Hay una fuerte lluvia y los árboles se sacuden bruscamente por el viento. El ruido de las gotas al caer contra el suelo era lo único que se podía oír. Me encontraba en un lugar desconocido, no tenía idea de cómo llegue aquí, mi mente y mi cuerpo estaban totalmente quebrados; mi vida ya no tenía sentido. Perdí todo en un solo instante, en un parpadeo, en un pensamiento.
Debajo de una tempestuosa tormenta, arrodillado con la cabeza hacia abajo, delante del cuerpo de un sujeto extraño.
¿Quién es él? ¿Por qué sonríe? ¿Qué lo hizo tan feliz antes de morir?
Un raro remordimiento sacudía mi corazón. Derramaba lágrimas amargamente, sin gemidos, sin llanto, solo lloraba en silencio.
Mmmmm… ahora recuerdo.
Takeo Sato, ese es su nombre. Por una deuda terminó dentro de un grupo de sicarios, el tipo era japonés y, al parecer poseía conocimientos de unas artes marciales únicas. Lo sé. Lo sé porque el me lo contó. Secuestraron a su familia como garantía para que saldara su deuda. ¿Qué tipo de deuda era para llegar a niveles tan altos? No lo sé, nunca pregunté.
Solo sabia, que él se ocupaba de enseñar defensa personal a los reclutas que se encargaban de los trabajos sucios. Los movimientos que usaba el maestro Sato, siempre eran para matar, a pesar de que son movimientos de “defensa”.
De los tantos reclutas que había, por alguna rara razón, él se encariñó conmigo. Le pregunté una vez sobre el porqué de su acción y él me contestó, que fue porque yo era diferente al resto. Me mencionó, que a pesar de que él notaba el deseo de venganza en mi corazón, nunca sintió repugnancia como con los demás.
Desde que sucedió “aquel día”, creí que mi vida se tornaría en miseria y, fue así; hasta que terminé en este grupo de sicarios y conocí al maestro Sato. Compartí bastante bastantes cosas con él. Reímos, convivimos, sufrimos y trabajamos juntos por un largo tiempo. Estar con él me volvía tan feliz, que día a día, mi deseo de venganza se hacía más tenue. Pero, todo eso se acaba de esfumar ahora.
Con su muerte, volví a sentirme vacío. Y el querer matar dejó de ser un deseo, a ser una necesidad. Ahora entiendo porque me enseñó otras cosas que a nadie más mostró. Aquellas palabras que me dijo en ese momento.
“¡Te haré el mejor asesino del mundo!”
Tienen más sentido ahora…
***
Senil y Dan estaban preparados para ir en contra de los nueve monstruos que aún quedaban. Uno de los monstruos dio un fuerte chillido y todos comenzaron a correr alborotados. En medio del acto, Senil tomó su arco y disparó al aire. Su flecha roso a uno sin herirlo, Dan chasqueó la lengua al darse cuenta del tiro fallido de Senil.
Él, con su hacha en mano, se balanceó hacia el jabalí que evadió la flecha. Trató de golpearlo, pero el jabalí consiguió esquivarlo a tiempo. Mientas tanto Senil se encargaba de otro. El monstruo con quien estaba peleando con Dan decidió ignorar la presencia de él y se enfocó en la de Senil. El jabalí salió con una enorme rapidez hacia la dirección de Senil.
—¡Mierda! ¡Va hacia ti anciano! —exclamó Dan.
De manera rápida Senil reaccionó y logro evadir la embestida del monstruo. El mismo jabalí se estrelló con el otro que estaba atacando a Senil. Ambos quedaron algo aturdidos con el golpe, Senil aprovecho eso y volvió a lanzar otra flecha hacia uno de ellos, esta vez consiguió darle a uno en el vientre.
Al recibir la flecha, el monstruo volteó hacia Senil e intentó embestirlo de nuevo. El gran jabalí corría precipitadamente hacia Senil, él simplemente se quedó parado cuando noto la acción del jabalí. El anciano simplemente sonrió.
—¡Ahora Dan!
Dan salió de su espalda cuando el monstruo estaba a unos cuantos pasos de él, con toda su fuerza insertó su hacha en el cráneo del jabalí, tal como lo hizo con el primero. El monstruo murió de manera instantánea.
Sin titubear Dan se abalanzo hacia el otro que aún estaba atontado, con una patada golpeo su cabeza y el jabalí solo retrocedió quejándose del dolor. Senil sin desaprovechar disparo tres flechas consecutivas, las cuales terminaron en el rostro del monstruo, así una insertándose en uno de sus ojos.
El jabalí solo gemía por el inmenso dolor que ha de sentir. Dan con rapidez lo acabó cortándole la cabeza.
A pesar de lo corto que fue el encuentro, pude apreciar la gran habilidad que tienen Dan y Senil al trabajar juntos. Pelearon con una estrategia demasiado simple, pero a la vez muy efectivo y lograron matar a dos… ¡Espera! Se concentraron solo en dos, ¿y los demás?
Rápidamente giré mi mirada a todo el entorno, no me había percatado, pero mientras ellos atacaban a esos dos jabalís, el resto no interfirió, no estaban. ¡¿A dónde fueron?!
De la nada un jabalí salió por detrás de Dan. El no pudo reaccionar a tiempo y el monstruo lo golpeó muy fuerte en la espalda, el tremendo golpe provocó que cayera al suelo inconsciente.
—¡Dan! —Senil se dirigió rápido hacia Dan.
Mientras trato de acercarse a Dan, él fue atacado por otro jabalí que salió volando. El jabalí salto lo suficientemente alto para golpearlo justo en la cabeza. Cuando él cayó al suelo, el resto de los jabalís salieron de los arbustos.
Ellos dos se concentraron en únicamente dos y eso provocó que los otros pudieran crear un plan, ¿acaso, son lo suficientemente inteligentes para poder hacerlo?, creo que la respuesta es sí. Es por eso que cuando apareció el primero todos entraron en pánico.