Carol.
De nuevo, no puedo dormir. Estaba teniendo buenas noches de sueño, ¿qué fue lo que pasó? Dormía bien, los ruidos no me sobresaltaban, hasta me despertaba de buen humor. ¿Qué lo echó a perder todo? Ah, sí, Allison. Su presencia me incomoda demasiado, porque siento que, en cualquier momento, puede describir mi secreto.
Sé que es imposible, pero temó decir o hacer algo que la haga recordar. Es tanta mi ansiedad y angustia, justo como en el pasado. Lo único que parece mantenerme cuerda, es pintar en mi pequeño estudio. Sentir la pintura mojar mis dedos me relaja, así que, ignorando los pinceles, pintó con los dedos una especie de paisaje irregular, pero llamativo.
No suelo usar colores llamativos o alegres en mis obras, pero se ve lindo, así que continuo. Creo que la música influye mucho, porque me fui por una pieza clásica algo alegre, cortesía de Yoongi, quien parece ser amante de este tipo de música. Sonreí sin evitarlo, él me ha hecho sentir más de lo que esperaba, y me gusta, me hace saber que no estoy tan seca en eso del romance.
Sí, no hemos experimentado como tal la palabra, pero si hemos tenido bastantes momentos buenos. Por impulso, quiero llevar mis dedos a mis labios, pero de seguro los mancharía, así que lo evitó. Ahora que lo pienso, no nos hemos comunicado en todo el día, tal vez debería llamarlo cuando terminé.
El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos, así que traté de limpiar mis manos, para atender a quien me visitaba. Tal vez sería Jhoath o Carson, parecen tener alguna clase de detector cuando no me siento bien, así que abrí la puerta, sin fijarme quien estaba del otro lado.
–Hey, no tardaste en abrir, me sorprendes –murmuró, esbozando una ligera sonrisa.
–¿Yoongi? ¿Qué haces aquí? –pregunté, sorprendida de su visita sin previo aviso.
–¿Un bocadillo nocturno? Pasan de las once de la noche –respondió, alzando una bolsa con comida, o al menos, eso fue lo que alcancé a ver.
–¿Tan tarde es? No me había dado cuenta.
–Debiste haberte ocupado todo el día.
–Algo así –titubeé apenada.
–¿Vas a dejarme pasar? –preguntó luego de reír.
–Sí, perdón –lo invité, a lo que pasó a mi casa, dirigiéndose a la cocina, donde dejó la bolsa en la mesa –. Entonces, ¿qué otra razón tuviste para pasar, aparte de la comida? –pregunté curiosa.
–Una muy sencilla –respondió, girando a verme con una sonrisa –. Te extrañé –reí un poco, acomodando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja –. Oh, tienes pintura en tu mano –señaló con sorpresa, paralizándome.
Con lentitud, miré mi mano, cayendo en cuenta de algo: Nunca cerré el estudio. Automáticamente, mi mirada se dirigió hacia ella, donde se veía de manera cruelmente perfecta, la pintura en la que estaba trabajando. Yoongi miró hacia ese lugar también, sorprendiéndose al ver la pintura.
–No sabía que estabas pintando –masculló-
Sin tiempo que perder, corrí a la habitación, cerrándola y recargándome de la puerta, como si quisiera evitar que entrará.
–N-no tenías que ver eso –tartamudeé de manera incomoda.
Dios, estaba con la guardia tan baja, que no recordé que debía cerrar. No, por favor, no me preguntes ahora, no me presiones por revelarte la verdad. No supe en que momento había cerrado los ojos, me di cuenta, porque sentí la caricia de sus dedos en mi mejilla, ocasionando que los abriera, notando una mirada llena de dulzura.
–Tranquila, Musa, no necesito explicaciones ahora, sé que no estas lista. Comprendo que todos tenemos secretos, que necesitamos una máscara para ocultarnos, pero no necesitas usarla conmigo, no voy a lastimarte.
–Lo sé, sé que nunca me lastimarías, pero… es tan difícil abrirse… tan difícil cuando sólo te escondes… –confesé, sintiendo las lágrimas comenzar a picar en mis ojos.
» Quiero ser sincera contigo, así como lo has sido conmigo, quiero conocerte y que me conozcas, pero no sé cómo hacerlo sin sentirme asustada, no lo sé… –sollocé, por lo que no dudó en rodearme con sus brazos para consolarme.
¿Quién iba a decir, que iba a llorar por no ser sincera con alguien? Contrario a lo que pude decir antes, mi deseo es decirle todo a Yoongi. No quiero tener más secretos, no quiero que él los tenga conmigo, pero me da miedo el cómo vaya a reaccionar, que juzgue mis decisiones y se vaya.
No importa que tan comprensiva sea una persona, todos tenemos un límite, y sonará loco, pero espero no sobrepasar el límite de Yoongi, no quiero eso.
–No necesito que me expliques todo ahora, que me reveles todos tus secretos en este momento. Sé que no es fácil, que duele y es atemorizante, pero no importa ahora, quiero que estés bien, tranquila y sin llorar –pidió, acariciando mi cabello.
–No entiendo… ¿Cómo puede gustarte alguien que no conoces?
–He visto más de lo que crees –respondió, tomando mi rostro con las manos, limpiando mis lágrimas –. Sé quién eres, no eres una desconocida, sólo alguien a quien le aterra revelar sus secretos, pero no te preocupes, seguiré esperando.
–¿Qué cosa?
–Que confíes en mí –susurró, y esas palabras me llegaron tan hondo.