Capitulo 3: madre nuestra

Me encontraba en mi habitación vistiéndome para la reunión con dios, hacía mucho que no me ponía algo además de mi bata. Tome el vestido rojo de encaje que reposaba sobre mi cama y lo pase por encima de mi cabeza para deslizarlo por todo mi cuerpo hasta llegar a mis pies, luego me di media vuelta y me observe en el espejo que tenia de frente, me veía hermosa si yo misma puedo decirlo, el vestido es de un tono rojo sangre con sutiles encajes en forma de flores que dejan ver algunos destellos de mi blanca piel.

Hace juego con mi cabello negro como la noche haciéndolo resaltar, me queda ajustado y es perfecto, porque con lo flaca que me veo eso es lo mejor que puedo pedir. Pare de observarme y tome el cuchillo que estaba en mi cama, es uno muy bonito con un mango dorado y una calavera al final de la empuñadura, lo coloque con el filo apuntando hacia mi pecho siguiendo el reflejo en el espejo, luego lo baje de golpe y corte el vestido a la mitad, de repente oí un chillido que vino desde detrás de la ventana que daba hacia afuera.

Bentameleon-exclame- ¿me estabas espiando?- no madre- respondió una voz apacible pero juguetona- soy yo, Asmodeo- ah- volví a colocar la mirada encima del espejo- madre- continuo Amodeo- ¿puedo preguntarte algo?- ya lo estás haciendo- respondí, y le hice señas con la mano para que entrara por la ventana, ya que estaba volando afuera.

Asmodeo paso y se acostó encima de mi cama dejando solo los pies por fuera, a él le gustaba estar siempre descalzo - ¿y que querías?- esta vez me voltie por completo y mi cuerpo semi desnudo tapado solo por las llamas que había conjurado momentos atrás quedo frente a el- ¿Qué nos estas ocultando?- mi cara no se inmuto, supuse que alguien haría esa pregunta, después de todo, lo que me limite a decir en el salón de conferencia fue muy corto.

Asmodeo continuo- tu eres el demonio más fuerte de todo el infierno, madre de todos los condenados, ama y señora del castillo infernal, ¿y tú plan es ir a rogarle a papi por permiso?, para además ir a la tierra como humana sin posibilidad alguna de lograr tu cometido, algo  no cuadra.

-Tu actitud es la que no cuadra- lo corte- pensé que me preguntarías por mi vestido, ya que tú fuiste quien lo hiso- Asmodeo se me quedo viendo fijamente- eso lo hablaremos luego, ahora respóndeme, ¿que no nos dijiste?

Camine hacia la cama y me senté encima de Asmodeo  inclinando mi cuerpo para que nuestros ojos color rojo hicieran contacto y casi lo suficiente para que nuestras narices se tocaran- ¿dudas de mí?- le susurre- no- respondió tajante, me sorprende que no se inmute, después de todo él siempre ha estado enamorado de mí, de una manera retorcida claro está, la verdad es que él no es realmente mi hijo, los príncipes demonios vienen de los pecados de las semillas del Edén, por lo que son lo único en el infierno que de una manera u otra no lo cree yo.

Asmodeo es el príncipe de la lujuria, y vaya que lo demuestra cuando puede. Es el más alto de sus hermanos, con el cabello anaranjado y la piel tostada, tienes unos hermosos ojos rojos carmesí y su sonrisa es perfecta, si tan solo no fuera tan arrogante, tal vez me gustaría un poco, pero no soporto a alguien con mi misma actitud pero menos inteligente.

-Lucy-Amodeo continuo- si te dieron ganas de suicidarte después de tantos años avísanos, a ver como no las arreglamos nosotros, pero no nos dejes así-sonreí, está realmente hablando muy enserio, así que me pegue aún más a su cuerpo reposando mis senos en su pecho- aunque quisiera contarte algo no puedo, ya que no hay nada más hijo mío, ese era todo el plan, yo soy muy inteligente como recordaste hace rato, así que ¿no crees que pueda arreglármelas sola?- con cada palabra me fui acercando más a sus labios hasta estar pegado a él-

-Lucifer- dijo- yo no creo que seas capaz- su frase final salió más como un lamento que reclamo- por eso yo seré el nuevo rey- allí está de nuevo esa picardía, pero no es tan inteligente como cree, porque puedo notar que me creyó. Me despegue de él lentamente y lo mire por última vez- bien- dije-me encanta cuando hay viento en contra- con esa última frase chasquie mis dedos y me teletransporte.

Aparecí en la puerta del pecado, estoy segura que dios no la llama de esa manera, pero a mí me gusta así que le dejamos el nombre. Mire hacia abajo y me di cuenta que seguida desnuda, chasquie nuevamente mis dedos y me coloque una franelilla negra y un Pantalon del mismo color, los cuales hacían conjunto con unos botines color rojo.

La verdad no me puse el vestido no porque no me gustara, sino porque era demasiado llamativo, y debo ser sutil con papa, muy sutil para que no note mis verdaderas intenciones, lo que mis hijos no entienden es que esto es un ajedrez donde hay que moverse con cuidado, ya no soy la misma de hace años, que hubiera entrando con armas en la mano dispuesta a quemar el cielo, ahora usare mi cerebro.

Mire a mi alrededor y  todo estaba listo, no me llevare nada que sea del infierno al cielo, y por ende a la tierra. Lo único que me falta para irme es -¡Betameleon!- grite a todo pulmón y espere unos minutos, de repente allí estaba, venia volando por la derecha- disculpe  mi reina-se excusó-me despedía de mi novia- mi cara debía ser un poema en ese momento- ¿novia?, no sabía que un engendro tan asqueroso podía conseguir una novia- Bentameleon se me quedó mirando como siempre y sonrió ampliamente, definitivamente le gusta que lo insulte.

-Es hora de irnos- al terminar mis palabras emprendí camino hacia la puerta que tenía delante, era gigante, del lado derecho tenía el dibujo en metal de todos los demonios organizados como un ejército, del otro los ángeles, arcángeles y papa, parecía como la batalla final que siempre soñé.

Cuando me pare al frente solo me basto con tocar la puerta con la palma de mi mano para que se encendiera en luz blanca y empezará a retroceder en señal de apertura, cualquier otro día no hubiera pasado nada ,pero hoy era especial, es el aniversario de cuando caí del cielo, el único día que se me permite ir de nuevo a visitar mi antiguo hogar, y el único día que tengo en 666 años para hablar con papa en una asamblea, esta vez será la vencida, voy a bajar a la tierra y me encargare de erradicar a esa raza de mierda y mi padre en el proceso, completare mi venganza, los voy a matar a todos, lo juro.