Lover [kookjin; Bts]

Capítulo 6

— Lamento haberlo molestado —murmure fijando mí vista en el conductor—. No sé dónde vive Jungkook, y en lo único que pude pensar fue en usted, su tío.

— Tranquilo, Seokjin. Yo dije que me buscaras cuando necesitaras algo —hablo sin despegar su vista de la carretera.

— Gracias, por llevarme.

 Mire por la ventana tratando de recordar las calles para no molestar a nadie cuando quiera movilizarme a algún lado.

— Sé que eres la pareja de kookie—se mostró seguro en sus palabras.

 ¿Quién le había dicho eso? No creo que él fuera…
— ¿Quién más lo sabe?

— Toda la manada —no puede ser—. Y antes que pienses algo erróneo, Jungkook no dijo nada, solo nos dimos cuenta por el cambio en su comportamiento y el rumor de que el siguiente alfa había encontrado a su luna fue pasándose como pan caliente.

— No esperaba que todos se enteraran de eso. Además, no quiero ser luna de nadie, estoy bien solo.

— Sé que lo estás, pero para los lobos que viven en manadas es diferente. Dale una oportunidad, no te estuviera pidiendo esto si no fuera un asunto delicado —sus ojos denotaban tristeza —. Es mi sobrino y no quiero que pierda su parte humana. No quiero que se convierta en un completo animal.

 Sus palabras hicieron que mis sentimientos se removieran, haciendo que la incertidumbre se presentara. Definitivamente no quiero que pierda su parte humana, es decir, ¿quién lo quiera? Yo tampoco podría llevarlo en mi conciencia.

— Lo pensaré.

— Gracias por intentar —estacionó su camioneta y alzó su mano apuntando a una enorme casa de dos pisos blanca con una gran patio en la parte del frente y que hablar del trasero—. Esa es la casa de mi hermana, seguro ella está dentro.

 Abrí la puerta y bajé de la camioneta. 

— Una cosa más —agregó—; ten cuidado, no a toda la manada le agradan los lobos solitarios.

— No tengo en mis planes cambiar si a alguien no le agrado —asegure.

— Eres igual a tu padre —fijó su vista en mi persona, sus ojos destellaban cariño—. Adiós, lobo blanco.

— Espere, ¿cómo sabe lo que soy? Ya sabe, un lobo blanco.

— Tu padre también lo era —una sonrisa se dibujó en sus labios para después irse por la calle en su vehículo.

 Mire la casa, trate de juntar valor. Vamos, no llegaste tan lejos para no hacer nada, me anime a mí mismo.

 Camine unos pasos hasta llegar frente a la puerta de entrada y tocar el timbre, espere unos segundos. Uno, dos, conté, y alguien abrió la puerta. Una mujer de un metro setenta, cabello castaño y ojos color miel me recibió y antes de que ella dijera algo comencé a hablar.

— Buenas tardes, soy Kim Seokjin —jugué un poco con mis manos que se encontraban detrás de mi espalda—. He venido para ver a Jungkook, yo soy…

 Tenía pensado decir que íbamos al mismo instituto, pero la señora se me adelantó.

— Eres el compañero de Kookie —sus ojos me escanearon de arriba abajo, agradecí internamente haberme cambiado de ropa antes de buscar al señor Lee —. Eres más bonito de lo que mi hijo dijo.

 Sin darme tiempo a que el calor subiera a mi rostro me jalo de mi brazo para que entrara a su casa, llevándome a su sala y sentándome en un sillón color azul marino y ella a mi costado.

— Mi esposo no se encuentra en casa, ya sabes asuntos de la manada —dijo calmada—. Me llamo María, puedes llamarme así. Gracias por venir a mi hijo, él ha estado muy decaído estos días, no come, no fue al instituto, ni ha salido de su habitación —su voz iba decayendo a medida que lo relataba.

— Pero sé que si tú vas a verlo seguro le sube el ánimo —me miró con una pequeña sonrisa.

— ¿Yo? —me apunté con un dedo en mi pecho, ella asintió efusivamente como si de una niña pequeña se tratase.

— Si, ve a verlo, por favor —rogó—. Si logras hacerle comer algo, te lo agradecería infinitamente.

— P-pero...

— ¿No dijiste que venías a ver a mi hijo?

Eso es manipulación.

— Si —dije rendido.

— Mira, sube por esa escalera —apuntó detrás de nosotras—. Y luego abres la primera puerta a la derecha, suerte —me deseo antes pararme y darme unos empujoncitos para que subiera por los escalones.

 puerta a la derecha, me repetí y cuando estuve enfrente de ella, me pregunté si debía o no abrirla, bueno ya que. Tome la perilla y gire el pomo. La luz se encontraba apagada, el olor que emanaba ella no era de agrado para mi nariz, pero podía resistirlo. Tantee con mi mano la pared hasta llegar al interruptor y encender la luz.

 A simple vista su habitación estaba compuesta por un escritorio con un ordenador, muebles, un ropero con sus puertas abiertas; la ropa dentro del él estaba desacomodada, las paredes están adornadas por algunos posters y bosquejos pegados todos hechos a lápiz, la ventana se encontraba con las cortinas abajo y en una cama de dos plazas en donde un bulto se movía.

— Mamá, ya te dije que no quiero ver a nadie. Déjenme solo.

— No soy tu mamá, pero si quieres que me vaya, puedo hacerlo.

 Al escuchar mi voz, movió las mantas que cubrían su cuerpo dejándome ver solo su cabeza, tenía ojeras y cara de cansancio.

— Jin, ¿qué haces aquí? —inquirió, removiéndose en su colchón.

— Vine a verte, estaba preocupado. No fuiste a clases.

— Yo solo me sentía muy cansado —habló bajo, casi como si no quisiera que lo escuchará.

— No vine aquí para nada. Por favor, dúchate —ordene—. Algo no huele bien en la habitación. Buscaré algo para que comas, tu madre me contó que hace días que no lo haces. 

 Sin dejar que pusiese peros, salí de la habitación, para bajar por las escaleras. La señora María estaba sentada aun en los sillones, ella volteo al escuchar mis pisadas resonar en los escalones, su rostro me miraba con signo de interrogación.

— Acepto comer algo y ducharse.

— Voy a calentar la comida que quedó del almuerzo—comentó alegre.



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En el texto hay: bts, boyslove, omegavese

Editado: 06.02.2022

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