Caminé entre los árboles un buen rato, hasta llegar a un lago. No sabía dónde me encontraba. Solo había comenzado a caminar hacia donde mi cabeza me guiaba, de alguna manera, mientras intentaba escapar de Jungkook termine aquí. Atravesando árboles, cubriéndome el rostro con mis manos intentando que las pequeñas ramitas no me latinasen.
— Seokjin —me llamó, se estaba acercando.
— Vete, estás confundido.
Tan difícil era que se fuera y me dejara solo.
Ahora, ¿hacia dónde debería ir? No conozco este lugar, estoy perdido.
Estudie mi plano visual, la luz de luna bañaba todo, los árboles, las rocas, el agua, era un paisaje que solo vería en las imágenes de mi computadora.
Mi respiración era ligeramente agitada, tenía la esperanza de que él se diera por vencido, se volteara y regresara por donde había venido, pero el sonido de las pisadas detrás de mí decía lo contrario. Solo quería alejarme de él y de sus palabras.
— Jin, para —seguí mí camino, no quería escucharlo.
— Te dije que pararas —su mano agarró mi muñeca haciendo que gire sobre mi eje y que quedáramos frente a frente, mis ojos se alzaron hasta llegar a su rostro, la luz blanca que reflejaba la luna hacía que sus ojos verdes se vieran un tono más oscuro. Tenía una expresión dolida—. Por favor, no te vayas, no te alejes de mí.
— Ya te lo dije, me debes estar confundiendo con otra persona —jale un poco mi brazo logrando que me soltara—. Yo no soy a quien buscas.
— Claro que lo eres —dijo inmediatamente—. Eres la persona que he esperado toda mi vida, la persona que nació solo para mí, eres mi luna y estrellas. Mi compañero.
Negué despacio con mi cabeza.
— Estás confundido —me lo estaba haciendo difícil.
— Lo único que sé es que eres mi persona—una pequeña sonrisa demostrando su alegría se dibujó en sus labios.
En un movimiento rápido camina hasta donde me encontraba haciendo que solo unos centímetros nos separaran, tomó mi mano y apoyándola en su pecho musculoso haciendo que lograse sentir los golpeteos rápidos de su corazón.
Una suave brisa de verano llegó hasta nosotros moviendo las copas de los árboles y mi cabello a su paso.
Las estrellas brillaban, el silencio era abrumador; haciendo que solamente escuchará los latidos de su corazón llamando por el mío.
— Sé que tú también lo sientes —sus ojos me miraron con determinación ¿Qué se supone que diría ahora? Era imposible de ocultar, mi cuerpo respondía a su toque—. No lo niegues más, no te alejes de mí, porque sé que eres la persona por la he estado esperando.
Contuve la respiración unos segundos.
— No lo negaré, siento una ligera atracción hacia ti, pero nada más—respire profundo para continuar—. No pedí un compañero o algo como eso.
Jungkook me miro tratando de comprender mis sentimientos.
— Tranquilo, sé que con los lobos solitarios las cosas son diferentes.
Y claro que lo era, nosotros elegíamos nuestras parejas, no una divinidad, como en el caso de lobos en una manada.
— Solo quiero irme a mi casa—hable, cruzando los brazos por debajo de mi pecho.
— Te llevaré en mi camioneta.
— No tienes que hacerlo.
— Quiero hacerlo —aseguró interrumpiendo.
Sin contradecirlo lo seguí caminando por detrás hasta volver a la fiesta y subir a su camioneta. Mande un mensaje a Hoseok diciendo que volví a casa y que no se preocupara.
El viaje fue incómodo, esta vez no tenía ganas de socializar y al parecer él iba muy concentrado en la carretera, rogaba que llegara rápido a mi casa, uno para no sentirme así, y dos para ir al bendito baño.
Cuando por fin se estaciono enfrente de la entrada de mi morada, mire al conductor, su una mirada triste, pero no podía hacer nada, no estaba preparado para una nueva pareja.
— Gracias por traerme —sus ojos miraron a mi persona—. No tenías por qué.
— No es nada, sino te traía me sentiría inquieto toda la noche.
Sonreí.
— Adiós —salí de su camioneta, sacando las llaves del bolsillo trasero de mi pantalón y abriendo la puerta, entrando a mi hogar.
El sonido del motor se fue alejando, se había ido.
Sin perder más tiempo, como si de una carrera de vida o muerte se tratase me dirijo al baño a descargar mi vejiga, ¡cielos, nunca había aguantado tanto!
Poniéndome ropa más cómoda consistiendo en una remera suelta y unos short me acosté en mi cama, previamente había lavado mis dientes y sacado mi maquillaje. Me quedé mirando las pequeñas lucecitas colgadas en mi habitación, pensando en lo sucedido en la fiesta.
Debía dormirme, mañana tenía clases y sin más cerré mis ojos.
🌑
Al día siguiente ya en el instituto, Hoseok me atacó con preguntas diciéndome que estaba muy preocupado y que pensaba que algún animal me pudo haber atacado, parecía madre primeriza.
Lo que me pareció extraño fue que Jungkook no fue al instituto ese día ni el siguiente tampoco, tal vez estaba haciendo un remolino en un vaso de agua, pero quería saber de él, quería verlo aunque sea de lejos para saber cómo se encuentra. El tercer día de la desaparición de Jungkook, me encontraba en mi casa comiendo un poco de fruta, quería leer un poco asique busque un libro en la estantería de la sala.
Todos eran libros viejos ninguno llegaba a llamar mi atención, hasta que en la esquina de la pequeña biblioteca había un libro forrado de cuero marrón, sus páginas amarillentas delataban sus años. Era sobre criaturas sobrenaturales—como yo— en él había dibujos de las criaturas y su lado anotaciones. Todo estaba hecho a mano, mire rápidamente las hojas hasta que un dibujo llamó mi atención, era el de un lobo.
"Los licántropos o hombres lobo, son criaturas veloces y fuertes. Los hombres lobos pueden convertirse en su forma animal cuando cumplen los dieciocho años, los alfas son los que tienen el poder y cuidan a la manada y también las defienden cuando hay problemas. Los hombres lobos dependen de su manada, pero principalmente de su compañero vital, sin ellos, se vuelven enfermizos, débiles, en casos extremos al no ser aceptado por su compañero, el lobo toma control de todo, haciendo que la parte humana se pierda y sólo quede la animal."
Editado: 06.02.2022