Love Sonets

Capítulo 2. Nuevas melodías.

Yoongi.

–¿Cuáles son tus planes para el futuro? –me preguntó Gae Hul, mientras mirábamos el atardecer en las escaleras frente a su casa.

–Estudiar Derecho y especializarme en alguna de sus ramas –respondí con tranquilidad –. ¿Tú que vas a hacer?

–Estudiaré diseño de modas, se ve como algo interesante.

–Eso significa, que te vas de aquí.

–Sí, pero voy a volver –aseguró.

Decidí voltear un poco el rostro, para poder mirarla. Me sonreía de manera cálida, dulce y sincera. Su sonrisa hacía que mi corazón latiera más rápido y mis manos sudaran, pero era bueno ocultando mis emociones.

–Deseo que te vaya bien en esta nueva etapa –mencioné.

–A ti también, aunque estoy segura de que o necesitarás mi suerte, eres increíble.

–Gracias –contesté de manera indiferente, pero por dentro, estaba brincando de alegaría.

Nuestras manos se encontraban cerca, pero un movimiento de su parte, hizo que su mano quedará encima de la mía. Su tacto suave y cálido me hizo suspirar. Miré nuestras manos, alzando la mirada hacia ella. Sonrió apenada, quitando su mano.

No moví la mía, su calidez aún seguía latente, así que disfruté un poco más de ello. Miré hacia el frente, seguro de que no faltaría demasiado para confesar mis sentimientos, pedirle que sea mi novia y llenarla de amor.

Me sentía seguro y confiado de nuestro amor, de que esta etapa universitaria no nos afectaría, de que estaremos juntos para siempre.

Un golpe en la puerta me hizo volver a la realidad, notando que seguía de pie frente al ventanal de mi oficina, aparentemente, observando el paisaje que este me brindaba.

–Adelante –ordené, escuchando la puerta abrirse y unos pasos acercarse.

–Señor Min –me llamó mi secretaria –, vine a dejarle algunas cartas que le han llegado.

–Déjalas en el escritorio, por favor –pedí sin mirarla.

Momentos después, escuché sus pasos alejarse, quedándome de nuevo solo, presa de mis recuerdos. Sacudí la cabeza, girando a mi escritorio para hacerme cargo de mis deberes.

Revisé con cuidado cada carta, decidiendo cual asunto era más urgente para resolver, hasta que una de ellas llamó mi atención. Observé con cuidado la caligrafía, reconociéndola al instante.

Lee Gae Hul.

Dudé en abrirla. La última vez que recibí una carta suya, recibí una invitación para su boda, una boda a la que asistí con todo el dolor de mi corazón. Aún recuerdo las sensaciones amargas, el dolor en mi pecho y la decepción de mi corazón.

No fue fácil ver como unía su vida con un hombre muy diferente a mí, como le sonreía de un modo distinto a mí, eso me hizo saber que tal vez, nunca sentimos lo mismo, de que el único que se había hecho ilusiones falsas, había sido yo.

Fingí estar feliz por ella, fingí que no me importaba, pero en la soledad de mi habitación, me emborraché hasta más no poder, y de ese modo, llorar por ese amor perdido. A veces recordar duele un poco, pero ya no es un dolor que quema, es uno muy parecido a la resignación.

La perdí, y no me molesté en hacer algo para evitarlo. Seguí con mi vida, superando de a poco ese amor unilateral, un amor que idealicé. Me encerré en mí mismo, y no pienso salir, no por cosas que sé, no valdrán la pena. La puerta abriéndose llamó mi atención, arrastrando mi mirada a la entrada y chocando con Jin, que iba entrando.

–Hola, Yoongi. ¿Ocupado? –preguntó, tomando asiento frente a mí.

–¿Cuántas veces te he dicho que toques la puerta? Odio cuando entras así –siseé.

–Calma, fiera, no es para tanto –minimizó con una sonrisa.

–Como sea. ¿Qué quieres?

–Necesito que vayas a Londres, para hablar con la CEO Carol González sobre el nuevo proyecto.

–¿Qué te hace creer que iré? –cuestioné, arqueando una ceja.

–El hecho de que estas igual o peor de emocionado que yo.

–Claro, créelo –me burle, recargándome del respaldo de la silla.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.