Love Sonets

Capítulo 11. Buenos momentos.

Carol.

Sigo sorprendida por lo que pasó ayer. Puedo decir con sinceridad que incluso, me siento algo feliz. Si a alguien he admirado con mucho orgullo, es al rapero Agust D. Las canciones que ha sacado me han llegado al alma. Los miedos, inseguridades y ansiedad que describe en sus letras, las he sentido en carne propia.

Me gusta mucho la sinceridad con la que interpreta, me cautiva su voz y me hipnotiza esa rudeza y estilo con el que se mueve. No creí que esa persona que me gustaba de manera fanática, fuera Min Yoongi. Es probablemente, la última persona en la que habría pensado, para darle un rostro a mi ídolo. Es aquí cuando me doy cuenta, que las sorpresas son realmente inesperadas.

A pesar de mi sorpresa y una pequeña sensación eufórica, no me detuve en preguntarle cuales han sido sus inspiraciones, su pasión y los motivos por los que escribe canciones tan reveladoras. Me pareció inútil ocultar la parte fanática que habita en mí, así que, por primera vez en mucho tiempo, decidí mostrarle una parte de mi a alguien.

Fue extraño, algo loco, pero satisfactorio. Hace mucho tiempo, que no siento tanta comodidad con alguien que comienzo a conocer. Hace mucho que no encuentro una conversación tan interesante, que me haga perder la noción del tiempo. Hace mucho tiempo que no me siento así de… viva.

Sin desearlo, suelto una pequeña risa, no sé si de sorpresa o burla, porque me doy cuenta que parezco una boba adolescente fantaseando con la cita que tuvo con el chico que le gusta. Mi caso es diferente, porque no soy una adolescente, soy una mujer. No fantaseo, sólo recuerdo el momento de ayer. No me gusta Min Yoongi, al menos, no de una manera romántica, pero confieso, que su personalidad me resulta interesante y atrapante.

Aún sigo alerta sobre las intenciones de este hombre para conocerme, porque su algo me ha mostrado la vida, es que nunca terminas de conocer a las personas. El timbre de la puerta se escucha, así que dejó mi taza de té en la mesa, caminando hacia la puerta para abrir, encontrándome a Jin del otro lado, dándome una amable sonrisa.

–Buenos días, Carol. ¿Lista para ir a la galería? –saludó, inclinando un poco su cabeza.

–Buenos días, Jin. Ya estoy lista, sólo tomaré mi abrigo –respondí, tomando mi abrigo del perchero, justo a un lado de la puerta –. Ya, podemos irnos.

–Genial. Iremos en mi auto, si no te molesta.

–Claro que no, es una gran idea –comenté.

Cerré la puerta detrás de mí, caminando a su lado, para tomar el elevador que nos llevaría al estacionamiento.

–Carol, me gustaría hacerte una pregunta –comenzó él, cuando estábamos adentro del elevador.

–Hazla.

–¿Qué fue lo que le dijiste a los dos artistas que se pusieron pesados? No los he vuelto a ver.

–Fui clara con ellos desde el principio. Les advertí, que no quería ninguna queja sobre ellos, al hacer propuestas y exigencias estúpidas, porque de enterarme, los echaría del proyecto, y eso fue lo que hice.

–Eso quiere decir, ¿qué hay dos vacantes disponibles?

–Así es. ¿Alguna idea de posibles candidatos? –pregunté con interés, saliendo del elevador, cuando llegó al piso deseado.

–Sí, pero voy a consultarlo más tarde. ¿Y tú?

–Tal vez, aun no estoy segura.

–Supongo que hay que ser rápidos, la Galería tiene una fecha de inauguración de tres meses –señaló, abriendo la puerta de copiloto, para que yo entrará.

–Así es. No hay que perder tiempo, de lo contrario, todo podría atrasarse, y es algo que no quiero que suceda –le respondí, cuando entró al auto.

–Lo lograremos. No hemos tenido ningún obstáculo hasta ahora, debe ser una señal, de que la Galería debe ser abierta al público.

–¿Crees en las señales? –pregunté curiosa, mientras arrancaba el auto, saliendo del estacionamiento.

–Creo que hay un tiempo y momento exacto para todo. La vida no se trata sólo de correr y ver quien llega primero a la meta, hay que actuar con paciencia y cautela, para llegar al momento adecuado y tener aquello que deseamos y merecemos –respondió convencido.

Sus palabras me hicieron pensar un poco. ¿Fue apresurada la decisión que tomé de cambiar de vida para tener paz? Sé la respuesta a eso: No. ¿Razones? De un tiempo para acá, he dicho que mi felicidad, paz mental y salud son primero, pero por raro que suene, sé que no fue la única razón por la que lo hice.

Entiendo y comprendo las palabras de Jin, y, de hecho, es un pensamiento increíble. La mayoría sólo piensa en ser el primero, llegar primero, considerarse el primero, pero, ¿qué pasa cuando llegas a la meta? ¿Cuál es el siguiente paso?

–Ese es un buen pensamiento –murmuré, luego de unos momentos de silencio.

–Fue lo que me ayudó a no apresurar las cosas con Lina, de lo contrario, lo hubiera echado a perder si hubiera sido impulsivo.

–Entonces, eres muy paciente.

–Lo suficiente para no volverme loco.

–Que bien.

–Lo es. Ya llegamos –anunció, deteniendo el auto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.