CAPÍTULO 32

—Por favor, no nos digan que antes de irse pidieron otro hijo —exclama Axel.

— ¡No! —responde mamá de inmediato— Yo me refería a que hay que planear cuando vendrán para la navidad y el año nuevo.

Nos miramos extrañados, pero papá parecía ya saber sobre esto, pues su reacción no es de sorpresa, o algo parecido, simplemente asiente con la cabeza.

— ¿Te parece bien recibirnos el día 23 por la mañana? —pregunta papá— Podemos llevar parte de la decoración que usas aquí, y ese día podremos ayudarte todos a decorar.

—Me parece bien, cariño —responde— Entonces voy a eliminar de la lista de compras la decoración, ¿Qué les gustaría comer?

—Cordero —responden Jonathan y Ashton al unísono.

— ¡Si! —exclaman Lexi y Axel.

—Iguales que su padre —murmura mamá con una sonrisa.

— ¿Quieres que lleve algo más? —pregunta papá.

—No, con las decoraciones bastará, lo demás podemos conseguirlo aquí.

—Por cierto, ¿Qué tenías que contarnos, Lex? —pregunta papá.

—En realidad no es tan importante, hoy presenté una prueba para saber cómo podrán ayudarme —respondo.

—Lex me supero en tiempo, y también a mamá —menciona Lexa— pero al parecer quiere ahorrarse detalles.

—No quiero ser presumido —digo haciéndolos reír.

—¿Quién eres y que hiciste con el egocéntrico de mi hermano? —pregunta Ashton.

No puedo evitar reír, el ambiente no se siente tenso, todo es tan natural en sus interacciones, que me hace pensar si es que sigo en la simulación, si todo esto solamente es una creación de mi mente.

Aún así, sigo con la conversación y disfruto del momento. Me hace recordar en lo afortunado que soy, y en lo tonto que fui al no aprovechar los momentos en que todos estábamos unidos, tal vez pensé que sería para siempre, nunca imaginé un escenario como este, donde tendría que convivir con ellos a través de una pantalla, porque nuestros padres están separados y viviendo en ciudades diferentes.

La comida llegó, y comimos mientras conversábamos con papá y mis hermanos, todo estaba siendo tan fluido que pareciera que ninguno quería terminar con la llamada, incluso puedo notar a Lexa y Ashton más motivados, o más radiantes, de lo que estaban cuando la llamada comenzó.

—Por cierto, Lex, las chicas se volvieron locas al saber que no participarían para ser reinas junto a ti —menciona Axel entre risas— casi queman a los miembros del consejo que ya habían afirmado que tu participarías.

—Eres una copia mía, deberías participar —digo provocando que ruede los ojos— una copia un poco defectuosa, pero funcional.

—Ya, no peleen, niños —interrumpe mamá— pero Lex tiene razón, podrías participar para cubrirlo.

—Mamá, el futuro Alpha no puede permitirse participar en esos estúpidos concursos sobre popularidad.

— ¿Por qué no? —Pregunta papá— He visto como funcionan esos concursos y sería una buena manera de simpatizar con quienes serán tus compañeros durante el tiempo de tu liderazgo.

— ¿Lo ves, Alex? Hay que mirar más allá de la superficie, es por eso que un genio como yo siempre está listo para este tipo de cosas —digo haciéndolos reír.

—Ese si es el Lex que conozco —dice Ashton entre risas.

Jonathan y Ashton nos cuentan sobre una expedición que hicieron fuera de la manada, y Ash luce tan emocionado con lo que relata, que puedo notar como todos prestamos tanta atención que incluso dejamos de comer, por centrar nuestra atención en él.

La llamada se alarga más de lo pensado, pues algunas horas después de la cena, notamos que Lexi ya se había quedado dormida, y decidimos terminar la llamada en ese momento.

—¿Puedes llevar a Lexi a su habitación? —pregunta mamá mientras recoge los platos.

—Claro, pero aún recuerdo que tenemos una conversación pendiente —respondo.

Sin esperar una respuesta, tomo a Lexa entre mis brazos cuidadosamente, y la llevo a su habitación, la acomodo bien sobre su cama y cierro la puerta que da hacia el balcón.

Me aseguro de no haberla despertado, y cuidadosamente salgo de su habitación, cierro la puerta y me encamino hacia la sala, donde aún se encuentra mamá.