Love Sonets

Capítulo 16. Reinicio.

Yoongi.

–¡Yoongi! –me llamó una voz femenina, deteniendo mi caminar.

Al mirar a mi alrededor, vi del otro lado de la calle a Gae Hul, quien llevaba un cochecito, donde supongo, estaba su bebé. Sonrió, sacudiendo su mano para saludarme, al notar que ya la había encontrado. Sonreí levemente, correspondiendo a su gesto.

Ella miró el semáforo, dándose cuenta que podía atravesar la calle, así que lo hizo, caminando hacia mí. Contrario a otras veces, donde me la encontraba en la calle o reuniones, me sentía muy tranquilo y sereno, mi corazón no latía desbocadamente o me sentía un idiota, al contrario, me sentía feliz de verla.

» Yoongi, que sorpresa encontrarte aquí –dijo con una sonrisa.

–Tenía unos asuntos que hacer por aquí, pero no creí encontrarte, fue algo sorpresivo.

–Lo mismo digo. ¿Tienes tiempo para ir y tomar un café? –bajé la vista a mi reloj, notando que tenía tiempo de sobra, antes de regresar a la empresa.

–Claro –acepté.

–Vamos, conozco un buen lugar –asentí, caminando a su lado, para llegar a una cafetería cercana.

Al entrar, nos dirigimos a una mesa en la esquina, donde el cochecito no estorbaría el paso para los demás. La ayudé a sentarse, sosteniendo la pañalera en su hombro, y cuando estuvo instalada, fui del otro lado, sentándome frente a ella.

–Oye, no me dijiste que haces por aquí –mencioné, luego de que tomarán nuestra orden. ¿Y tú esposo e hijo?

–Lu Han está en el trabajo, y mi pequeño en vasa, con una niñera. Tenía que ir a una cita con el pediatra hoy para la bebé.

–¿Todo bien?

–Sí, sólo son revisiones de rutina, nada grave

–Qué bueno –respondí, ladeando un poco mi cabeza –. Te ves feliz y radiante, el papel de madre y esposa te sienta bien.

–Gracias, es un comentario muy dulce de tu parte.

–De nada –respondí, tomando un sorbo del café que ya nos habían traído.

–Tú irradias una energía muy diferente a la que me había acostumbrado, te ves más energético, como si estuvieras detrás de algo que te emocionara –señaló, haciéndome reír.

–No sé si deba usar ese término, pero es algo parecido.

–¿Alguna novia?

–No, aun no, sólo alguien que me gusta, pero parece que aún tiene reservas sobre ella misma.

–¿Y por qué la sigues esperando? –preguntó curiosa.

–Hay una atracción mutua, lo he notado, pero existe un obstáculo que hace que ella no se dejé llevar. Sé que no se trata de mí, se trata de ella, y llámame loco o masoquista, pero sé que vale la pena esperar por ella –Gae Hul me miraba sorprendida, como si no me reconociera o mis palabras fueran demasiado sorprendentes.

» ¿Qué? –pregunté, alzando una ceja.

–Nunca te había escuchado hablar así, es increíble.

–¿A qué te refieres exactamente?

–Es como si tu rostro brillara cuando hablas de esa persona, tú… no te veías así antes.

–Como cuando hablaba de ti, ¿no? –sugerí, por lo que asintió en afirmación –. ¿Sabes? Tú fuiste el primer amor que tuve en la vida, un amor bonito, dulce y tranquilo. No voy a negar que me enamoré de ti, y creí, que tú lo estabas de mí en ese tiempo.

–Yoongi… –murmuró.

–Sí, ya sé, fui un tonto por sólo darlo por hecho y nunca preguntar, por callar cuando me di cuenta que estaba equivocado, y fingir que nada sucedía en mi interior, pero eso no importa ya.

» Te casaste con un buen hombre, el ideal para ti, tienes dos hijos que amas con todo el corazón, tienes un trabajo que te complementa y eres feliz, eso es más que suficiente, para no arrepentirme ahora de las decisiones que tomé en su momento.

–Yo… lo siento, Yoongi, siento no haber correspondido a tus sentimientos, o en todo caso, aclararlos –murmuró, jugando con su cabello –. Tenía la leve sospecha de que te gustaba, y sí, tú igual me gustabas.

» Creí que lo que sentía no se iría, creí que, al graduarnos, seguiríamos y nos casaríamos, pero conocí a Lu Han, y todo se sintió tan diferente, que cuando me di cuenta, ya me había enamorado profundamente de él –con cuidado, su mano buscó la mía, sosteniéndola con fuerza.

» Siento mucho haberte ilusionado, jamás aclarar mis sentimientos y hacerte pasar por decepciones amargas, siento haberte lastimado de ese modo, de verdad lo lamento –se disculpó.

Nunca esperé una disculpa de su parte, porque no lo creía necesario, sobre todo, porque siempre me atribuí la culpa de lo que sucedió, pero ahora que lo escuchó, ahora que sé que no fui el único con culpa, el único con estas sensaciones, me doy cuenta que no es necesario, que debemos dejarlo atrás y avanzar. Puse mi otra mano encima, como si quisiera reconfortarla.

–Fuimos ingenuos al creer que esos sentimientos no cambiarían. Contigo conocí una parte del amor, y te agradezco que así haya sido. Fuiste un primer amor bonito y tierno, y esos recuerdos siempre van a quedarse en mi corazón.




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