Capítulo 3

11 de junio del 2013

Hoy se juntará la familia en una pequeña reunión, en la hacienda de la familia Cambriech, esta es una propiedad bastante antigua, mi abuela nos había contado que la familia pertenece a un antiguo linaje entre americano y japonés de allí nuestras características, aunque a decir verdad, mi abuela decía que era porque la sangre americana en nuestras venas era más pesada; se nos caracterizaba por el color verde de nuestros ojos con una tonalidad oscura como si fueras a travesando en un profundo bosque, además nos acompaña nuestro pelo dorado como el oro, pero sigo sin comprender porque de todos los miembros de sangre de la familia tenía que ser yo, no digo que todos sean iguales, en realidad somos muy diferentes entre sí, pero porque debía de ser la única con el pelo de un color diferente, mi abuela alguna vez me dijo que mi pelo no era tan diferente ella me comento que era una tonalidad de rubio, un rubio rojizo, dijo que siempre le recordaba a un lindo atardecer, por eso mismo deje de preocuparme por él.

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La hacienda a la que nos dirigíamos se encontraba en otra ciudad, en Portland, Oregón, queda a siete horas desde casa, antes la abuela vivía allí, pero luego de su enfermedad, mi madre prefirió cuidarla en casa inmediatamente, contrataron personal para cuidar de la propiedad y a su vez a los perros de mi abuela. La hacienda era bastante grande, parecía más a una mansión, con una grande entrada y sus bellos jardines posteriores y traseros, siempre acompañado con esos hermosos Husky siberianos. 

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Tomemos en cuenta que eso era cuando era una niña, todo a mi alrededor lo hacía ver grande, mi madre me decía que exageraba mucho las cosas, extraño mucho Max, Bella y Luz, esos hermosos perros, de pelaje entre blanco y tonos de gris y negro. Todavía faltaban unas horas para llegar eso fue lo que dijo mi madre cuando le pregunte, aún en el auto, el camino fue tranquilo, mi hermano menor se encontraba con su videojuego, mis padres conversando mientras que yo me encontraba escuchando música, pero estaba más entrada en mis pensamientos. 

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Después de un largo recorrido, por fin llegamos es hermosa, tan bella como antes, ya era de noche, bastante tarde para decir verdad, en cuanto el carro se estaciono arranque al baño, fueron muchas horas. Luego de un rato entre todos bajamos el equipaje del carro, nos encontrábamos ya en la estancia de la casa, pude observar por el rabillo del ojo a los padres de Annie en la cocina eso quiere decir, que también hay una posibilidad que la vea, llevo dos años sin verla, sin saber cómo está, sin ninguna comunicación con ella. Salude a mis tíos, y me fui directo a buscar mi habitación que compartiría con mis primas, en cambio mi hermano solo la compartiría con Troy, mientras que mis padres y tíos tendrían su propia habitación. Mi familia no es grande, en total somos cinco nietos, empezando con el mayor Troy que horita ya tiene veintitrés años, el príncipe de cuento de hada, has escuchado que no juzgues un libro por su portada, ha pues así pasa con troy su apariencia es la de un príncipe, porque de príncipe no tiene nada, suele ser un bastardo con las mujeres, será mi primo y lo quiero, pero desde que cumplió 18 años no ha descansado en hacerle la vida un lio a las pobres mujeres, cada día duerme con una diferente y me imagino que contará sus conquistas a sus amigotes solo para presumir de estas con ellos. La verdad no entiendo a troy, por más que lo pienso su padre solo amo a su madre que descanse en paz, sin embargo, el parece disfrutar demasiado su soltería, él es todo un sinvergüenza, el mundo estaría mejor sin ese tipo de hombre, y eso que Jazmín se muere por él, yo no sé qué le vio, si es un cretino, arrogante, el macho alpha, arrg, pero algún momento esto se lo regresaran por doble, triple, cuádruple, si, lo estaré esperando con ganas para grabarlo. Luego le sigue Annie con veinte años, siempre ha sido calmada, tierna y noble desde pequeña, nunca se entrometía en nuestras discusiones, y siempre habla con honestidad cuando algo no le gusta, durante la muerte de la abuela cambio mucho en su comportamiento, en ocasiones pienso que se cerró a su familia; desde que cumplió 18 años, se la ha pasado de viaje, diciendo que primero quería conocer el mundo antes de decidir que quería hacer, se encuentra ausente, aunque visita de en vez en cuando por fechas importantes. 

Después de esta, está Cristy de 18 años solo es mayor que yo por cinco meses, es muy liberal, le encanta romper las reglas y enamorada, tanto que escoge a los peores hombres (lleva dos equivocaciones), le encanta cantar, disfruta pelear con Troy y conmigo, es una persona apasionada, es pésima en la cocina, la cual ya la ha quemado en varias ocasiones; siempre me apoya en cualquier locura que se me pase por la cabeza, por lo mismo siempre somos regañadas, es igual de terca y caprichosa que yo. Mientras que yo soy noble, despistada, impaciente, amable, sincera, estas son algunas características que me describen, me encanta leer historias antiguas, a decir verdad, soy una persona torpe que se deja engañar fácilmente, demasiado sensible a las palabras de la gente, por eso trato de volverme más fuerte, más decidida, pero aún me falta aprender y crecer, sé que me falta un largo camino por recorrer, pero jamás me daré por vencida, rendirme no está en mi vocabulario; A diferencia de mis primos, yo nací con el pero rojizo, mi abuela decía que era un tipo de rubio, yo simplemente lo veo como rojizo, me encantan los perros, soy muy vulnerable a ellos, y por alguna razón siempre que intento salir con alguien siento que estoy engañando a alguien más, aun no comprendo lo que sucede. Una, alguna vez antes de que muriera mi abuelo que descanse en paz, me hablo sobre una historia la cual se centraba en un mundo muy diferente, donde la existencia del bien y el mal constantemente se encontraba peleando, y existía un clan que solo era un mero espectador, me encantaba pasar tiempo con mis abuelos, por sus historias y su gran sabiduría en la vida, algún día me gustaría ser como mi abuela, una mujer fuerte, una madre decidida y una abuela inolvidable. Y por último se encuentra Alejandro de trece años, honesto y justo, aún un niño terco, orgulloso y enojón, que le gusta ganar siempre, le gusta ser el centro de atención, aún le falta mucho que aprender.