CAPÍTULO 62

Aquella noche pasó como una de las más memorables. Fue una cena tranquila, donde todos compartimos, donde se sintió tanto esa calidez de la familia. Donde olvidamos todos los problemas por los que hemos atravesado últimamente.

También como la divertida noche en que papá nos compartió un poco de su reserva de alcohol a escondidas de mamá. Tan pronto como mamá salió junto a Lexa y Ashton para el jardín, papá uso la excusa de hablar con Jonathan, Axel, y conmigo, para poder llevarnos a su bodega e invitarnos a un trago.

— Ahora necesito que vayan a la cocina y tomen algo del postre, su madre es especialista en reconocer el aliento a alcohol —dice papá en cuanto salimos del despacho.

— Eso debiste de haberlo dicho muchos años antes —murmura Jonathan, llevándonos de vuelta a aquel día en que un joven Jonathan de 16 años llego a casa después de haber ingerido tanto alcohol como pudo, y fue descubierto por mamá.

— ¿Cómo iba a saber que ibas a hacer eso? —pregunta papá entre risas— siempre fuiste reacio a ello, no pensé que te interesaría eso de tomar bebidas alcohólicas.

— Fue presión social, sabía que ustedes iban a matarme tan pronto como se enteraran, pero aquellos chicos me aseguraron que esas bebidas contenían más jugo que alcohol, y fueron tan insistentes que terminé cediendo —responde riendo— era muy ingenuo.

— Si, recuerda que mamá siempre dijo que no debíamos ceder ante eso —dice Axel dando ligeras palmadas en su hombro.

Pronto, entre la conversación emerge el tema sobre la presión social, y solo me dedico a escuchar a mis hermanos mientras como de la tarta que anteriormente había preparado mamá.

— ¿Cuándo les darás la noticia? —logro escuchar como cuando mi Lobo habla, pero esa voz es muy distinta.

Un poco confundido, miro hacia los lados, y encuentro a papá al lado del refrigerador, riendo.

— Sé que aún no te acostumbras a esto, pero sé un poco más discreto, el punto es que tus hermanos no sepan de que hablamos.

Está vez puedo asegurar que se trata de papá, o bueno, su lobo, así que evito asentir con mi cabeza y sigo comiendo.

— Esta noche —respondo— Valentine se va por la tarde de mañana, espero poder irme con ella, pero aún no sé si irá a ver a su familia antes de partir, o si va a retomar el viaje donde lo dejo.

— Entiendo, ¿tus amigos ya lo saben?

— ¿Crees que si lo supieran no estuvieran ya aquí?

— Cierto. ¿Entonces también se los comentarás más tarde?

— Esa es la idea, primero contarle a mis hermanos, después a los chicos.

— Muchachos, espero que ya hayan terminado, su madre quiere que ya vayamos al jardín.

— Justo a tiempo —dice Jonathan después de dar un último bocado.

(...)

— ¿Por qué mamá y papá se fueron? —Pregunta Lexa— creí que estábamos teniendo un gran momento en familia.

— No me sorprende, ellos siempre están escabulléndose —murmura Jonathan.

— Ellos se fueron para que pudiéramos hablar —respondo finalmente, capturando toda su atención.

— ¿Ahora qué noticia nos darás? —pregunta Lexa curiosa— ¿Es acerca de tu Lobo?

— No creo que sea eso —dice Ashton y Jonathan hace una seña para que guarden silencio.

— Hay que dejar de suponer de que se trata y mejor dejar que Lex hable.

— Gracias Jonathan —digo cuando ha terminado de hablar— esto de hecho tiene algo que ver con mi Lobo, pero no creo que sea lo que están pensando. Saben que yo amo la manada, este lugar ha sido nuestro hogar por muchos años, es el lugar que nos vio crecer, pero tal como a ustedes, ahora se me ha dado la oportunidad de vivir y explorar nuestra naturaleza, la licantropía. Gracias a ello he descubierto el lado al que más le temía, pero ha resultado ser agradable, algo que he disfrutado más de lo que podrían imaginar —a este punto puedo deducir que Axel sabe hacia dónde voy, pues puedo notarlo en su mirada— Y es por eso, que he decidido aventurarme, he decidido explorar esta condición junto a alguien que se ha vuelto muy importante para mi...

— ¿Te vas con Valentine? —chilla Lexa con emoción y todos reímos.

— Si, eso era lo que quería decirles —respondo— Valentine y yo estuvimos hablando y yo me he dado cuenta de que la necesito en mi vida, pero ambos queremos crecer, adquirir nuevas experiencias, conocer más lugares, y no aferrarnos a la idea de que ya tenemos una manda, un lugar al que pertenecemos. Tal vez regresemos a nuestros hogares, tal vez no, solo el tiempo lo dirá.

— Estoy feliz por ti, Lex —dice Lexa al abrazarme— te extrañaré, fuiste mi fiel compañero por muchos años, pero como tu hermana, quiero que seas feliz, y si eso implica que debas irte, voy a apoyarte.

— Lexa tiene razón —dice Ashton— tal vez no nos agrade mucho la idea de tenerte lejos nuevamente, pero no somos unos egoístas para arrebatarte eso que te hace feliz, así que desde el fondo de mi corazón te deseo un buen viaje, que encuentres aquello que buscas, y que seas muy feliz, pero tampoco vayas a olvidar de visitarnos, o por lo menos llamar.

El pequeño hombrecito pronto se suma al abrazo junto a mis otros dos hermanos, y un sentimiento cálido se instala en mi corazón.

— No creí que serías el primero en irte —dice Jonathan cuando deshacemos el abrazo— pero me alegra saber que has madurado desde la última vez que decidiste salir de la manada, y al igual que el resto, estoy feliz de que emprendas este nuevo viaje, y que hayas decidido por tu felicidad.

— Gracias, realmente saber que tengo su apoyo lo hace mucho mejor, es algo por lo que siempre les estaré agradecido —digo con una sonrisa.

— Y recuerda, siempre que necesites ayuda puedes contar con tus hermanos —ríe.

— Igualmente, si llegan a necesitar ayuda siempre estaré disponible para ustedes, no importa que tan lejos este.

Pocas veces me sentí así, y aquel sentimiento es algo inefable, es algo que me alimenta, me llena de energía, de motivación, es como sentirse más que completo.