Lucifer.

Uno.

CAPITULO UNO: I

Analeya:

Cierro los ojos y doy un fuerte suspiro, me tocó la cien y mentalmente pido paciencia. Cada vez es el mismo problema.

Ya me tiene harta.

—Ángela, por favor cálmate—Pido por quinta vez— si sigues hablando así, juro que te colgaré y no atenderé la próxima vez que me vuelvas a marcar —Advierto  enojada a través del teléfono.

Son apenas las diez de la mañana y ya anda con sus dramas de serie juvenil, esas que estresan.

Ella es idéntica.

Es como si fuera la típica popular que nadie tolera.

Mientras la escucho quejarse, miro fijamente el microondas mientras da vueltas a la taza de café que está ahí adentro. Doy un sonoro suspiro mientras que masajeo mi cien levemente, necesito descansar un poco más.

Si sigo así, no soportaré un año más en la universidad.

-Analeya, ¿Me estás escuchando? -la pregunta de An me trae nuevamente la realidad.

-¿Ahora qué? ¿Acaso no puedes estar sin quejarte de las cosas que hace tu novio por un momento? -pregunto sofocada del tema-se supone que lo amas por como es, no por sus actividades diarias, eres su novia ÁNGELA, no su madre-No sé cuántas veces se lo he dicho ya, pero no lo entiende.

-Tú no lo entiendes porque no tienes pareja, ade...-la corto.

-¿por qué no tengo pareja? Es decir, que para entender que eres una tóxica acosadora que no dejas ni respirar al pobre chico, ¿tengo que tener una relación? -manifiesto sarcásticamente.

-eres mi hermana gemela, debes de apoyarme a mí, no a él-reprocha e manera infantil, ruedo los ojos, a veces quisiera olvidar el lazo de sangre que nos une y darle sus buenos coscorrones.

-Definitivamente contigo no se puede, compadezco al pobre chico, mejor hablamos en otro momento. -antes de que pueda protestar, cuelgo.

Ángela y yo somos hermanas gemelas, nuestros padres se casaron muy jóvenes, justamente cuando nuestra madre estaba embarazada de nuestro hermano mayor, Jared. Con él vivo actualmente, debido a las distintas situaciones de mi vida.

Tres años más tarde, nuestro nacimiento llegó, pero al parecer, no fue en el mejor momento. En esos días mi padre descubrió a mi madre siéndole infiel con uno de sus hermanastros, todo luego desde ahí fue un caos total.

Planes de divorcio, llanto, y, sobre todo, estaba puesto en duda si éramos hijas de nuestro Ethan o su hermano.

Todo un drama de telenovela de las 5.

Poco después se descubrió que no éramos hija del otro hombre, sí no de él. Al tiempo el matrimonio se fue a la ruina, el divorcio llegó y con ello la separación de los hermanos.

Mi padre se quedó con mi hermano mayor, Jared.

Mi madre con nosotras.

A decir verdad a regañadientes se quedó conmigo, después de todo eso, comencé a tener una vida bajo la sombra de mi hermana.

Y sí, tipo la hija que todos quieren y la otra rechazada.

Mi padre, desgraciadamente falleció hace dos años en un accidente de auto, murió debido al fuerte golpe que recibió en su cabeza, provocado así un derrame. Desde entonces me mudé con mi hermano. Ambos nos mudamos a
Boulder, un pueblo ubicado en el estado de Colorado.
La casa en la que vivimos queda un poco alejada del pueblo como tal, en auto una hora, caminado como dos.

Al parecer, ellos preferían estar lejos de la gente.

—¡Apresurate, vamos tarde! —El grito furioso de mi hermano hace que salga de mi ensoñación, me apuro a tomar mi mochila, llaves y móvil.

Salgo de la cocina, en menos de un salto ya estoy en la puerta, la gran cara de culo de mi hermano me recibe sin problemas.

—Sube rápido, por tu culpa no podré buscar a Liza—Reprocha mientras se sube al coche.

Su amada y querida novia, la chica me cae bien, pero...la compadezco, aguantar al demonio que tengo de hermano no es fácil.

Copio su acción y subo a la máquina, ambos quedamos en absoluto silencio, como siempre.

Mi hermano y yo nunca nos hemos llevado bien, ya que él dice que solo soy una copia barata de Ángela.

Repito: siempre he vivido bajo su sombra.

Tomo mi mochila y busco mi móvil, por un momento miro a mi hermano por el rabillo de mi ojo, este se encuentra mirando la carretera de manera fija y concentrada. Sigo con lo mío, tomo también mis audífonos y sin perder mucho tiempo comienzo a escuchar música.

Para perderme entre mis sueños.

*****

Camino por los pasillos de la universidad, no es muy pequeña pero tampoco muy grande, es del tamaño... Perfecto.

Hay estudiantes de lado y lado, algunos charlando, otros estudiando y los demás, bueno, haciendo nada.

Sigo caminando rumbo a mi salo de clases, cuando de repente siento como alguien me toma por detrás y tapa mis ojos.

—¿Quién soy?—La voz varonil de mi gran amigo inunda mis oídos, sonrío.

—Darion.

—¿Cómo estás, pequeña?—Sonrío al escuchar el apodo que me tiene, desde el día que nos conocimos me dice así.

—Cansada, pero bien.—Respondo de igual manera que él, feliz—¿Y vos?

—Bueno, no me quejo, sigo vivo —Lleva su mano derecha a la nuca de su cabeza y comienza a rascar la, frunzo el ceño, no entiendo por qué dijo eso.

Sin más que decir, la campana suena y todos los estudiantes nos dirigimos a nuestro salón.

Diseño gráfico, voy por ti.

****

El timbre de salida suena, doy un suspiro de alivio, ya no hay clases hasta el lunes. Miro la hora en el reloj de pared frente a mi, 5:45pm.

Mi hermano debe estar por llegar.
Salgo del salón y en la puerta me encuentro con mis amigos.

Darion, Lisa y Jane.

-¿Cuál es el plan para esta noche? -La pregunta de Lisa nos aborda a todos.

-Vamos a un bar esta noche, sería bueno relajarnos un poco. -Darío interfiere, dándole así algo de apoyo a Lisa, la cual suspira de alegría.

-Yo no tengo nada mejor que hacer-Contesta Jane.



#27966 en Novela romántica

En el texto hay: angeles, demonios, romance

Editado: 05.02.2021

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