Yoongi.
–¿Y? ¿Qué les parece la melodía? –les pregunté a Namjoon y Hoseok, cuando terminó la pista en la que había trabajado ayer.
–¡Me encanta! Combina de manera perfecta con la letra del nuevo Cypher –aplaudió Hoseok, muy emocionado.
–Concuerdo contigo, le da ese toque de rudeza que queríamos. ¿Seguro que la hiciste en dos días? –preguntó Namjoon con curiosidad.
–Sí, ese fue el tiempo invertido. ¿Por qué?
–Sueles tardar un poco más en ellos. ¿Alguna inspiración secreta?
–Ninguna, sólo Carol siendo mi Musa número uno –respondí, cruzando los brazos y dejando caer mi espalda en el respaldo de la silla giratoria.
–¿Viste eso? Lo dijo son titubear –expresó Hobi, como si fuera una sorpresa.
–¿Por qué debería dudar de mis sentimientos?
–No lo digo por ti, lo digo por ella. Sinceramente, me intimida, no sabría cómo pedirle una cita sin tartamudear.
–No es tan intimidante como crees, suele ser adorable en ocasiones.
–Lo sabes porque lo has visto, nosotros no –aclaró Namjoon, haciéndome reír –. ¿Ya son novios?
–No exactamente, pero si vamos a explorar la química que tenemos, y antes de que lo preguntes, yo también le gustó, ella misma me lo dijo –Hobi jadeó, colocando una mano en su boca, mientras que Namjoon se quedó en shock.
–No lo puedo creer… Esto es épico… ¡Min Yoongi por fin tiene novia! –chilló Hobi, moviendo los brazos de un lado al otro.
–No somos novios.
–Falta poco para que lo sean –aseguró Namjoon, rascando un poco su cabeza –. ¿Sabes? Conozco otra persona que es tu admiradora.
–¿Quién?
–Allison Banks. Parece muy emocionada cuando te ve.
–Pensé que era el único que se había dado cuenta –murmuró Hobi.
–No ha sido de ese modo, todos lo hemos notado, menos Yoongi-
–¿Debería hacerlo? No me interesa, menos desde el comentario que hizo la reunión pasada –contesté con indiferencia.
–Jin está harto de sus visitas continuas, siempre va con una “idea” de cómo mejorar, pero las rechaza todas, dice que no le agrada los rumbos que quiere tomar –compartió Namjoon con cautela.
–A todo esto, ¿a qué se supone que se dedica? –pregunté curioso.
–Ayuda a su padre con su empresa, aunque igual no importa si ayuda o no, será la única heredera de su fortuna –informó Hobi.
–Apuesto que ni siquiera estudió una carrera –murmuré –. ¿Por qué la tomamos en cuenta?
–Creo que Jin lo hizo por antiguas relaciones con su padre, pero no creímos que ella fuera la representante principal –aclaró Nam, rascando su ceja.
–Mala suerte. Si llega a ponerse pesada, no dudaré en darle una charla legal.
–Pero hazlo despacio, no vayas a creer que es una batalla de rap. Sueles hablar rápido cuando estás enojado –señaló Hobi, haciéndome reír.
–¿Quieren grabar hoy, o mañana? Debo pasar por unos documentos a la empresa –informé, girando hacia el teclado.
–Podemos adelantar un poco, antes de que Taehyung llegué. Su instinto suele advertirle, cuando estamos haciendo estas cosas –sugirió Namjoon, estirándose un poco.
–¿Que yo que? –preguntó Taehyung, asustándonos a los tres, pero Hobi fue más exagerado, soltando un grito y cayéndose del sofá.
–¡Kim Taehyung! –lo llamó Namjoon, con una mano en el pecho –¿Qué modo es ese de entrar a mi estudio?
–Me diste la clave, puedo entrar cuando quiera.
–No me obligues a cambiar la contraseña.
–Si lo hicieras, no les traería esto –se defendió, alzando unas bolsas de comida.
–Perdonémoslo por hoy, se acaba de abrir mi apetito –dijo Hobi, acercándose para ver que traía.
–Vendido –me burlé.
–¡Shh! Luego de comer me ofendes –sugirió, haciéndonos reír.
Comimos acompañados de Taehyung, quien tiene mejor humor que hace unos meses. Puedo decir con seguridad, que el viejo Tae está de vuelta, dejando atrás a ese espinoso ser herido y desconsolado. Es algo asfixiante tenerlo de empalagoso, pero vale la pena, si veo esa dulce y cuadrada sonrisa en su rostro.
Conversamos, reímos y grabamos un poco, y muy pocas veces, admitiré en voz alta que amó la clase de hermanos que tengo, porque no son mis amigos, son mis hermanos, mi familia por siempre, y eso nunca va a cambiar.
♣♣♣♣♣
Luego de algún par de horas, vine solo a la empresa, pues ninguno de los tres tenía intenciones de irse o acompañarme. No es la primera vez que pasa, pero está bien. Saludé a alguno de los empleados que encontré en los pasillos, pues en general, ninguno de los seis viene los sábados, a menos que sea muy importante.
Los demás empleados si vienen, pero sólo medio día, pues no queremos hostigarlos de más o algo así. Ahora, con la apertura de la galería tan cerca, hay que doblar los esfuerzos, sobre todo por la competencia, ya que no queremos que nadie nos supere. Llegué a mi oficina, abriendo con llave, entrando y buscando los documentos que tenía que revisar.