— Oh vamos... pero no pongan esa cara — este demonio hizo lo que fue un intento de cara triste — Mas bien ¿Con quién empezare? — les pregunto
Este empezó a caminar cerca de las humanas sintiéndose poderoso y demasiado feliz al observar como ellas temblaban y lloraban a su cercanía aumentando su adrenalina adentro de él.
— ¿Cuál es tú nombre? — preguntó Nanami con una seguridad que ni ella misma sabia de donde había venido
— ¿Qué crees que haces?... — preguntaba su amiga en un susurro pero era audible para los tres
Aquella pregunta detuvo al demonio el cual la miraba desconcentrado y con una sonrisa en su rostro diabólico.
Aquí hay un secreto pues la mayoría de los dioses saben que uno puede tener el poder sobre un demonio aunque este sea salvaje, es decir, que no sea familiar; y eso es lo que estaba intentando de hacer nuestra diosa el único detalle aquí es arriesgarse y saber si su afinidad es la correcta.
— ¿Yo? ¿Darte mi nombre? Eres una simple humana — se empezaba a reír y no era para nada agradable para sus oídos — No me hagas reír... perdona... ya lo hiciste
— ¡¿Cómo te llamas?! ¡Es una orden! — trataba de usar su voz de mando — ¡Te lo ordena la Diosa de la Tierra!
— Así que una diosa heee... — levanto su ceja izquierda — Buen truco por cierto pero... hay un detalle, tu y yo no somos iguales — le dijo de una manera fría
A su movimiento rápido se veía como la fricción entre sus garras de fierro y el cemento soltaba chispas aquel momento las dejo congeladas y sin respiración pues a pocos instantes este se encontraba atrás de la diosa oliendo su exquisito olor a miedo.
— Y ahora ¿Que magia vas a usar? — pregunto el demonio, este empezó a rasguñar el brazo de Nanami con una de sus garras haciendo que soltara un grito de desgarrador — ¿No es que eras una diosa? — decía con gracia
— Déjala... no la lastimes — Nyoko muy apenas podía pronunciar aquellas palabras, sus lagrimas no paraban — Déjanos ir...
— ¿Tu también eres una diosa? — dijo acercándose a ella — ¿Acaso ahora todos los humanos pueden ser dioses? Porque si es así yo también me postularía
— Por favor... nosotros no te hemos hecho nada... — Nyoko ya tenía sus ojos rojos por sus lagrimas, por mas que intentó controlarse
— Sabes... tu eres diferente — coloco su nariz en el cuello de la chica haciéndola brincar de la cercania despues pasó una de sus manos sobre el estomago de ella haciéndola estremecer a su tacto — Tu olor es exquisito ¿Realmente eres humana?
Tan solo su cercanía le daba asco a Nyoko pues sentía que este no solo la veia como un bocadillo.
Ahora lo que mas deseaban ambas chicas era que este momento fuera una maldita pesadilla a causa de comer mucho chocolate o dulces antes de dormir.
— No.. no la toques... — Nanami trataba de zafarse de las cuerdas para poder usar sus talismanes pero fue inútil — Seras demonio muerto si nos vuelves a tocar, nuestros soulmates no te lo perdonarán
— ¿Soulmates? Esto se pondrá mas entretenido — decía el demonio con una sonrisa psicópata — No saben lo que me encanta destrozar parejas
"Ahora no se si lo correcto sea que vengas" pensaba nuestra dulce protagonista pues tanto ella como Nanami no querían que su chico o pareja sufriera alguna lesión por culpas de ellas.
— Vamos a divertirnos un poco tu y yo pequeña — este lamió el cuello de Nyoko hasta llegar a su oído el cual mordió delicadamente — Soy Malson... así podrás decir mi nombre mientras te hago fallecer de placer enfrente de tu amiga
No quería que la siguiera tocando pero a pesar de tratar de defenderse las cuerdas se lo impedían dejándola a merced de la bestia.
Ser salvada o no era una decisión que analizaba la chica pero era algo que no podía controlar que sucediera pues esta acción le correspondía a terceros, a personas o mejor dicho demonios que ya estaban dirigiéndose un poco mas al rescate de las humanas.
Malson rasgo con sus garras la blusa de Nyoko dejando ver un poco de su ropa interior, pero no solo eso fue lo que corto si no que también alcanzo a rasguñar la tercia piel de la chica y apezar de que esta no se veía profunda lo era, haciendo que la ropa y las cuerdas se llenaran poco a poco de su sangre.
— Blanco al igual que tu pureza y la combinación del carmín de tu sangre que representa la pasión, me dejas sin aliento
— Mal-maldito... —susurro Nyoko
— ¡Maldito psicópata! — gritaba Nanami, pues sabia que él deseo del demonio aumentaba tras ver la sangre y el dolor que provocaba — ¡Déjanos en paz! — le decía mientras que su amiga gritaba del dolor producido por los cortes
— ¡Cállate! — Malson le dio una cachetada con una fuerza que noqueo a la diosa
— ¡Nanami! — gritaba Nyoko con asombro al ver como fue atacada su amiga
— Oh... ¿Ahora no dices nada? — este tomo el mentón de la chica rasguñando un poco su mejilla — Tonta diosa... te perdiste toda la diversión — le decía con una sonrisa
— ¡Nanami! — volvía a llamar a su amiga para ver si lograba hacer que volviera en razón
— Guarda silencio si no quieres que te pase lo mismo que tu amiguita — dijo haciendo callar a la chica por el miedo
Malson se encontraba de nuevo frente a Nyoko el cual coloco su mano junto con sus garras en el muslo de la chica haciendo un corte no tan profundo como en su pecho pero si al punto que este sangrará.
— ¿No vez que te estoy dando una muerte pasional? — tomó el mentón de la chica algo brusco y con fuerza — No quiero dejar ninguna marca en este hermoso rostro así que más te vale cooperar
La chica temblaba ante el tacto de Malson al no saber que movimiento seguiría.
El demonio frente a la chica acerco mas su rostro acariciándolo con lentitud con su nariz pero siempre su vista en los labios de ella. Pasaron algunos segundos en los que mantuvo aquella posición para después atacar los labios de la chica forzándola a besarle, este era un beso salvaje sin ninguna emoción, nada parecido a lo que sentía con Tomoe.