?-Preguntaba mi madre, el día había llegado, hoy me tocaba ir a la universidad por los resultados de mis exámenes, con fe en Dios y logro entrar.
-Listísima madre.-Nos fuimos en el coche de mi madre unos treinta minutos hasta la universidad.
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Editado: 09.12.2022