Lulu

Capítulo 6

Hola, Lulu. Han pasado cosas malas. Solo espero que Greta te pueda escribir más cartas, justo ahora que empezaba a hacerlo… porque tiene abierta su muñeca izquierda. Lo de hoy fue corto y deprimente, perdón. Pero la realidad es así. Así es vivir, Lulu.

 

-Te quiere, Emilia.

 

Hola Lulu, la muñeca de Greta ya sanó pero está yendo a psiquiatría. Además Alex nos dio la noticia más alegre y triste, que a fin de año se irá a España. Fue muy bello verlo hablar de que es su sueño pero con Greta creo que nos sentimos muy solas también. Pese a todo, hay que apoyarlo, eso haremos aunque duela. Lulu, a veces la gente que queremos se va, a veces quieren irse, y otras veces debes dejar que se vayan.

 

-Te quiere, Emilia.

 

Hola Lulu, hoy nos entregaron las notas de la entrada a la universidad, y quedé, pero estoy confundida y por eso te vuelvo a escribir. Te cuento algo que muchos me criticaron, yo creía que todas las personas del mundo hablaban como yo, español, pero a los ocho años entendí que no solo en cada país se habla un idioma diferente, sino que también hay tonadas diferentes en una misma región. ¿No te parece impresionante? La gente toma inglés como universal porque es el más simple. ¿Te mareé? Aprender es complicado, Lulu. Aquí en el pueblo hay acentos diferentes pero no idiomas. Me entristece que si un día encuentre a alguien de otro sitio, no nos podamos entender. Imagino que yo sabré inglés y esa persona no. Y me entristece pensar que vos nunca aprendiste hablar, tampoco a escribir, menos a leer, así que espero que mis cartas te lleguen de algún modo. Qué loco, empecé a escribirte para desahogarme, y ahora espero que lo recibas. Alex se fue y el tiempo pasa, en un tiempo nos olvidaremos de su voz y su cara. Lulu, me encariñé contigo. Me gustaría empezar a creer que hay cosas más allá que no podemos entender, solo para darle una razón a esto. No quiero creer que después de la muerte no hay nada. Lulu, te escribía porque odiaba la vida, y estás haciendo que odie la muerte.

 

-Te quiere, Emilia.

 

Cuando te dije que tengo amigos gracias a Greta, no mentí. Conocí a un chico que es muy amable y tranquilo, es del curso de Greta. Se empezaron a hablar porque Greta es la exiliada, y a él le llamó la atención eso. Su nombre es Jeremías, y odia los ruidos fuertes y las discusiones, es muy pacífico. No tiene problemas con nadie, y se equivocó cuando pensó que Greta era una chica dulce marginada. Sí, es marginada, pero no es para nada la niña buena y callada, se porta muy mal. Me contaron que durante una clase de gimnasia hizo explotar la bolsa de pelotas porque el profesor la obligaba a jugar, y como no es buena en los deportes, es una razón más para el resto, de tomarla como burla. Ha puesto explosivos en otro lugar también, como el candado de la jaula donde encerraron sapos para estudiarlos, intentaba liberarlos pero mató un par de ellos antes de lograr hacerlo. La asociación de veganos de la escuela la felicitó por su osadía, la protegieron, pero le pidieron que la próxima, no haya ninguna víctima. Greta solo lloró, lloró mucho, porque no quería que muera nadie. La verdad es, que escribí muchas cartas que quedaron inconclusas, por eso nunca las traje. Perdón, Lulu. Hay muchas aventuras o chismes que nunca vas a conocer, eso me entristece, hasta que recuerdo que a los que me rodean, tampoco les cuento todo, creo que eso pasará siempre, es inevitable.

 




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