Love 1 // Amores secretos - Draco Malfoy

Capítulo 22 - SÁLVAME

BROOKE

 

Los días siguen pasando, así como las clases. Yo estaba en una nube entre las clases y los deberes. Era tal la cantidad de trabajo que tenía, que no había tiempo para nada más. Estaba estresada y cansada. A mí me resultaba fácil porque ya lo había dado. Aun así los deberes los tenía que hacer como cualquier otra persona, no podía escaquearme.

Ahora estoy en clase de Adivinación, sentada en una mesa, en compañía de Blaise. En la mesa de al lado se encuentra Theo y Malfoy, y unas mesas a la derecha, Harry y Ron. La profesora Trelawney, sigue con sus divagaciones y yo bostezo aburrida. No hay mayor estupidez que está clase, pero el profesor Dumbledore me obliga darla, dice que me viene bien para mi formación, pero yo creo que es la mayor pérdida de tiempo.

  • Te aburres – me susurra Blaise inclinándose hacia mí.
  • La verdad es que sí – respondo de la misma forma – Qué de estupideces puede decir en una sola clase – Blaise comienza a reírse por lo bajo.
  • A veces pienso que vas a lanzarle algún tipo de hechizo – me dice divertido.
  • No sabes las ganas que tengo. Estoy haciendo acopio de toda la fuerza de voluntad para no hacerlo – respondo divertida.
  • Te veo capaz y todo – se ríe y yo no puedo evitar hacerlo también. Con Blaise siempre me divierto mucho durante las clases, por eso me siento con él en esta asignatura.
  • Veo que los astros os hacen sentiros risueños – la profesora se ha acercado a nuestra mesa sin darnos cuenta, y nos mira tras sus gafas grandes de culo de botella.
  • Sí, es muy interesante ver el flujo que ejerce Marte sobre el resto de planetas, sobre todo con Neptuno, que forma un magnifico ángulo con él – digo saliendo del paso, porque aunque parezca que no, presto atención cuando los profesores hablan, siempre tengo el oído puesto. Blaise me mira con la boca abierta, sin poder creer lo que acabo de decir.
  • Querida mía – me dice Trelawney, apoyando una de sus manos sobre la mía, que está reposando sobre la mesa – Desde el instante en que pusiste un pie en mi clase, sentí – me coge de la mano y me toquetea los dedos, lo que hace que ponga una mueca de disgusto. No me gusta que invadan mi espacio personal sin mi permiso – que no poseías el apropiado espíritu para el arte de la adivinación – me suelta como si se creyera importante o algo así, y yo solo puedo apretar los labios con fuerza, intentando no soltar todo lo que pienso por la boca – No, mira, ¿ves? – señala algo en mi mano que no veo, pero lo que si oigo son las risas de mis compañeros de clase, sobre todo de los de mi casa. Les encanta ver cómo me ridiculiza en público, sobre todo a Parkinson y sus secuaces. Miro a la mesa que tengo a mi lado y Theo me mira divertido, igual que Malfoy, al que fulmino con la mirada, pero este se regodea aun más en su particular diversión. ¡Será imbécil! – Serás joven, pero tu corazón está mustio como el de una vieja doncella – al escuchar eso, Malfoy borra la sonrisa de su cara y fulmina con la mirada a la profesora – amargada, seca como las páginas de los libros a los que tan desesperadamente te entregas – da unas palmaditas con la otra mano a la mía que sostiene y me mira con pena.

Las risas no cesan, es más, aumentan ante estas últimas palabras de mi profesora. Intento controlar la furia que está creciendo en mi interior por la humillación que me acaba de hacer y cuento hasta diez.

  • No se preocupe profesora Trelawney, que yo no voy a terminar siendo una amargada que se queda sola como usted – digo con desprecio. No me gusta que me humillen – Pero no importa eso, a fin de cuentas no llegaré a ser tan vieja como esas doncellas de las que hablas – mis ojos viajan durante un segundo a Malfoy y él me mira con desconcierto al escucharme – además esos libros a los que me entrego según usted, son mucho más útiles que estás estúpidas clases. Así que si es tan amable de seguir con la clase y dejarme en paz, se lo agradecería – suelto sin más, quedando por encima de ella. A mí nadie me humilla de esa forma.

La profesora me mira con la sorpresa reflejada en su rostro por mi atrevimiento, pero no dice nada. Se aleja de nuestra mesa y prosigue con la clase, mientras yo intento relajarme. Me giro para ver a Blaise que me mira con la sonrisa pintada en la cara y asiente complacido por mi respuesta. Yo le guiño el ojo y él se vuelve a reír por lo bajo.

Sigo con mi mente puesta en otro sitio, menos en la clase, hasta que oigo como la silla de la mesa contigua, se arrastra por el suelo, acercándose a la mía.

  • ¿Cómo es eso de que no vas a ser tan vieja? – oigo cómo me susurra Malfoy a mi oído. Yo muevo la cabeza y lo miro. Sus ojos denotan preocupación, pero niego con la cabeza y vuelvo a mirar al frente, ignorando su pregunta – Respóndeme Brooke – dice ahora en un tono más mordaz - ¿Qué has querido decir? – insiste.

Y estoy a punto de responderle cuando de repente veo algo que capta mi atención. Harry está con la cabeza sobre la mesa, retorciéndose y murmurando cosas. Ron lo mira espantado, y el horror se pinta en su cara cuando Harry cae al suelo como si estuviera desmayado.

Me levanto con rapidez y me acerco a él, poniéndome de rodillas y sujeto su cabeza entre mis manos para que no se haga daño. Todos se arremolinan alrededor, menos los de Slytherin que sigue en sus asientos, pero miran con curiosidad, atentos a todo lo que está pasando.

  • ¡Harry, Harry! – lo llamo alzando la voz y moviéndolo.

Harry abre los ojos y veo sus ojos anegados en lágrimas. Mira a su alrededor y lleva una mano a la cicatriz de su frente. Por su gesto debe de dolerle, ¿qué está pasando? ¿Qué me he perdido?

  • ¿Estás bien? – pregunta Ron preocupado.
  • ¡Por supuesto que no se encuentra bien! – dice exaltada la profesora Trelawney. ¿Pero a esta mujer que le ocurre? ¿No debería mantener la calma ante estas situaciones? - ¿Qué ha ocurrido, Potter? ¿Una premonición?, ¿una aparición? ¿Qué has visto? – ¿Pero a esta mujer le falta un tornillo o qué?
  • Nada – contesta Harry incorporándose un poco con mi ayuda. Este me mira agradecido haciéndome ver que está bien, pero yo sigo preocupada. Por la cara de Ron, creo que esta no es la primera vez que le pasa.
  • ¡Te apretabas la cicatriz! – sigue diciendo la profesora - ¡Te revolcabas por el suelo! ¡Vamos, Potter, tengo experiencia en estas cosas!



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En el texto hay: amor, harrypotter, dracomalfoy

Editado: 24.08.2022

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