(love &) Hate - Catradora

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—Otro día más...—susurré para mí misma. Había apagado mi celular, puesto a que no dejaba de vibrar y sonar por los mensajes y llamadas de Catra. No había dormido en toda la noche y sólo pensaba en lo pesado que mi cuerpo y mis ojos se sentían. Prendí mi celular, pasando de entre todo lo que Catra había invadido, buscando algo nuevo—. ¿Y esto?—. Revisé el mensaje.

La mejor <3 (08:01 am)
Hola, mi sol. Quería que nos veamos en estos días, ¿te parece?

La mejor <3 (08:01 am)

Sé que hace mucho no nos hablamos, pero quería verte y saber cómo estabas.

Tú (08:43 am)Hola! Sí, me encantaría. ¿Estás en Nueva York? Dime dónde y cuando nos podemos encontrar, estoy libre ^^

Sonreí, luego de tanto ajetreo. Al menos alguna buena podría sacar del pozo en el que me estaba metiendo.

La mejor <3 (08:51 am)
Te tomaste tu tiempo en contestar, ¿eh? 7-7. Podríamos encontrarnos en algún parque o algún lugar que te guste. Sólo estaré aquí el fin de semana, así que esperaba que me guíes y eso :3 

Tú (08:52 am)
Sí, lo siento. Es que acabo de prender mi celular y vi tu mensaje. Me alegraste el día ^^. 

La mejor <3 (08:52 am)
Jajaja, no pasa nada. 

Tú (08:53 am)
Así que estás de turista, ¿eh? ¿Tienes dónde quedarte? Tengo lugar en mi casa si quieres hospedarte aquí. 

Tú (08:54 am)
Digo, por si no quieres gastar en hoteles. Ahorrarás mucho y estarás cómoda, créeme.

La mejor <3 (08:55 am)
Si insistes ^^. Pasa la dirección e iré apenas aterrice el avión, rubia. Gracias :3

Tú (08:55 am)
No es nada. Hace mucho no nos vemos, vale la pena <3

Tú (08:56 am)
*Has enviado tu ubicación actual a "La mejor <3"*

Bloqueé mi celular, suspirando. Al menos tendría una razón para levantarme hoy de la cama. 

Comencé a ordenar el baño. Limpié y organicé los productos de Glimmer y Bow en un lugar aparte, para no recibir quejas de que los habían usado en su ausencia. Lavé la ropa sucia y pasé el trapo por el piso. Higienicé el retrete, el lavamanos y la tina. Satisfecha con el resultado, fui a por el living-cocina.

Una vez terminada la casa, encendí la televisión, intentando despejar mi cabeza de todos los factores que me estresaban, aunque sean pocos. Estaba puesto el programa de chimentos que suele mirar Glimmer por puro aburrimiento. Iba a cambiar, hasta que leí el titular que me dejó los pelos de punta y la piel de gallina.

"¡Relación confirmada! Atrapados en una cita romántica", acompañado de fotos de Catra y Rogelio en el café abrazados, riendo en el auto...

Besándose.

Apagué el televisor, pensando en lo estúpida que fui. Miré el balcón, pensando en lo tentador que sería...

Sacudí mi cabeza.

Basta Adora. Tú no eres así. 

Coloqué música, intentando distraer mi cabeza. Sacando los cubiertos sucios del lavavajillas para lavarlos a mano.

_________________

Ding Ding, Ding Ding

Corrí a abrir la puerta, sonriente. 

—¡Sol de mi corazón!

—¡Hola!—. Salté a abrazarla—. No sabes lo mucho que te extrañé, Mara.

—Y yo a ti, rubis —contestó, sacudiendo mi cabello con su mano izquierda.

—¿Rubis?—cuestioné, tomando uno de los bolsos con los que cargaba mientras ella arrastraba la valija.

—¿Qué? ¿No te agrada?—reí en respuesta.

—Para nada, sólo que siempre tienes un nuevo apodo para mí cada vez que me ves.

—Lo sé, pero lo hace divertido, ¿no?

—Ven, te mostraré el departamento—. Le enseñé cómo me manejaba a diario, la habitación de Glimmer, donde y dormiría, y mi habitación, donde ella estaría los próximos tres días.

—¿Pagan mucho? Sé que son tres, pero el departamento es enorme y en el centro de nueva York...—asentí.

—Sale lo mismo que saldría un departamento pequeño con una habitación en donde vivimos. O sea, sale el triple si sólo una persona viviera aquí. Además, el edificio pertenece a la empresa de la familia de Glimmer, la cual Micah maneja... Así que tenemos descuento.

—Siempre fuiste una suertuda, ¿eh?—comento con un deje de broma. Reí, asintiendo—. ¿Y si compramos unas facturas o algo rico para merendar? Quiero que hoy seamos sólo nosotras dos, que hablemos sobre todo lo que nos pasó en este tiempito que te fuiste.

—Me gusta tu forma de pensar. Vamos, te mostraré dónde estoy trabajando.

En el camino, ella me iba contando como sus amigos habían creado un club llamado "los amigos de Mara" por su fama en la universidad. Me contó anécdotas sobre cómo chicos y chicas solían insinuarse ante ella de las formas más descaradas y locas posibles.

—¿En serio? ¿Puso un cartel pidiéndote ser su novia en un edificio?— cuestioné, incrédula. Ella asintió emocionada.

—Fue demasiada adrenalina. Teníamos el re público y todos gritaron cuando dije que sí —rió.

—Espera, ¿entonces estás de novia?

—Sí. Oficialmente.

—¡Felicidades, hermana!—. Llegamos al café y la presencia de Mara era tan poderosa ante mis ojos que había olvidado completamente que mis cercanos recurren el lugar...

Me acerqué a la caja, viendo como Perfuma me miraba preocupada. Sonreí, intentando esconderme y darle a entender que estaba bien, aún cuando no era cierto. Me resistí de mirar a la mesa junto a la caja, donde la pareja supuestamente falsa solía frecuentar.

—Hola, buenas tardes. ¿Qué desea ordenar?—dijo Perfuma, metiéndose en el papel de empleada-cliente, aún cuando éramos compañeras de trabajo. Miré a Mara.

—¿Tú que vas a ordenar?

—Tú conoces el lugar y lo que me gusta, ¿o no, corazón? Ordena tú, confío en que no me envenenarás—. Me guiñó el ojo juguetona. Reí en respuesta.




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